"Samu, vamos perdóname" Yushiro caminaba con una postura encorvada, su expresión frustrada lo decía todo, el simple echo de que hubiera tenido una pequeña discusión con el hermano de su hermoso novio no era su culpa, a veces Atsumu era insoportable, y esa era una de aquellas veces.
Osamu y Yushiro estaban hablando tranquilamente hasta el momento en el cual había llegado Atsumu, gritando y lloriqueando por cosas innecesarias, yushiro quien en ese momento quería tener un momento a solas con osamu, exploto prácticamente, comenzando un a discusión con Atsumu la cual llego a los golpes, Osamu detuvo la pelea y se llevó a Yushiro con él.
Ahora, en casa de Yushiro, el pelinegro estaba tratando de disculparse con el ojiceniza.
"Yushiro, simplemente no había necesidad de llegar a los golpes por una cosa tan estúpida como esa" Osamu dijo de brazos cruzados mirándolo duramente, aunque no parezca a él no le gustaba que su hermano y su pareja se pelearan.
"Es exactamente eso Samu una estupidez, pero bueno, no hay necesidad de que sigamos discutiendo" Dijo el ojigris cuando vio a Osamu dirigirse hacia la habitación, se acercó rápidamente a el enrollando sus brazos en la cintura de Osamu "Habrá alguna manera de que me perdones, pastelito" Su cara fue hacia el cuello de Osamu dando dulces y húmedos besos en este.
"Supongo que si Shiro, pero te costara mucho" El peligris se dio la vuelta mirando a Yushiro con tranquilidad, sus labios tomaron los de Yushiro en un beso suave y cálido, los labios del pelinegro se movían con habilidez sobre los de Osamu, sus manos recorrieron la cintura de Osamu para adentrarse en la camisa del más bajo, los jadeos de Osamu se hicieron más constantes cuando Yushiro ingreso su húmeda y caliente lengua dentro de su boca.
Caminando hacia la habitación entre besos, las manos de Yushiro bajaron hacia el culo de Osamu acariciando este por encima del short deportivo que tenía, sus manos tomaban por completo el suave trasero del peligris, entrando a la habitación cerro la puerta con su pie, separándose del beso para tomar aire sonrió ladinamente cuando vio las mejillas sonrojadas y los labios ligeramente hinchados.
"Me encantas tanto Samu, eres hermoso" Las grises iris de yushiro miraban fijamente a Osamu, su mirada de deseo, lujuria y amor envolvían a Osamu haciéndolo sentir abrumando, la habitación a oscuras y la luz de la luna iluminándola encendían más el ambiente, Yushiro se dirigió aún con osamu entre sus brazos hacia la cama, lo haría pasar una de las noches más calientes de su vida.
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Las manos del pelinegro tomaron la camiseta de Osamu quitandola, los grandes pectorales del ojiceniza eran tan apetecibles, la boca de Yushiro tomo uno de los pezones de Osamu, lamiendolo y mordiendolo haciedolo gemir, su otro pecho era atentido por los dedos de Yushiro, acariciandolo y frotandolo.
"Samu tus tetas son tan suaves y deliciosas, Dios me quedaria aqui toda mi vida" De eso no habia duda, los pechos de Osamu eran simplemente lindos, rosaditos, grandes, suaves, todo lo que alguien deseara en algun hombre o mujer, afortunadamente Yushiro era el unico que podia disfrutar de eso.
