"Imagina darle un poco de polla al lindo y dulce Yuji"
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Es tan lindo, tan dulce, tan adorable. Yushiro solo pensaba en rodearlo con sus brazos y abrazarlo hasta que se duerma todas las noches. Su dulce risa o su tímido cariño son casi suficientes para que el olvide de lo diferente que es.
Es absolutamente insaciable. Para ser un hombre de aspecto tan dulce, seguro que puede ser cruel de la manera más excitante.
"Por favor cariño..? ¡Solo un poco más, luego te prometo que podrás descansar!" Su voz estaba nublada por la excitación y las falsas promesas, Yuji sentia el placer recorrer todo su cuerpo, cosquilleando en los lugares correctos.
"Te sientes tan bien por dentro, tan grande...". Echó la cabeza hacia atrás, sus dorados ojos rodando hacia arriba, la baba goteaba de sus labios mientras movía sus caderas sobre la polla del mayor. Tanto él como Yushiro sabían de sus falsas promesas, pero ¿quién podría decirle que no? Itadori Yuji solo quería estar sobre la polla de su novio y no salir de ahí jamas.
"Dijiste eso hace dos rondas, ¿estás tratando de chuparme el alma o algo así?" Yushiro dijo, con una sonrisa burlona y su voz raposa, se notaba que la voz de el ojigris entraba por un oído y salía por el otro, su novio claramente estaba demasiado absorto en el placer como para siquiera pensar en detenerse. Su rostro estaba arrugado de la manera más linda posible, y el rubor en sus mejillas lo hacía lucir aún más atractivo.
El pelirosa no pudo dar una respuesta, sólo se aferró a los muslos del pelinegro y tembló, con el cuerpo tenso. Palabras confusas se derramaron por sus hinchados labios, y su cuerpo cálido y musculoso trabajó contra el el fornido cuerpo del más alto en una melodía lasciva. Agarró las manos de Yushiro y las puso contra él, haciéndole sentir su abdomen, su parte baja, cada vez que Yushiro arremetia o Yuji saltaba, la polla del mayor formaba un lindo bulto en el abdomen del oji dorado.
"¿Ves lo grande que eres dentro de mí?" Se notaba lo mucho que estaba tratando de pronunciar sus palabras, yendo lento y constante hasta que tropezó al hablar debido a cómo Yushiro golpeaba ese lugar en especial dentro de él. La mano del azabache podía sentir a través de su abdomen, un movimiento familiar que coincidía con sus embestidas. "Qué grande..."
Fue la polla de Yushiro la que voluntariamente se atravesó después del trabajo. Era la misma polla la que también hacía que se le hinchara la garganta y le temblaran las piernas todaslas jodidas noches. le encanta presionarse contra él o comparar el tamaño con su brazo.
"Abrázame", Yushiro podía ver un puchero en esos labios cubiertos de saliva, e hizo lo que su adorable novio decía, dándole ligeros elogios y besos, tratando de ignorar lo erótico que era.
"Muy bien, no puedo tener suficiente... Quiero mas de ti Yuu... " Estaba empezando a farfullar y cerrar los ojos, su vista volviendose cada vez mas nublada por las lagrimas cristalinas. Se podía ver su polla moverse, y tal vez era hora de vengarse un poco.
La mano del mayor agarró su polla con firmeza, haciéndolo sobresaltarse y gemir su nombre. Sus ojos llorosos miraron las grises orbees del mayor, suplicantes, suplicándole al mayor en silencio que lo dejara correrse. "Si vas a mantenerme despierto y ordeñarme hasta dejarme seco, será mejor que lo hagas bien. Hoy no habrá paseos descuidados aquí, te voy a joder toda la puta noche bebé, deja que todos escuchen..."
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