𝐋 - Cuando Lilith se enteró y comprendió que "El Raptor" realmente era alguien por quien preocuparse y temer, comenzó a cuidar de sus hermanos sobre todo y todos, lamentablemente no se cuidó lo suficiente a ella.
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LILITH ESTABA INCONSCIENTE en los brazos del hombre quien la dejaba en un colchón en su sótano, cuando la dejó recostada quito cabellos que se encontraban en la cara de la chica, completamente repugnante.
La pelirroja, quien estaba recuperando el conocimiento, le dió un manotazo mientras se alejaba lo más posible de el; el hombre por lo contrario solo reía, le gustaba ver el temor en su rostro, sin decir ni una palabra salió de ahí, la chica ni siquiera intento abrir la puerta, estudiaba criminalística, reconocía puertas que solo se podían abrir por afuera, no tenía caso gastar fuerza en eso, así que decidió dormir.
Cuando despertó se encontró con el hombre a pocos sentimientos de su cara y rápidamente se dirigió a la esquina de la pared.
— Aléjate, maldito pervertido —.
— Se que tienes miedo y que quieres volver a tu casa, pero las cosas se están complicando, todo por esa estúpida niña — La sangre de Lilith hirvio, podía hacerle lo que quisiera, pero no hablar mal de Gwen —.
— No la nombres en tu sucia boca —.
El hombre pronto se dió cuenta de cuál era su punto débil, algo que lo beneficiaba a el, algo que pronto Lili lamentaria de haber dicho.
— Que ingenua eres, pelirroja, pero eres muy bonita, y tienes unos ojos hermosos, lamentare cuando tenga que matarte —. Se dirigió a la puerta y salió de la vista de la chica.
A la pelirroja se le estaba acabando la paciencia, y poco a poco estaba perdiendo el control de eso que tanto tiempo había reprimido, y tal vez era el mejor momento para que por fin lo sacará todo.
Lilith no se iba a rendir tan fácil, por lo que empezó a buscar alguna salida.
Empezó a caminar por todos lados mientras tocaba las paredes buscando un sonido hueco, pronto lo encontró en alguna parte del “baño” y empezó a quitar con sus manos la tierra tirandola por el retrete, dejó de cavar cuando sus manos empezaron a sangrar y puso una alfombra encima del hoyo.
Después se dirigió a la única ventana que había, saltó, pero su estatura no ayudo, y empezó a buscar algo filoso, encontró clavos y cuando volvió a saltar lo clavo y se colgó de ahí, después pudo alcanzar la reja de la ventana y se empezó a balancear hasta que logró quitarla, pero ya estaba lo suficientemente cansada como para saber que no podría volver a alcanzar la ventana, así que decidió dormir rezando que el hombre no se diera cuenta.
No sabía el tiempo que llevaba atrapada en ese sótano, y tampoco sabía cómo había sobrevivido, pero ahora lo único que quería era que todo se acabará. Había luchado, claro que lo había echo, pero cada vez que intentaba escapar la había descubierto y los castigos eran los peores, estaba llena de moretones, cortadas y marcas, probablemente tenía también la matriz destrozada, era algo lamentable, pero había sido violada tantas veces que era lo más seguro; ahora le dolía todo, ni siquiera podía mantenerse de pie mucho tiempo y con esfuerzo podía mantenerse con vida. Ahora lo mejor que podía pasarle era morir, independientemente si la encontraban o no.
Al despertar después de una larga noche su vista no podía enfocar lo suficiente, después de tanto tiempo su miopía había avanzado, pero logró ver la silueta del hombre, pero traía cargando un cuerpo para después dejarlo al lado de la pelirroja, pero ella ya no tenía las fuerzas como para poder reconocerlo, sin más volvió a cerrar los ojos, esperando que fuera la última vez.