Rosas

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¿Difícil? Difícil es tener que darle un beso en la mejilla cuando mueres por dárselo en la boca.














Durante un día de descanso después del agotador ejercicio que hacia con Víctor, pude acostarme en mi cómoda cama y cerrar los ojos por un rato, aunque no dormi, estaba en mis planes hasta la repentina visita de Rius

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Durante un día de descanso después del agotador ejercicio que hacia con Víctor, pude acostarme en mi cómoda cama y cerrar los ojos por un rato, aunque no dormi, estaba en mis planes hasta la repentina visita de Rius. Él se notaba nervioso pero tan alegre como siempre, se acerco a mi y se sentó en mi cama para luego acostarse a mi lado, no me molestaba, esto lo empezamos hacer hace mucho solo para hablar más cómodamente.

— ¿Como te está llendo? -Preguntó, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos.

— ¿De qué hablas?

— Victor me lo contó.

— Ya veo, voy bien, supongo, a sido facil gracias a la ayuda de Victor.

— Me alegra que estes haciendo otras actividades.

— Sigo cuidando de la flor.

— Eso tambien me alegra.

Rius se volteó para poder vernos a la cara, llevaba esa sonrisa típica de él.

A este punto realmente me paso por la mente lo que habia dicho Sparta. ¿Rius pasaba más tiempo conmigo que con Timba? Eso era un gran cambio en él, probablemente algo se apagó y se rindió con sus intentos de conquistar a Timba.

Porque sí, fuera de las bromas muchos sabían sobre los sentimientos de Rius, y como si de un chiste se tratara precisamente era Timba el único que no se daba cuenta de esto. Pero daba igual, Timba era un gran amigo mio y en algunas de nuestras conversaciones me habia aclarado el hecho de que no estaba muy interesado en el amor.

"Esas cosas no son para mi." Me dijo.

Y si así era, no sería ni un poco el indicado para Rius.

Rius y yo nos habiamos vueltos mejores amigos en todo este tiempo, era algo lindo y venia a verme cuando nadie más lo hacía. Solemos hacer estas cosas, acostarnos juntos y conversar un poco, hasta quedar en silencio, pero un silenció impresionantemente cómodo, nos tomábamos de las mano, que al principio se me hizo raro, pero las manos suaves de Rius lo compensaba. A veces se quedaba dormido pero lo levantaba para que pudiera ir a descansar, igual ocurría conmigo, esa tranquilidad me arrullaba y cuando me quedaba dormido solo despertaba al día siguiente sin pistas de él.

Es reconfortante que Rius haya estado para mi cuando los demás parecían darse por vencidos.

— ¿Hay planes para el sábado? - Dijo él, repentinamente.

— ¿Tú qué crees? - Sonreí.

— ¿Irías a comer conmigo? Has pasado unos días pesados, que mejor que relajarte un poco.

— Claro, aceptare tu invitación a una cita.

— No he dicho eso, pero tómalo como quieras. - Su suave risa sonó en ese instante y volvio a voltear viendo el techo blanco de mi habitación.

Yo reí con el y también ví el techo, otra vez guardamos silencio.

— ¿Hay espacio para uno más? - Escuchamos una tercera voz, levantando así nuestras cabezas y viendo a un castaño acercarse para luego acostarse en medio de ambos, en un espacio que le hicimos apenas lo vimos.

— Siempre lo hay, Sparta. - Sonrió Rius.

— A menos que venga Mike, ocupa tanto espacio que nos botaría de la cama. - Agregue, recibiendo una mirada de regaño por parte de Rius y una risa por parte de Sparta.

Unos días después, cuando el calendario señalaba que era sábado, tuve un día tranquilo como de costumbre volvi a desayunar en mi cuarto, aunque esta vez era Sparta quien me traia mi desayuno y el mismo cuento con el almuerzo. No olvide lo pendiente de hoy y me aliste para salir con Rius, solo algo casual.

Cuando anocheció él paso por mi y fuimos al lugar que me tenía preparado.

— Ten, es para ti. - Rius me dió un ramo de rosas.

— ¿Te tomaste en serio lo de la cita?

— ¡Solo es un detalle!

— Bien, gracias por tu detalle. - Tome el ramo.

Al día siguiente desperté en plena madrugada, viendo a Rius a mi lado, forme una sonrisa en mis labios y me acomode en mi cama hasta quedar sentado. Vi la luna por unos varios minutos y bostece, cuando me iba a volver a acostar sentí una mano tocar mi hombro, voltee a ver a Rius.

— Hey. - Dijo.

Sus ojos estaban un poco cerrados, su cuerpo se tambaleaba un poco y los bostezos llegaban con frecuencia.

— Aún es hora de dormir.

— Ire a mi habitación.

— No, quedate, duerme aquí por hoy, no me molesta. - Me acosté y él hizo lo mismo, tomo mis manos y sonrió, se acerco despacio a mi rostro y besó mi mejilla.

Yo sonreí, él me hacía sonreir tanto.

Yo sonreí, él me hacía sonreir tanto

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Flores | TrolliusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora