10.

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Saqué del auto a Zayn tomándolo en mis brazos, el moreno no pesaba y eso de cierta forma me preocupó, ahora, sabiendo todo lo que había pasado, el imaginar que descuidara su alimentación me angustió de una manera impresionante, a lo largo de los años me había convertido en una persona fría y superficial, nada parecía realmente importarme lo suficiente como para tomar cartas sobre el asunto, pero, con la llegada de Zayn a mi vida, mi mente solo podía procesar el como podría aportar en la vida del moreno.

Me debatí en si llamar a la puerta de la casa de Zayn o ir a la mía, rápidamente opté por la segunda idea, pues el simple hecho de pensar que sus padres lo atormentarían con preguntas y comentarios incómodos me hizo arrepentirme.

Toqué el timbre de mi casa ya que no podía sacar mis llaves y esperé a que mi madre abriera, realmente rogué porque fuera mi madre quien atendiera la puerta y no , mi padre, puesto que si fuera al revés la situación sería un poco comprometedora.

El rostro de mi madre sonriente apareció, pero en cuanto me vio sosteniendo al morocho su sonrisa cayó.

-Oh Dios ¿Esta bien?-preguntó asustada.

-Si mamá, solo que tuvo un día muy difícil, ¿Crees que se pueda quedar aquí he irse por la mañana?

Mi madre meditó un poco mordiendo el interior de su mejilla.

-Tricia sabe que está aquí?-negué-Liam-me regañó.

-Solo es hasta que despierte, no quiero llevarlo en estas condiciones a su casa, el tuvo un día cansado, solo quiero que se relaje un poco-rogué haciendo que mi madre suspirara.

-Bien, pero apenas salga el sol lo quiero en su casa.

-Mamá-bufé.

-Conozco a Tricia, ella se enfadará el doble si descubre que pasó la noche aquí.

-¿Como es que conoces a Tricia?-pregunté curioso, mi madre suspiró.

-Deja a Zayn en tu habitación, tenemos que hablar de muchas cosas, si es que el realmente te interesa.

Asentí algo confundido y subí las escaleras hasta llegar a mi habitación procurando no despertarlo, abrí la puerta empujándola con mi pie, agradeciendo al cielo por que estuviera entreabierta y me acerque hasta el pie de la cama para recostar a Zayn en esta, el se removió un poco pegándose más a mi pecho haciéndome suspirar.

Su rostro tenía un gesto cansado, sus ojos tenían pequeñas bolsas negras asomándose apenas por debajo de estos, sus pómulos estaban más marcados de lo normal y mi pecho dolió.

El lucía como un ángel triste, parecía que sus alas habían sido arrancadas desde la raíz, le di un ligero beso en la frente y lo acosté por completo, el apoyó su cabeza en la almohada alejándose de mi pecho.

Quité sus zapatos al igual que sus pantalones, dejando le solo en ropa interior y su camiseta al igual que con su chaqueta, en seguida bufé, sería difícil quitarle la chaqueta pero lo haría después de hablar con mi madre, le tape con una manta y bajé, ella estaba en la cocina con una taza de café en las manos, me vio y sonrió a medias para después apuntarme con la cabeza para que tomara asiento frente a ella.

-Se que tienes muchas dudas.

-Realmente solo estoy un poco confundido, el dice que te conoce desde que era pequeño pero yo no lo recuerdo.

-No lo recuerdas porque no lo conocias, el era uno de los niños que cuidaba en servicios sociales.

-¿Servicios sociales?-chillé llevando mis manos a mi boca.

-Si Liam, servicios sociales, el llegó por primera vez cuando tenía ocho años, junto con su hermana mayor.

-¿Conociste a Donyia?-pregunté impresionado.

Nirvana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora