Capítulo 2.

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Un joven peliblanco acostado en su cama, leía unos cuantos cómics, uno tras otro. Y con un aburrimiento qué avanzaba más y más conforme cambiaba de página, iba perdiendo el interés en seguir leyendo. Algo ya no estaba bien. ¿Qué pasó? Los cómics ya no le causaban esa sensación de emoción de antes.

Ya no era lo mismo. Para nada. Ahora casi todo era una rutina aburrida más en su vida.

Con decepción, él dejo el último cómic que ni siquiera acabo de leer en su cama y para matar el tiempo restante, se puso a jugar con su consola.

Exactamente el mismo resultado.

Puso pausa a la partida y se le quedo viendo a la pantalla unos segundos, pensando.

- ¿Qué me está pasando? - se preguntaba el joven de 16 años.

Lo que hacía antes ya no le daba gusto, no el suficiente. Todo perdía sabor rápidamente.

Antes, el infeliz, anhelaba estar solo unos minutos, tener un tiempo para él. Y ahora que todas ya habían crecido, lo tenia. Ese esperado tiempo... Más del que quería.

Irónico, ¿no?

Aquello que deseas tanto, una vez que lo obtienes, se pierde esa sensación de placer, más rápido de lo que nos gustaría. No queda más que un vacío al final.

Con cada una de sus hermanas ya mayores, invertían más tiempo en ellas mismas, necesitando poco la ayuda de los demás. Un cambio radical. El bullicio apenas y se asomaba. Cada una con su tema. Y si, antes también era así, pero no de la misma forma. Rara vez mantenían conversaciones largas. Si o si tenia que haber un tema muy interesante para ambas partes o si no la charla se apagaba al chasquido. Igual a las charlas que la mayoría de las personas tiene con sus compañeros de trabajo o escuela.

Raro era el día que el albino no terminaba cansado, agobiado por pasar tanto con sus hermanas. "ayúdame con esto, ahora con esto otro".

Lincoln: Cómo extraño esas palabras. Hermosos tiempos.

No valoramos lo que nos rodea en ese momento. Hasta que se desvanece como un recuerdo lejano.

Esa atención que sus hermanas necesitaban antes, él la necesitaba ahora. Pero...

Lincoln: Es imposible. Ya no necesitan de mí. Solo soy un fastidio para ellas. No puedo ni mantener un charla decente con una sola, ¿por qué diablos quisieran pasar tiempo conmigo?

Uno diría que el haber dado tanta atención en su niñez, tiempo suyo, lo haría muy sociable.... Error. Todo lo contrario. Fue demasiada atención para su propio bien.

Lincoln, al ir creciendo, fue perdiendo ese toque que lo hacía tan característico. Poco a poco, se iba alejando de los demás. Llego el día que se harto y decidió darse tiempo para él.

Lincoln: Me di demasiado tiempo para mí. Tanto que deje de prestarle atención a los demás.

Por eso, el pobre diablo no tenía ni a quien acudir en búsqueda de un poco de atención. No tenia amigos, sus hermanas tomaron cada uno su camino, importando más que nada sus intereses y al último el de los demás. Al parecer el recibir tanta atención las hizo egoístas, al igual que su hermano.

La ironía es infinita.

- sonando un tono de notificación -

Lincoln: - tomando su celular -

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Lynn: Lincoln, ya es hora, baja. ✅

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Lincoln: Y el momento más incómodo del día llego. Odio la hora de comida. - dejando su celular -

Como todos los días, la hora de comer había llegado, la hora donde toda la familia (lo que quedaba de ella) se reunía. La única ocasión en que todos dejaban de hacer sus cosas y dedicaban ese pequeñísimo lapso de su tiempo para estar en familia y compartir anécdotas y cualquier tontería que fuera interesante o no. O bueno, eso es lo que a Lincoln le encantaría que fuera así, más nada que ver con lo que realmente pasaba en el comedor.

Como si se tratara de un ritual, todas las hermanas tomaban lo que iban a comer, se sentaban y rápidamente se sumergían en sus pensamientos o en la pantalla del celular.

El silencio sepulcral estaba más que presente. Nunca faltaba. Ni una sola vez.

Uno que es parte de esa aberración, ni se da cuenta de lo incómodo que es eso para los demás. Todo mundo en su propio mundo. Presentes, sí, pero fuera de allí al mismo tiempo.

Cuando el albino se digno a prestar atención al ambiente que se generaba todos los días en ese lugar, comenzó a notar lo solo que él estaba.
Sonidos de los cubiertos tocando el plato, al masticar, al acomodarse mejor en la silla y una o varias palabras que pronunciaban sus hermanas al pensar en voz alta, era todo lo que se escuchaba. Rodeado de 7 hermanas, y ninguna con quien poder platicar.

Casi al instante en que él trataba de iniciar una conversación, era interrumpido con un "no me interesa o no nos interesa" y/o ignorado brutalmente por sus hermanas. Ya por eso ni lo intentaba. Sería una perdida de tiempo. La frase más usada por la familia.

Lincoln: - volteando a ver a los lectores - Déjenme adivinar. Estaran pensado. "No puedes hablar con ellas directamente, pero probablemente tienes más comunicación con ellas por teléfono, ¿por qué no te comunicas desde allí?" eso es simple. El resultado sería exacto al que si lo hiciera en persona. Créanme, ya lo he intentado. Más de 20 veces con cada una. Nunca pasa de palomitas verdes o una respuesta corta pero fulminante.

Lincoln: No hay interés alguno en platicar. *suspiro* Y con mis hermanas mayores es peor. Ya ni siquiera hablamos por ningún medio. Qué no sé qué es peor. Si una corta y seca respuesta o ser ignorado. - volteando a ver a sus hermanas - Al ver esto... Creo que es peor ser ignorado.

Después de varios días de ver esta escena tan triste. Lincoln, optó por mejor comer en su cuarto. Es menos deprimente que estar viendo a los zombies.

11:30 PM

Otro largo y decaído día más que llegaba a su fin. Lo más feo es que días como estos son los más alegres.

Lincoln: Adiós a mi fin de semana. Mañana... Otra vez ir a la prepa. - volteando otra vez a ver a los espectadores - No, no. Si lo están pensando, es que son muy positivos. La basura de aquí es igual a la del colegio. No sé si ya se les olvidó, pero yo no tengo amigos. ¿Ahora entienden por que digo lo de la basura?

Lincoln: Mi alma ruega de rodillas un evento que cambie toda esta porquería. Algo interesante. ¡Maldición! ¿Es tanto pedir un cambio en todo esto? Lo último bueno que me quedaba era el gusto por esas historietas, ya ni eso me queda.

Lincoln: No me veas así, lector. No tienes idea por lo que he estado soportando. Año tras año es lo mismo. Un jodido copia y pega del anterior.
Para ti es fácil juzgar, no estas aquí. Como diría Lori, literalmente no queda nada para mí........

Lincoln: Lori..... *pensando en ella* Lori...... *ojos cristalinos*

Un lejano recuerdo llegaba a su mente, y mientras más claro era, el mar de lágrimas iba creciendo. Ese bello nombre golpeaba sin piedad la mente y corazón de él. El afligido albino coloco con enorme tristeza su mirada en lo que yacía en su mesita de noche. Una foto en excelente estado de su querida hermana; un perfume a medio usar de ella, esa simple pero coqueta prenda azul que tanto usaba, doblada cuidadosamente con cariño y, apartado entre aquellos tesoros tan valiosos para él, un cuchillo de 10 centímetros limpio y con los dientes sin marcas de uso.

Lincoln: Lori...

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🎧 Moshic - She is a Symposion

Mi Otra Mitad Lúgubre - Lincoln x HaikuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora