El cómo empezó todo.

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Hola, ¿Qué tal? No, así no.
Hmmm Hola, mi nombre es Samantha Cooper pero prefiero que me llamen Sam y voy a contar lo que pasó apenas 3 días, en ese tiempo era una adolescente normal y corriente de 16 años que apenas hablaba con nadie, era la callada del salón por así decirlo y solo hablaba cuando los profesores me preguntaban algo de una asignatura y evidentemente no podía negarme a responderles, la cuestión es que un día, en concreto el jueves me desperté con mi alarma de <<Bounce, del grupo System of a down>> generalmente escucho música variada pero ese grupo es una maravilla, desayuné unas galletas oreo con mi batido de chocolate, me asee y me arreglé, mi móvil empezó a sonar, era mi madre llamándome para comprobar que me había levantado ya.

-Sam, estás vestida?-

-Sí mamá, puedes venir a recogerme o voy andando?-

-Ya voy a recogerte , ve bajando que ya casi llego-.

Me terminé de preparar la mochila, me puse los zapatos, cogí mis llaves y salí por la puerta, bajando por el ascensor me encontré a mi vecina, de mi misma edad, la cuál antes éramos hasta mejores amigas, no nos peleamos ni nada pero con el tiempo nos fuimos alejando y apenas teníamos temas que sacar en común, cuando entró en el ascensor me saludó amablemente, yo medio dormida le saludé también de vuelta, se notaba que estábamos que nos caíamos del sueño las dos, nos despedimos en cuanto bajamos del ascensor y me fui al coche donde mi madre estaba esperando y mi vecina, Sarah, se fue andando hacia su instituto.

En todo el trayecto hacia mi instituto apenas podía hablar por el sueño que tenía.

-¿Sam, a qué hora te dormiste anoche?- me preguntó mi madre arqueando una de sus cejas pero mirando a la carretera mientras conducía.

-Pronto, -le dije con voz como si estuviera borracha.

Cuando aparcó para dejarme en la puerta del instituto me miró con cara de:
-Como vuelvas a quedarte despierta hasta tan tarde te castigo sin móvil.-

La miré con miedo y se despidió de mi con un abrazo.

Justo había entrado a mi clase cuando sonó la campana, llegué a tiempo, dije en mi mente aliviada , no es que sea super puntual siempre para todo pero me gusta llegar temprano, algunos de mis compañeros estaban ya sentados charlando, otros de pie y otros aún fuera, los que estaban fuera entraron empujándose y como yo aún no me había quitado de la puerta me empujaron a mi también y me tiraron al suelo, ni se disculparon y simplemente me dijeron cuidado y mira por donde vas.

Raquel, la chica más popular y guapa del instituto me tenía manía por alguna razón, siempre iba con sus dos "amigas" por no llamarlas criadas porque le tenían que hacer todo, pareciera que esas tres se hubieran copiado de personajes de televisión porque sus personalidades eran exactamente iguales, la típica chica popular con pelo largo y rubio que siempre va en el centro y las otras dos chicas gemelas con pelo corto marrón oscuro a los dos lados de la popular.

Nunca me acerqué a ella a hacerle algo malo ni nada, al contrario ella siempre se acerca a mí a insultarme o meterse conmigo, hasta una vez me intentó hacer creer que fuésemos amigas pero sabía que no eran sus intenciones, de hecho siempre me alejo de ella, nunca le he tenido miedo ni me ha afectado lo que me ha dicho pero me resulta bastante pesada, aún así una se puede acostumbrar, pero no al punto de lo que hizo ese día.
Llegó la profesora de historia y todos nos sentamos, Raquel que estaba detrás mía, sí se puso detrás mía nada más para fastidiarme, me saludó con una ligera sonrisa sarcástica, como era de esperarse la ignoré completamente.

-Estás nerviosa por la nota del examen? Yo que tú, si lo estaría-
A qué se refería con lo de "yo que tú si lo estaría"? El examen me había salido muy bien y sabía que iba a aprobar, entonces me giré y le pregunté: a qué te refie-

¿Héroes o Villanos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora