Capítulo 1: Conociendo a Dylan. (Parte 1)

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Nota: Subiré los capítulos en varias partes, ya que desde la tablet me es más cómodo así y me aseguro de que, por si lo que sea, no guardo bien la historia, no pierda mucho.

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Mi nombre es Isabel, soy uno de los 5 Arcángeles, para ser más específica, la más pequeña de ellos y la más poderosa, mis hermanos mayores son, para los que no lo sepan, Miguel, Rafael, Gabriel y Lucifer, en ese orden.


La gente pensará que la vida de unos seres tan poderosos y hermosos debería ser muy feliz y completa, pero nada más lejos de la realidad, para mí el cielo era como una cárcel, sobre todo desde que padre nos abandonó después de la rebelión de mi hermano Luci, en dónde muchos ángeles junto a mi hermano fueron desterrados de los cielos por Miguel y se nos prohibió bajar a la tierra.


Miguel es ahora el que gobierna en los cielos, no nos deja hacer gran cosa, quiere ser como padre, pero sabe perfectamente que él es insustituible y eso le frustra haciendo que nosotros seamos objeto de enfoque de su enfado. Yo no suelo contradecirle, aunque mi poder sea mayor al suyo, él es mayor que yo y padre siempre me decía que tenía que obedecer a mis hermanos mayores y yo siempre intenté ser una buena hija. No me llevo muy bien obviamente con Miguel ni Rafael, ellos son muy "estirados", sin embargo amo a mi hermano Gabri y también quería mucho a Luci... Le echo de menos...


Los humanos creen que él es malo, un demonio que se rebeló contra padre por que se creía mejor que ninguno, pero eso no fue así, ni mucho menos, lo que ocurrió fue simple, Luci siempre fue el ojito derecho de padre, padre creo la tierra y a los hombres, por culpa de toda su creación estaba muy ocupado y no nos hacía mucho caso, cosa que a Luci le fastidió y lo que colmó su paciencia fue que padre nos hiciera postrarnos ante ellos y jurarles lealtad y protección, eso le hizo coger una rabieta y decidió hacer una jugarreta, tentó a un humano con el fruto del conocimiento y la libertad, Luci dijo que si tenía que servir a alguien, serían seres libres y que tuvieran conocimiento del mal y el bien para luego poder optar, eso a padre le enfadó y le dijo que revirtiera lo que hizo, que ellos tenían un cauce que seguir al igual que nosotros. Luci se enfadó y junto con otros ángeles se rebeló alegando que la libertad de los hombres y de nosotros, los ángeles, era lo más importante que se puede poseer y que no iba a seguir ningún cauce, Miguel, con su ejército derrotó a Luci y lo envió lejos, yo suplique a Miguel que lo trajera de vuelta pero no me hizo caso, dijo que era la voluntad de padre, cuando fui a buscar a padre para pedir redención para mi hermano y los otros ángeles, él simplemente no estaba, lo esperé durante siglos y padre nunca volvió... Es por eso que Miguel nos prohíbe bajar, dice que los humanos corrompen nuestra alma pura, pero yo no creo que sea así, ellos tienen algo que nosotros anhelamos, libertad, capacidad de redención, de perdonar, de conocer...


Muchas veces Gabri y yo íbamos a la fuente de la clarividencia, para poder así, observar a los humanos a través de ella, sus vidas eran realmente interesantes, podían aspirar a ser lo que quisieran, podían equivocarse y caer, luego levantarse, perdonar, enderezar sus vidas, perderse en sus deseos, obrar bien, obrar mal, rectificar... Tenían todo lo que nosotros no, todo lo que anhelábamos, la bendita libertad que mi hermano les brindó y que por ello ahora paga condena atrapado en un submundo...


-Mira hermanita, ese chico está organizando una gran fiesta en la mansión Feltwell, parece divertido ¿no crees? Música y bailes como a ti te gusta, luego está ese líquido que toman y los desinhibe, las charlas interminables, la piscina para bañarse y todo lo demás, ¿qué te parecería bajar e ir a la fiesta? Siempre he querido ir a una. - sugirió Gabri muy emocionado.


-Sabes perfectamente que está prohibido bajar a la tierra y tener contacto con los humanos Gabri y más desde lo de nuestro hermano. - contesté triste sin dejar de mirar la fuente.


-Cierto... Lo de nuestro hermano fue demasiado injusto... Pero bueno, solo va a ser una visita rápida, Miguel y los demás no se enteraran. - insistió Gabri.


-No Gabri, no quiero problemas, lo sabes muy bien. - me negué cruzándome de brazos y mirándole molesta.


-Oh, sí, la dulce y obediente Isabel no quiere nunca hacer nada malo, es todo un ejemplo a seguir. - dijo burlonamente mi hermano.


Rodé los ojos y suspiré pesadamente ante lo imbécil que podía llegar a ser Gabriel cuando se lo proponía.


-Venga, va, podrías patearle el culo a Miguel sin ningún problema, yo si fuera tú, lo habría hecho ya y estaría siempre que quisiera abajo. - rio mi hermano.


-Por eso no eres yo. - bufé. - Padre me dejó muy claro que debía obedecer y portarme bien, el poder que me dio fue para cuidar de todo, no para pelear con mi familia.


-Sí, ya... Lo que tú digas, pero vamos a la fiesta, vengaaaa. - rogó mi hermano poniendo ojos de cachorrito.


-Pero Gabri sabes...


Gabriel seguía mirándome con aquella mirada a la que nunca podía resistirme, una mirada tierna, de desesperación e ilusión infantil.


-Valeee. - cedí al final. - Pero volveremos pronto, no podemos permitir que nadie se entere ¿de acuerdo? Y los humanos no deben saber bajo ninguna circunstancia que somos ¿ok?


-¡Claro que si pesada! ¿Crees que soy tonto? Reconoce que en el fondo te morías porque te propusiera algo así y bajar a su mundo, te gustan tanto como a mí.


-Como digas... Y pensar que yo soy la pequeña de los 5... - murmuré haciendo un gesto de negación con la cabeza.


-¿Qué insinúas? - preguntó Gabri alzando sus cejas en señal de disgusto por mi comentario.


-No insinúo nada hermanito, digo que yo soy la pequeña y la que más cabeza tiene, tu eres mi hermano mayor, debería ser yo la que piense y haga irresponsabilidades no tú. - espeté molesta.


-Bueno, los hermanos mayores estamos para corromper a los pequeños y llevarlos a la buena vida, o eso dicen los humanos ¿no? - rio Gabri.


-Enserio Gabri, deberías de dejar de imitarlos, vamos a acabar mal... - suspiré.


-Venga, no seas santita, tenemos que planear la huida.


Mi hermano se apresuró a levantarse y tenderme la mano, había que ir al jardín del Edén, allí nadie escucharía nuestro plan, realmente he de reconocer que estaba emocionada con la idea de bajar, siempre deseé estar entre ellos, me tenían tan fascinada como a mi hermano y hoy por fin, después de tanto tiempo observándolos iba a estar entre ellos y nada menos que en una de esas magnificas fiestas que organizaban, podría bailar con música, algo que siempre adoré.

Falling For You (Dylan O'Brien) {one-shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora