People started talking, putting us through our paces; I knew there was no one in the world who could take it - Dancing With Our Hands Tied
Louis pasa el Día de Acción de Gracias con la familia de Taylor en Nashville, y es probablemente uno de los mejores días que ha tenido en mucho tiempo.
Taylor no hizo ninguna promoción para su álbum, por lo que principalmente ha estado trabajando aún más duro para hacer que la gira sea buena para sus fanáticos. Todavía no se han visto mucho.Louis ha estado pasando mucho tiempo en Los Ángeles, con Freddie y trabajando en canciones. Realmente le está costando encontrar su ritmo, y si va a hacer esto, quiere que sea lo más perfecto posible.
No puede esperar el día en que puedan estar juntos. Va a pasar un tiempo entre su gira y su álbum, pero él puede esperar.
Es el día antes de Nochebuena, y habían elegido pasar su cumpleaños y Navidad solos. Había pasado un largo tiempo con Freddie en Los Ángeles hace un par de semanas, y había pasado Navidad con sus hermanas hace un par de días.
No han tenido dos días seguidos juntos desde que salió el álbum de Taylor, y solo necesitan esto.
El fuego se está encendiendo frente a ellos y Love Actually está en la televisión y en su mayoría están sentados frente a él sin prestar mucha atención, alternando entre charlar sin pensar y besarse.
Su teléfono suena, lo cual es molesto, ya que les había dicho a todos que lo dejaran en paz.
El de ella empieza a sonar casi exactamente al mismo tiempo.El rostro de Niall aparece en la pantalla y frunce el ceño. Niall, literalmente, nunca lo llama, por lo que debe ser importante. Ella toma su teléfono al mismo tiempo. No capta quién es.
—¿Niall?
—No entres en pánico, pero uhm. Hay una historia en The Sun.
—Siempre hay una historia en The Sun, Niall. Sé más específico.
Taylor parece que va a llorar, escuchando a la persona al otro lado de su llamada.
—Se trata de Taylor y de ti. No les gusta mucho. No saben nada, pero-
Pero. Pero.
Resuena en su mente lo que ella siempre ha dicho. Una vez que lo saben, comienzan a pensar que es suyo.
—Me tengo que ir. -Él cuelga el teléfono y ella se disculpa en el mismo momento. Él no sabe qué decir. Lo único que puede hacer es buscar el artículo.
Realmente no tienen nada, una foto de Taylor bajando del avión en Londres hace unos días, y una de él ayer en su Starbucks local tomando un par de cafés para ellos cuando regresaba de hacer algunas compras. Alguien cree que lo vio en el fondo de la historia de Instagram del hermano de Taylor el día de Acción de Gracias. No hay nada que nadie pueda usar como prueba, pero siempre hay una maldita fuente, y él quiere saber quiénes son para poder comenzar una pelea.
Siempre se suponía que esto era suyo para contarlo.
Él no quiere leer más, así que simplemente cierra su teléfono y espera a que ella salga. Cuando lo hace, se lava la cara, se recoge el pelo y se pone una de sus sudaderas.
—Ven aquí. -Inmediatamente cae sobre él.
—Probablemente no sea tan malo como lo estoy haciendo. -Ella es tan tranquila. -Simplemente no quiero que digan, ya sabes, que solo eres mi próxima víctima, y no quiero escuchar las bromas sobre cómo estoy trabajando en mi próximo álbum.
—Oye, está bien. Porque ¿sabes qué? No importa lo que piensen. Lo sé. Sé que no eres tú. Además, sé qué canciones de Reputation tratan sobre nosotros y ellos no. Yo se cómo llegamos aquí y sé adónde vamos. -Él aprieta su mano. -Te conozco, y esto sigue siendo nuestro.
Apaga la televisión y vuelve a su teléfono. Él abre su música y sonríe, tocando una de sus canciones.
—Levántate, vamos.
—Lou, no. Ella rueda los ojos.
—Nada de no, vamos, levántate. -Él tira de ella hasta que ella se acerca a él y comienza a balancearse con la música. -Esto es nuestro.
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