𝙒𝙝𝙤 𝙄𝙨 𝙃𝙚? | 𝙴𝚟𝚒𝚕 𝙰𝚞𝚛𝚘𝚗

The discover of a villain

La reunión se convirtió en un descontrolado gallinero.

-¡El aumento de atentados en el pueblo ya no se puede ignorar! -Exclamo un hechicero de grandes gafas.
Todos estuvieron de acuerdo, lo afirmaron con una ovación mientras alzaban sus brazos.

¿Que fue lo que sucedió?

Al parecer, alguien inició un rumor sobre un amorío entre integrantes de el pueblo verde, algo que generó como le gusta llamar, un caos.
A las horas, casas y paisajes, personas y animales salian por los aires como el humo sale por la chimenea.

Esto debía parar, ese rumor solo fue la gota que colmo el vaso. Desde unos días antes los actos malévolos eran el pan de cada día, algunos terminaban por confesar sus crímenes pero. . . El caos se negaba a sucumbir.

Ahora se encontraban todos los integrantes del pueblo verde reunidos en la característica terraza de ibai que tanto había marcado a la mayoría de personajes.
Lo que al inició era tan solo una mínima puesta de ideas de tan solo cuatro o cinco personas pronto se deformó en una violenta discusión donde quien levantara mas alto la voz seria el vencedor.

-¡Esto debe de parar ya!

-¡¿Acaso nadie sabe quien es el culpable?!

-¡Voy a mudarme de pueblo!

-¡Alguien asesino a mi mascota! -Pavorrearon algunos, otros entre lágrimas y otros con una espada de diamante en mano.
Pero había un jóven que no había expresado ni una sola palabra desde que subió por aquellas escaleras.

Aplaudió en un intento de llamar la atención, que pareció ser mas efectivo que la mayoría de siseos o gritos anteriores. Todos guardaron silencio abruptamente y miraron hacía este.
Un hombre de gabardina azul, goggles verdes y botas negras se subió sin previa invitación a la mesa para cruzarse de brazos y carraspear.

-Hola buenas. -Inició. -Creo que es hora de que todos nos calmemos y comencemos a usar la puta cabeza. -Todos parecieron verse ofendidos ante el comentario sin embargo sabían que tal vez lo que decía el castaño era verdad.

-¿Que sugieres Reborn? -Cuestionó el dueño de la casa. Este solo se paseo de punta a punta sin despegar la vista de una nube.

-Me sorprende que no seáis capaces de investigar por si solos, así que vengo a iluminaros. -Alego, vanidoso. -¿Acaso alguno de ustedes recuerda, quien fue la voz que inició este rumor? Vamos, no debe ser tan difícil.

Nuevamente un barullo de personas algo confundidas y otras muy perdidas, que ni siquiera podían decir en que consistía dicho rumor.

-¡Bien, bien! Os daré una pista. -Paro en seco y con un giro de todo su cuerpo, señalo a Destri, que se ahogo con una patata al ser el centro de atención.

-¿Quien? ¿¡Yo!? -Se defendió el peliblanco algo asustado. Reborn negó con su cabeza rápidamente y suspiro.

-Tranquilo coño. Destri, responde esto:¿Quien fue la persona que te invito a plantarle esas dinamitas a Juan? Se sincero.

Este titubeo un poco y miro rápidamente sus manos por debajo de la mesa completamente avergonzado, apretó sus labios y finalmente decidió mirarlo a los ojos.

-Fue Auron. . . -Relajo sus músculos lentamente, como si hubiera aceptado su derrota. Los demás no tardaron en emitir un sonoro gemido de sorpresa y llenar otra vez el ambiente de intensas discusiones.
Reborn asintió.

-Y. . . -El de ojos negros volteo a ver esta vez a Ibai. Este pareció removerse en su asiento algo nervioso.

-Ibai, dinos, ¿quien fue el que te convenció de que Ampeter te había llenado la casa de lava? -Lo miro fijamente, el pelirrojo respiro fuerte y alzo sus manos en forma de derrota al oir nuevamente los abucheos de la gente.

-Fue Auron. -Ahora simplemente murmullos, no mas gritos, simplemente comentarios de oreja a oreja sobre lo que estaba pasando frente sus ojos. Reborn asintió nuevamente y paseo su vista en todos, buscando si alguien ya había caído en la fatídica realidad. Una última vez, giro su cuerpo y esta vez se sentó encima de la mesa.

-Juan. ¿Quien fue la persona que asesino a tus padres e intento acabar con tu esposa aquel día? -Cuestionó severo, los ojos de el hechicero parecieron temblar como si un terrible recuerdo hubiese golpeado con toda su fuerza sus entrañas.

-Fue. . . Ese fue Auron. -Confesó algo decepcionado. Pero esta vez, solo hubo silencio.

-Vaya, veo que todos coincidimos en algo, ¿no? Pues permítanme agregar un dato mas. -Dio una pausa para volver a pararse sobre la mesa. -Un día, una personita llegó a mi con toda su buena voluntad, a ofrecerme un trato.

-¿Quieren saber cual era el trato? -Preguntó al tener la mirada atenta de todos los presentes, el prosiguió. -Este trato consistia en básicamente, "si tu vas y pones esta TNT en la puerta de la tienda, yo te concederé unos lujillos"—Imitó con una voz aguda y afeminada.

Volvió a dar otra pausa.

-Pero que coño, ¡si ese fue el mismísimo Auron! -aplaudió nuevamente esta vez con un aire burlón.

-Ahora preguntare otra vez, ¿acaso alguien recuerda, quien fue la voz que inició este rumor?

Y como si de un embrujo se tratase, todos los integrantes allí presentes exclamaron al mismo tiempo.

-Fue Auron.

-¡Voila! —Besó sus dedos y en una reverencia, dio por finalizado su perfecto discurso. Al recomponerse, sus ojos y los de cada pueblerino se posaron rápidamente en el culpable, que no había intercambiado ni una sola oración en toda la tarde.

Este, se encontraba sonriendo de forma traviesa, con una llama flameante que amenazaba inquieta con consumir cada una de sus almas.