𝙒𝙝𝙤 𝙄𝙨 𝙃𝙚? | 𝙴𝚟𝚒𝚕 𝙰𝚞𝚛𝚘𝚗

I can be even worse

No estaba siendo lo suficientemente cruel como ellos querían.
Auron estaba por terminar con cada rastro de bello facial a causa de la ira que le generaba la situación en general.

¡¿Por que aun lo querían allí?!

A pesar de lo mucho que se esforzara por ser nombrado entre la multitud como "el villano" las personas continuaban contando con el, necesitando de el.
Quería ser temido y no podía estar siquiera cerca de lograrlo.

   Si, se ganó mas de una vez algún que otro insulto, un enojo temporal o un pequeño atentado en su hogar como "venganza", pero no era lo que el necesitaba.

Auron necesitaba ser aun peor.
Pero, ¿como?

El heterocromatico ya había intentado de todo por ser el mas odiado de los pueblos. Desde pequeños incidentes con dinamita hasta destruir hogares enteros.
Sin embargo, siempre se veía a si mismo en un bucle infernal donde cada persona que se cruzaba mencionaba lo hermoso que estaba el día o lo mucho que le gustaron las patatas fritas que comió ayer.

Se encontraba peinando su cabello frente al espejo, de pronto, toda su atención fue recibida casualmente por su mechon de fuego. Toda acción fue pausada para observar con detenimiento esta flama que se movia en desorden por su cabeza.
  Acercó dos de sus dedos hacía este, sus falanges atravesaron dicho fuego sin inmutarse.

Auron tuvo una idea, sonrió.

A zancadas, corrió directamente a su sala de cofres a buscar algo en concreto, algo que seria una entrada a lo que el tenía como "un sueño"

De un cofre apartado de los demás, saco un cubo del tamaño de su pecho que estaba lleno de lava burbujeante, la sonrisa de Auron se ensanchó al notar como su mechón comenzaba a alterarse al estar cerca de este semi liquido.

"Esto será divertido" —Recordó pensar antes de que su sentido del yo se disipara por completo, siendo reemplazado por una nubosidad en su visión.

Como si de agua se tratase, Auron metió ambos brazos velozmente en el interior de la lava. Una sensación electrizante recorrió a través de sus extremidades hasta su rostro y estomago. Una sensación que le causaba cosquillas incómodas en sus costillas y espalda.
Rio estrepitosamente, con sus ojos llenos de lágrimas que conforme pasaban los segundos se reemplazaban por un liquido oscuro y viscoso.
Miró con dificultad que era lo que sucedía en su cuerpo, sus brazos se iban convirtiendo cada vez mas amarillentos y si se puede llamar "derretidos".
La llama en su cabeza empezaba a desplazarse por todo su pelo, tintandolo del mismo material y avanzando por su frente y mejillas.

Pronto, todo su cuerpo pareció dejar de sentir ningún tipo de dolor ni incomodidad, dejo de sentirse real cuando la lava de la cubeta había sido consumida por arte de magia.
   Se levantó del suelo y su cuerpo se sintió familiarmente pesado y acalorado, sin embargo ya no sentía ningún tipo de ira, simple y fascinante tranquilidad. Camino lentamente a través del pasillo de color blanco a la habitación del baño.
Al verse en el espejo, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja.

Todo su cuerpo estaba hecho de lava, y sus ojos antes marrones como el chocolate ahora eran de un color carbonizado al igual que el liquido que brotaba de estos. Recordaba ese rostro, todo había sido gracias a Luzu. Luzu le había otorgado su apariencia, su sed de poder.
Esa maldición había traído a su físico y tambien a su nueva personalidad, que se había temporalmente escondido en un calmado y prisionero mechón de fuego.

-Estoy de vuelta. —Expulsó con una diferente voz.

-Y puedo ser aun peor.