Instintos en el coqueteo [Hyunlix]

Por algo se empieza

Tenía solo diez minutos antes de que empezara su próxima clase, aprovechar ese tiempo para preguntarle al pecoso su número era lo único que debía hacer, y rapido.

Se dirigió a paso lento al pupitre donde se supone que debería de estar el más bajo, pero lastimosamente este ya no se encontraba ahí, giro su cabeza hacia el lugar donde se sentaba su mejor amigo, Han JiSung,  pero tampoco estaba, ¿dónde carajos se habían metido esos dos? 

Salio del salon y fue buscado por cada rincón de las instalaciones, ellos tenían que estar por algún lado.

Miro su reloj y la clase no tardaba en comenzar.

Esa búsqueda había sido una pérdida de tiempo.

Con algo de pereza camino hasta donde se encontraba su salón, tomó asiento en el mismo pupitre de siempre y sin mucho esfuerzo lo puedo visualizar, ¡estaba sentado frente a el!, ¿¡en que momento había regresado al salón?!, definitivamente, Felix no se escaparía de Hwang por segunda vez.

~♡~

En cuanto el maestro finalizó su explicación con un "Chicos pueden salir, disfruten su descanso y estén listos para su próxima clase" Hyunjin rápidamente se levantó de su asiento y fue al del pecoso.

—Hola —Saludó una vez teniéndolo de frente, siendo un poco inconsciente de lo poco discreto que había sido, ¿a donde se había ido todo su miedo de hablar? Ni el lo sabía. Probablemente ya se le estaban pegando algunas actitudes de Minho.

—Hola, Hwang, ¿cierto?—Trataba de ser breve, pues a demas de que solo conocía el nombre de la persona que tenía de frente, su vejiga estaba a punto de reventar de las ganas que tenía de orinar en esos momentos.

—Sí, Hwang Hyunjin—Sus ojos escanearon su bonita silueta, sus apretarbles mejillas con pegas y su bonita nariz redonda. Felix era más bonito de cerca.

—¿Necesitabas algo?—Trataba de ser amable, pero le urgía salir corriendo por la puerta directamente al fondo de la escuela donde se encontraban los baños, y Hyunjin no se lo estaba poninedo fácil al solo responder sus preguntas y no decir su razón por estar ahí.

—Oh, cierto. Dado que tenemos un proyecto juntos, me preguntaba si podías pasarme tu número, y así podernos poner de acuerdo más fácilmente para saber que vamos a hacer—Contestó rápidamente estando avergonzado por hacer perder tiempo en vano al chico.

—Está bien, ¿me podrías prestar tu teléfono?—Extendió su mano esperando a recibir aquel objeto, pues el suyo estaba en su mochila y no quería volver a sacar sus cosas para poder ingresar ahí el contacto.

—Claro, pero, ¿para qué?—Otorgó su dispositivo un poco confuso por la reciente petición.

—¿Para anotar mi número?—Era obvia la respuesta, y pensaba que se había dado a entender desde un principio. Al tener el teléfono consigo, tecleó rápidamente cada cifra correspondiente, guardo su contacto de forma rápida sin querer perder más tiempo.