"Uno más a la ecuación"

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Joder... TaeHyung murmuró. Sentándose con dificultad en el borde de la cama. Su respiración era errática. Observó el reloj de su buró, apenas pasaban las dos de la mañana. Miró a su esposo, profundamente dormido, pero decidió dejarlo descansar, no quería interrumpir su sueño a sabiendas que se levantaría temprano. Se levantó de la cama, dispuesto a ir por un vaso con agua. Caminó despacio, sosteniendo con una mano su abdomen que, para las treinta y ocho semanas de gestación, estaba bastante crecida.

Bajó muy cuidadosamente las escaleras y una vez en la cocina, sirvió su vaso y tomó asiento en un taburete del desayunador. Desconocía la sensación que estaba experimentando en su cuerpo. Hasta donde la doctora le había comentado, la cesárea estaba programada en una semana más, no quería entrar en esas situaciones esporádicas que tanto le comentaron a lo largo de su embarazo.

Rellenó su vaso una vez más y se dirigió al estudio, quería estar cerca de un ventanal para contemplar la tormenta que arremetía en las calles de Seúl. Sin embargo, antes de que pudiera salir de la cocina, un fuerte calambre atravesó desde su zona lumbar hasta su vientre, a tal grado que el vaso que sostenía provocó un violento sonido contra el piso.

Demonios... TaeHyung cerró los ojos, sentía como poco a poco perdía el equilibrio debido al dolor y que, de no ser por la isleta, hubiera caído por completo. Allí, comenzó a notar, ¿esa pequeña cantidad de líquido significaba el rompimiento de la fuente o sólo se trataba de un poco de orina que no pudo aguantar debido a los casi tres kilos del bebé?

Antes de que pudiera pensar en una respuesta, sintió los brazos de JungKook rodearlo y darle soporte.

Tranquilo, ya te tengo. ¿Estás bien?

No. Estaba todo menos bien. Sentía como si una banda apretada en su espalda se irradiaba a través de la parte frontal del vientre. El dolor cada vez era más intenso y su umbral estaba lejos de tolerarlo.

El bebé ya viene musitó en un hilo de voz, se sentía cegado por la rudeza de las contracciones.

JungKook rodeó a su esposo, pasando el brazo ajeno por su cuello, ayudándolo a caminar hasta la salida. Su instinto de alerta se activó y, también, se lamentó que su padre estuviera fuera de la ciudad.

Lo sé, tranquilo. Llegaremos cuanto antes al hospital, resiste, mi amor.



━Su padre dice que fui pésimo tratando de animarlo ━ rio leve ━, también dijo que era como esas personas que te dicen "no estés triste" cuando le comentas que lo estás. En mi defensa, no sabía que decirle a una persona a punto de dar a luz. Entendí que a veces sólo es cuestión de acompañar a la persona.

━¿Te dejaron recibirme o tuviste que esperar afuera? ━ el menor cuestionó.

━No, me permitieron acceder. Estuve a lado de su padre en todo momento, sosteniendo su mano. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, también recuerdo que le decía que ya casi, que tendríamos un bebé hermoso y sano. Su padre me dijo que eso fue lo que le dio la fuerza para seguir, porque nunca había experimentado algo que rebasara su umbral del dolor a tal grado. Fue extraño, porque sentía que mi vida pasaba en cámara lenta. El primero, fue eso, el sostener la mano de su padre; el segundo fue el llanto de Jae y, el tercero, fue cuando la enferma lo acercó para que pudiéramos verlo. Es curioso, ¿saben? ━ sus comisuras se levantaron con ligereza ante el sentimiento de la remembranza ━. El amor a su padre es algo infinitamente mágico, pero el amor que sentí al cargarlos por primera vez, supera todo lo que alguna vez he llegado a sentir. Incluso sentía que mis manos picaban, no los conocía aún, pero sabía que los amaba profundamente y que daría todo de mí para darles la exclusividad que todo niño merece.

los secretos de un buen matrimonio ━ kooktae » omegaverse ✧ completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora