De lunes a viernes conducía unos cuantos kilómetros para ir a llevar a mi hijo Hans al colegio, a los costados de la autopista se hallaban unas hermosas montañas, por la montaña de la derecha del conductor en sentido hacia el sur se podían ver las vías del tren que pasaba a toda velocidad cada hora; Hans siempre las miraba con bastante atención, tanto, que muchas veces le hablaba y tenía que nombrarlo en voz más alta para que regresara su atención a la conversación que estuviéramos manteniendo.
Una mañana que íbamos en el auto como todos los días camino a la escuela, Hans como siempre con su mirada fija en las vías, justo en el momento en que se aproximaba el tren me dijo de forma muy extraña.
—Ma, yo creo que hay algo muy especial en las vías del tren— Volteé a verlo de reojo porque estaba manejando y de forma irónica le respondí.
—Claro que si, hijo a través de ellos se pueden transportar de un lugar a otro a las personas— El abrió los ojos como asombrado y con emoción siguió hablando.
—¡Exacto ma!, de eso se trata, y yo que pensaba que los adultos no se daban cuenta de nada— Ya estábamos llegando al colegio cuando hizo ese comentario a lo cual le respondí casi que ofendida.
—Te crees muy listo jovencito, ¿cómo andaría el tren sin sus rieles?—
A lo cual con un suspiro y una mirada de alguien decepcionado respondió.
—Ya decía yo, que sobreestimé tu respuesta—
—Será mejor que te apresures, ya casi tocan el timbre de entrada—
Se bajo del auto pero antes de cerrar, volteó a verme me lanzó un beso y mientras se alejaba pronunció palabras que en ese momento no comprendí.Fue la última vez que lo vi. Ese día llegué a mi trabajo, pasé la mitad de la mañana entre papeles, firmando documentos, no me pude dar cuenta de la hora de lo ocupada que estuve hasta que sonó el teléfono, antes de responder vi que faltaba poco para las dos de la tarde, y observé que era una llamada del colegio, era muy tarde pensé que me estaban llamando porque se me olvidó una vez más irlo a buscar a la hora establecida, casi siempre se me pasaba la hora, pero esta vez no me llamaban por eso.
—Sra Jensen, es el director Müller— antes de que continuara hablando le interrumpí. —Que pena Profesor Müller, ya salgo por Hans, nuevamente me distraje con el trabajo— —Disculpe usted Sra. Jensen, pero le llamo para saber si Hans está con usted, por lo que veo no es así— al escuchar eso me enervé, se supone que las escuelas son lugares seguros para nuestros hijos. —¿qué dice usted?¿cómo que no saben dónde se encuentra Hans?, llamaré a la policía— —Ya lo hemos hecho nosotros, no está solo, varios chicos a la hora del receso se salieron por la parte trasera del colegio, nadie los vio salir por el frente, pero uno de los estudiantes dijo haber visto a un grupo de niños del tercer grado correr hacía el campo. Varios maestro fueron tras ellos pero nadie los vio— —¿Cómo es eso posible?, y ¿en qué momento avisaron a la policía?— —Sra Jensen al regresar los docentes comenzamos a llamar a cada uno de los representantes y mientras les íbamos avisando llamamos a la policía— mientras el director iba contestándome yo tomaba con prisa las llaves de mi auto para salir de la oficina. —Estoy saliendo para allá— Ambos cerramos la llamada, yo no quise esperar el ascensor y comencé a bajar por las escaleras con desespero. Al llegar a la salida del edificio en dirección al estacionamiento ya estaba casi corriendo y no veía a nada ni a nadie que estuviera cerca o lejos de mi, simplemente pensaba en mi pequeño Hans. vi a lo lejos mi auto y me parece haber acelerado aun màs mis pasos y sin darme cuenta me tropecé con alguien, solo me disculpé.
—Lo siento— y seguí hacia el auto pero tuve que detenerme por unos instantes, pues el señor con quièn me topé se detuvo, se me quedó viendo, no me di cuenta que lo hacía hasta que me habló.
—Nunca olvides las vías del tren—
Al escuchar esas palabras me extrañé bastante pero el prosiguió.
—Esas fueron las últimas palabras de su hijo—
Inmediatamente evoqué el momento en que lo vi por última vez, era cierto , mientras se alejaba el me seguía diciendo que no olvidara las vías del tren. Al regresar de mis pensamientos, aquel hombre ya no estaba, pero a pesar de la confusión que eso me provocó, seguí a mi carro y me dirigí a la escuela, al llegar no me detuve ya que vi el lugar lleno de policías con sus perros, y gente aglomerada, algunos salían de los alrededores de la escuela. Yo seguí de largo pero en tomé el canal contrario por toda la orilla de la vía, los carros pasaban a toda velocidad y pitaban o incluso algunos gritaban malas palabras, pero nada me importaba, llegué hasta el lugar que temprano me había señalado Hans, dejé el carro y me fui a la montaña al sitio donde estaban las vías del Tren, llegué hasta ellas, trataba de observar alguna cosa inusual que me pudiera dar indicios del paradero de los niños, en mi mente retumbaba su vocecita repitiendo las mismas palabras una y otra vez.
—las vías del tren— Habían pasado más de dos horas desde que salí a buscar a mi hijo, mi mente solo escuchaba la voz de Hans diciendo "las vías del tren". Sé que en ese momento había mucha gente viendo desde la autopista hacia el bosque, se detuvieron muchos carros, no estaba sola en el sitio, sin embargo seguía solo con la voz de Hans y noté que cada vez que me acercaba a los rieles escuchaba con mayor claridad su voz, llegó un momento que lo sentí tan cerca que me detuve sobre los rieles y mientras lo escuchaba iba dando vueltas con mi mirada para ver si lo podía ver en alguna dirección, de repente escuche gritos, voltee mi cabeza y solo pude ver al tren que me atravesaba.Todos los presentes comenzaron a buscarme, de inmediato dieron aviso a las próximas paradas del tren, pues algunos pensaron que me había arrollado, otros que me despedazaron, otros imaginaron que volé por los aires y comenzaron a buscarme por todas partes, lo cierto es que jamás volvieron a encontrarme, hasta ese día no supieron más de mi, simplemente había desaparecido
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Portales : Relatos
General FictionEn esta oportunidad les comparto una serie de relatos de diferentes historias que puedes tomar o no, ocmo ficción (eso queda a tu criterio) pues son historias que pareciendo cotidianas nos llevan a conocer la posibilidad de encontrar en ellas el mis...