Vidas perdidas

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El señor Davis me lleva hacia donde están los archivos, es una pequeña hemeroteca del periódico donde trabaja. Hay muchos periódicos aquí, noticias de hace algunos años.

Él me ofreció su ayuda, así que le pregunté si era posible que me mostrara unos anuncios de hace 5 años. Yo había ido a una hemeroteca, pero no encontré en ninguna parte el anuncio que necesitaba, quizá alguien más se había encargado de tomarlo para analizarlo más a fondo para encontrar algún indicio.

Importa mucho quien está detrás del asunto. Descubriré la verdad tarde o temprano, con ayuda o sin ayuda.

-Señor Davis, no sé cómo agradecerle este favor -tomo los diarios que me da y amablemente sonrió.

-Es un gusto poder ayudarla y ya le he dicho que no me gustan las formalidades -se cruza de brazos y se apoya en una de las estanterías-. Ya le he dicho varias veces que me llame Edmund.

—Discúlpeme, pero me gusta mantener un trato formal -paso cada página del periódico que tengo en manos-. A menos que tenga suficiente confianza en usted, dejaré que me tutee.

—A la señorita Márquez le gustan las formalidades entonces. Podría invitarla a salir y así conocernos mejor.

—Así como las veces anteriores que me he negado a hacerlo -niego con la cabeza sin apartar la vista del diario que tengo en manos-. Por supuesto que no, no tengo tiempo.

—¿Y qué me dice de este sábado? ¿Sería posible? -me mira lleno de esperanza; levanto la vista para encontrarme con la suya, no sería mala idea aceptar. Le sonrío después de haber escuchado eso.

-Lo siento, pero este sábado estaré ocupada -contengo la risa mientras él suspira. Me sorprende que sea verdad lo que dije. Normalmente cuando Edmund me invita a salir siempre le digo que no y me invento cualquier excusa para librarme de él.

-Estoy seguro que algún día tendremos una cita, y no será para darme información sobre alguna noticia.

-Y yo estoy segura de que nuestra próxima cita será sólo para darle información. Ahora que lo menciona, ¿No se ha metido en problemas por publicar noticias que tengan que ver con asesinatos cuyos responsables y sospechoso sean miembros de la mafia?

-No, para nada. Mientras una noticia esté respaldada por pruebas sólidas, no habrán problemas legales. Además hay que sazonar bien lo que se escribirá en un artículo para que la noticia no sea tan pesada y acusadora. Lo que se busca es informar, no conseguir enemigos.

-Tiene sentido, me alegra que le haya servido la información que le he estado brindando. Veo que en estos periódicos no hay ningún anuncio que aliente a alguien a enlistarse en la guerra, sólo hay información de los que murieron en el frente.

-El jefe de redacción y el dueño nunca les gustó la idea. Para qué querrían motivar a alguien a pelear por conseguir paz o motivar a jóvenes valiosos y con un propósito mejor del que pudo haberles esperado en el campo de batalla. Por eso hay más anuncios de muertes.

-Lo que se vivió en esos años fue una verdadera pesadilla.

Con eso, Edmund sale de la habitación diciéndome que lo llame por si necesito algo. Me quedo sola leyendo varios anuncios, la mayoría es sobre soldados que murieron en el frente.

Un nuevo propósito: Intentando sobrevivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora