7. emociones.

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Tu mano se movió con facilidad encima de la sabana que le cubría la cabeza al pelinegro.

─ Brahms.. Esto es normal.. - Dije mientras quitaba lentamente sus manos y la sabana de su máscara.

Sus ojos estaban achinados y rojos. ¿Acaso estaba llorando ahí debajo?
Su mirada de horror se plasmó en su mirada, se notaba que el no quería contacto visual en ese momento de vulnerabilidad.

Suspiraste y te acercarte a su máscara plantando un pequeño beso en su frente.

─ Te voy a dejar a solas un rato, ¿ok? - dije mientras me levantaba de su vientre.

Sabía lo que necesitaba hacer y tenía que ser lo más comprensiva que podía, después de todo aunque actúe tan confundido como un niño ya era un hombre adulto con necesidades naturales.

Me fui por donde había llegado.

Vi la cama de la habitación y no dude en lanzarme.

¿Porque había sentido eso? No es como si Brahms me gustara.. No lo se.. Es tan raro estar junto a él.. No es como si fuera experta en el amor.. Todo el tema amoroso fue tan difícil de hablar con papá.. Aparte de lo que me hizó..

Imaginaste otra vez esa escena mientras veías al techo.

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Era verano, unos días antes de tú cumpleaños 18* y estabas en tu habitación.

Recordaste a tú padre entrar en la habitación seguido que se sentó a tu lado en la cama.

── Eres la viva imágen de tu madre - dijo con una sonrisa mientras sostenía un mechón de tu cabello.

Sentías el fuerte alcohol emanar de él.

Tratabas de no mantener mucho contacto visual con el mientras le dabas una sonrisa.

── Papá.. Me gusta alguien.. Creo.. - dije mientras tomaba una almohada.

Sentiste el tacto de su mano en tu montón.

Se inclinó serca de tú cara, realmente odias el olor de cerveza por montones mezclada con comida de microondas que salía de su boca.

─ Cariño.. Sabes que no tienes permitido tener relaciones.. - dijo mientras te obligaba a verlo a los ojos.

Te alejaste un poco y sentiste que él era demasiado egoísta.

Ya casi tienes la mayoría de edad y se supone que podías hacer lo que desearás.

── No es justo y lo sabes... - dije mientras volteaba a otro lado para que no me viera.

Sentí un apretón en mi muñeca.

─ Sabes que no puedes desobedecer.. - dijo mientras te jalaba hacia él.

Lo empujaste y te levantaste de la cama, le tiraste la almohada.

Estabas cansada de la misma situación durante años y no dejarías que pasará otra vez.

─ ¡Ya no tengo 10 años! - dije mientras corría escaleras abajo.

Lo viste de re ojo ir tras de tí.

Te dijiste por la cocina y te pusiste detrás del desayunador.

─ Estas en graves problemas señorita. - dijo aquel hombre que ya ni siquiera reconocías.

Su cara había cambiado. No era nisiquiera parecida a la que tenía antes estaba hundida en un enojo profundo, sabías que ese momento era de vida o muerte.

Humedad Cálida. <Brahms Heelshire x lectora>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora