T/n.
El 1 de octubre de 1999 a las 21:45, fui recogida por un orfanato bastante famoso en toda la ciudad. Básicamente, solo era una niña de 10 años viendo por la vida después de que mis padres me abandonaran en un sitio bastante desagradable. Quizás, si no hubiera sido por un hombre que pasaba por ahí, hubiera muerto, pues claramente había sido un error de adolescentes con demasiadas hormonas.
El hombre se había vuelto como mi padre, pues después de haberme recogido, me cuidó y me dio una buena vida. Hasta que algunos vecinos llamaron a los servicios sociales para denunciarlo. Al parecer, en donde vivíamos era poco higiénico y no eran las mejores condiciones para mí, pero yo era feliz, y eso era lo único que me importaba en ese momento.
Así que, una tarde de octubre, un hombre de aspecto peligroso, vestido totalmente de negro, llegó a nuestra casa y me separó de aquel hombre que había visto por mí durante 10 años.
—Pero no tienen derecho, ¡ella es mi hija!
—Señor, necesito que coopere o tendré que llevármelo detenido por agresión a las autoridades —agregó el oficial.
—Ella ha vivido conmigo desde que era tan solo una bebé, no puede venir a quitármela así como así.
—Debió haberla llevado a un lugar donde pudieran cuidar de ella, no debió haberla conservado sin saber su paradero.
El hombre que había cuidado de mí no pudo hacer absolutamente nada con el oficial, y me estaban llevando con él. No estaba para nada contenta con lo que estaban haciendo, lo único que quería era quedarme con él y seguir llamándolo papá como todos estos años, pero al parecer las "autoridades" solo querían lo mejor para mí.
Había estado yendo a un instituto público en donde me habían enseñado a leer y escribir, pero no era bastante amigable. Me consideraba una niña que prefería la soledad. Si algo llamaba mi atención, jamás dejaba el tema por vencido. Aparte de que nadie quería estar con una niña rara como yo; al parecer, yo era la bruja del instituto. Nunca me desagrado tener como apodo aquel, ya que me hacía sentir poderosa. No lo sé, solo eran cosas mías.
Cuando subí a aquel coche negro, me dio un poco de miedo por donde quedaría. A veces para algunas cosas era valiente, pero esto definitivamente era otra situación. Me estaban separando de la única persona que había visto por mí.
—¡Sube, niña! —habló el oficial harto de mi comportamiento.
—No quiero, quiero quedarme con mi padre. Ustedes lo único que quieren es alejarme de él.
Sin decir algo más, el oficial me tomó en los brazos para meterme al coche con fuerza. No quería irme, quería quedarme con quien me había enseñado que no todas las personas eran buenas, pero que él era sincero conmigo y que no mentía. Me había dicho que siempre lo había iluminado por el color característico de mis ojos.
Subí sin más remedio, no sin antes darle algunos manotazos por haber hecho eso sin mi consentimiento. Mi padre solía decir que era una niña que usaba bastantes términos que no se escuchaban muy regular en una niña de 10 años, pero como siempre había dicho, me encantaba la lectura y podía ser que a veces usara las palabras sin saber verdaderamente su significado.
[...]
—¿Esa fue la niña por la cual hablaban demasiado? —preguntó una señora de porte elegante con cierto asco en su rostro.
—Sí, fue ella. Al parecer vivía con un anciano que dice ser su padre —informó el asistente para mirarme a mí y después a ella.
—Bueno, ya veremos cómo trasladarla a un orfanato donde pueda ser acogida de la mejor manera para ella.
ESTÁS LEYENDO
Mi psicópata favorito
Fanfiction¿Cómo puedes volverte tan frágil en un par de segundos? ¿Cómo es que un día puedes tenerlo todo y al siguiente perderlo? ¿Cómo puedes encariñarte de algo que no tiene sentimientos? Pero, sobre todo, ¿cómo puedes dar la vida por alguien que acabas de...