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Comenzar un nuevo día dentro de aquel palacio nunca fue tarea fácil, es donde menos el silencio habitaba, ya que una familia real compuesta por 9 personas y 3 mascotas hacían de cada mañana un protocolo completamente inusual.
Los empleados posicionados cada uno en sus labores, podías ver desde las escaleras principales a cada uno haciendo una tarea diferente, desde limpiar los rincones de aquel palacio, despertar a los jóvenes altezas, hasta ser partícipes del baño real de las mascotas más consentidas.
Nada ha cambiado desde que Jisung tiene memoria, y eso le agrada.
Han Jisung, el sucesor del trono, a pesar de no ser el primogénito, por decreto real se le ha ordenado seguir dentro del protocolo, es el segundo hijo de 7 hermanos. Su hermana mayor Jihyo renunció a la corona, y es verdad, aunque parezca un tanto desalmado,  su padre esperaba que lo hiciera, ya que su deseo era que su sucesor fuera varón y Jisung fue el afortunado. Aunque por segundos, su destino pudo ser diferente, el salió victorioso, fueron 10 segundos que bastaron para declarar que de los dos, Jisung había sido el primero en nacer, dejando a su hermano Felix como el tercer de los Han.
Seguidamente llegó Hyunjin, a boca de todos, el más rebelde. Dos años después del nacimiento de Hyunjin, llegaron los trillizos; Seungmin, Lia y Jeongin, quienes llevaron total alegría a la familia real.
Al parecer de los demás, ajenos a la familia, pueden decir que la vida de Jisung siempre ha sido fácil. Pues el nacer en una cuna de oro, se pensaba que eso era lo mejor que a alguien le pudiera pasar, y eso creían de Jisung, algunos envidiando su gran vida.
Incluso sus amigos decían qué nada podía faltarle, y constantemente le recordaban lo extraordinario que es todo a su alrededor, lo afortunado que era al tener riquezas, una novia preciosa, una familia unida, una corona lista para ser usada, y que no se podía quejar.
Desde toda su vida, es la creencia que adoptó, con la que ha crecido y se ha quedado tatuada en su conciencia.

Jisung se adentraba al comedor, donde en cuestión de segundos sus hermanos uno por uno llegaron, sentándose en su lugares respectivos. Sus padres llegaron al comedor y tomaron asiento, para dar inicio a la primera actividad de la mañana, para después seguir con las restantes.
Los cocineros adornaron aquella mesa con platillos apetitosos.
Hyunjin no esperó más y comenzó a comer todo lo que sus manos podían alcanzar.
-Cariño, cuida tus modales- anunció su madre con algo de gracia en sus palabras.
-Me parece una falta de respeto el no degustar inmediatamente todo lo que han preparado- dijo Hyunjin con un poco de dona en su boca, levemente con glaseado en los labios.
-No hables con la boca llena, ahora solo nosotros te vemos, ¿que pasaría si alguien más mira la forma en la que comes?- habló Seungmin.
-Estarían sorprendidos por la cantidad de comida que puede entrar en mi boca en cuestión de segundos hermanito- se burló Hyunjin- ¿Creen que incluso podría ganar un récord guinness?-
La familia real se vio divertida ante tal comentario, incluso en las peores situaciones, Hyunjin siempre tenía un poco de gracia, y es por eso que sus padres y hermanos lo protegían ante cualquier comentario, no había malicia en el, solo que simplemente no podía tomarse muy en serio  el ser príncipe, y pertenecer a un linaje real.

-Jisung- habló el rey Han- La familia Lee ha invocado el juego de polo para este fin de semana, y desean que seas tu el primer tirador-
-Chaer fue de la idea- sonrió Jisung mientras limpiaba delicadamente sus labios con la fina servilleta de tela- Claro padre, siempre será un gusto servir y hacer mi deber-
-No me sorprende el porque fue solicitado el mismo novio de Chaer y futuro rey de Asnortville- comentó Jihyo alzando sus cejas- Seguro el príncipe Han, ha planeado una gran sorpresa para ese día-
Jisung miró confundido a su hermana, ya que no entendía a qué se refería.
-¡No puede ser Jisung!- sentenció Lia- Lo olvidaste, ¿no es cierto?-
Ahora todos miraban a Jisung con gran sorpresa, y este no entendía el porqué.
-No... no entiendo que sucede- dijo Jisung
-¡Su aniversario hombre! ¡Has olvidado tu tercer aniversario con Chaer!- recriminó su gemelo
La cara de sorpresa de Jisung fue capturada por toda su familia, sin duda olvidarse de algo tan importante había sido el peor error de su vida.
-No es de caballeros olvidarse de una fecha importante, ahora tendrás que compensarlo jovencito- se escuchó una voz femenina tan delicada y dulce, que no pertenecía a la familia real.
Jisung miró que se trataba de su hermosa novia, y rápidamente se paro para recibirla.
-Chaer, yo...- fue interrumpido por la mencionada, dándole un suave beso-
-No te preocupes Ji, tu agenda es muy apretada lo entiendo, solo bromeaba- dijo mientras acariciaba el cabello del príncipe-
-Buenos días sus altezas- sonrío al mismo tiempo que inclinaba levemente su cabeza- Si a sus altezas no les molesta en lo absoluto, vine a robarme al grandioso Príncipe Han, por unas horas-
-¿Puedes robartelo más seguido? Es aburrido escucharlo hablar de leyes todo el tiempo- dijo Hyunjin, y este recibía un pellizco de su hermano menor Jeongin.
-Vayan a divertirse un poco, pero no demasiado- guiñó el rey Han
-Em padre, ya volvemos gracias por la autorización- dijo Jisung nervioso por aquel comentario.
-Espera Jisung- habló su madre- Recuerda que en punto de las 8 tendrás tu prueba de traje, se un buen príncipe y llega a tiempo-
Jisung asintió e inclinó su cabeza hacia sus padres, saliendo del comedor tomado de la mano de su novia, para dirigirse hacia la salida del palacio.

-Quería un momento especial junto a ti, antes de que todo se ponga de cabeza por la celebración del juego de polo- habló Chaer mientras caminaban en dirección a uno de los autos del palacio que esperaban por ellos.- Entre la universidad, y tus deberes como futuro rey, no hemos estado juntos-
Jisung depositó un cálido beso en la frente de su novia, acariciando sus mejillas rosadas por el frío de aquella mañana.
-Disculpa a este pobre tonto que ha descuidado mucho a su grandiosa novia-
-Todo es mejor cuando estamos juntos ¿verdad?- dijo Chaer seguido de pegar su frente a la de Jisung-
-Lo es- respondió el príncipe Han


Cuando de la realeza se trataba, los medios siempre estaban en cada paso que ellos daban, la privacidad no se conocía en la provincia de Asnortville, menos si el futuro rey por las calles se encontraba, tomado de la mano de su novia, quien era hija del gobernador del pueblo vecino Vriched.
Pasaron el día visitando sus lugares favoritos, desde la librería Princetook, hasta el viñedo de la familia real.
Al final de las actividades, Chaer indicó al chófer que pronto los llevara hacia el hogar de la misma, para concluir con una apetitosa cena que había preparado el mejor chef de Vriched.
El viaje de Asnortville hacia el pueblo vecino duró al rededor de 15 minutos.
Se adentraron hacia la gran casa de la familia Lee, notando que solamente ellos eran los únicos que se encontraban ahí.
Los empleados habían servido la mesa, así que se dispusieron a comer.
Aún quedaba algo de tiempo antes de que el príncipe tuviera que regresar al palacio, así que se dirigieron al estudio de cine, con el que la familia Lee contaba. Simplemente se trataba de un sillón muy amplio y acogedor, con una pantalla grande.
Eligieron una película, y se acurrucaron.
Decir que estuvieron mirando la película sería mentir, entre ratos sus labios se unían en besos, hasta que simplemente el ambiente comenzó a subir de temperatura. Ya no se trataban de besos suaves, se convirtieron en unos cargados de deseo. Chaer se posicionó en el regazo de su novio, mientras que el tomaba su cintura iniciando un vaivén desenfrenado.
No, no era la primera vez que llegaban a este punto, pero sorprendentemente jamás pasaban a algo más.
Chaer comenzó a desabrochar los botones de la camisa de Jisung, pero unas manos la frenaron.
-Chaer, no- dijo con una voz agitada
-¿Porqué? No hay nadie en casa Ji- besó nuevamente a Jisung intentando desabrochar los botones.
-Por lo mismo, no podemos, no quiero faltarte el respeto ni a ti, ni a tus padres, no me puedo aprovechar de la situación-
Chaer bajo del regazo de Jisung, y se acomodó a su lado.
-¿Es eso realmente? Siempre pones excusas para no hacerlo, ¿es que no te gusto físicamente Ji?-
Sinceramente Jisung no sabía porque nunca podía pasar al siguiente paso, Chaer le gustaba, pero no se sentía correcto.
-Claro que me gustas, solo quisiera que fuera especial, eso es todo en verdad, perdóname por no poder seguir, y aturdirte con todo esto, eres preciosa Chaer, quiero hacer lo correcto- dijo mientras acariciaba su mejilla.
Chaer terminó por sonreír y comprender una vez más a su educado novio, al fin Jisung no tenía la culpa, solo estaba actuando como un verdadero príncipe.

Pero algo atormentaba a Jisung, y no sabía que era lo sentía cada vez que intentaba llegar a algo más con ella, algo lo impedía y no entendía que pasaba.

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