No importa si Rodrigo e Iván están unidos por un hilo rojo.
No importa si Rodrigo es muy atractivo, fuerte y bueno en casi todo.
No importa si Iván siente celos de vez en cuando.
No importa si se besan.
¡Rodrigo y él son solo amigos...
˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Esta historia no incluirá modismos argentinos.
˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Todos lo créditos a la Autora de esta obra Nyridian.
˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Se aclara que esta adaptación está con el fin de entretener, si no te gusta, puedes retirarte, evitemos los comentarios fuera de contexto, gracias.
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Iván se había cansado de perder y dejó a Ailén en algún juego mientras iba a buscar algo de beber... O sea, alcohol, el cual pasaba de forma agradable su garganta pues ¡todo iba de maravilla! ¡Rodrigo estaba hablando con una chica! Y él estaba coqueteando y bailando con otra, ¿no era así como debería ser? Esa tonta pulga peluda se había equivocado, a lo mucho, Rodrigo y él solo podrían ser amigos, ya que el muchacho se había relajado un poco con los días y hablaba un poco más.
Algún tiempo pasó y la chica con la que estaba Iván se fue con sus amigas.
— Aquí estás — habló la conocida voz de Rodrigo — Estaba por irme.
— ¡Carree! Viejo — sonrió — ¿Cómo estás? Te vi hablando con una chica y decidimos no molestar, ¿te va bien? ¿Dónde está ella? — preguntó animado, pasando un brazo por sus hombros mientras miraba a todos lados.
— Regresó con sus amigos —respondió simplemente, oliendo el alcohol en el azabache.
— Ohh, ya veo... ¿Conseguiste su número? — preguntó curioso.
— Tengo su número — asintió terminando la bebida que tenía en su vaso, pues tenía el número de Angie desde hace años.
— ¡Fantástico! ¡Sabía que venir te haría bien! Mírate, dando un paso al mundo de los hombres — felicitó moviendo sus hombros — ¿Terminaste ese vaso? Vamos, debes tener otro antes de conseguir otro número. ¡Yo ya tengo dos! — dijo llevándole a través de la gente.
Rodrigo le miró de reojo y negó dejándole ser.
Una vez que se hicieron con un par vasos, Iván lo chocó en un brindis.
— ¡Salud! ¡Por ti y por los números de chicas lindas! — celebró tomando un trago.
Desde algún lugar llegaron los gritos y vítores que repetían "bebe, bebe" a algún pobre incauto e Iván no pudo evitar echarle una miradita a Rodrigo.
— Dijiste que no te emborrachabas fácil, ¿no? — preguntó dejando la mejilla en la mano, algo divertido con lo que se le había ocurrido.
Ya que había cumplido su misión de que Rodrigo consiguiera un número, ¿por qué no emborracharlo? Le daba curiosidad cómo sería el muchacho en tal estado.
— Así es — asintió levantando una ceja.
— Entonces... ¿Quieres competir conmigo a ver quién aguanta más? —ofreció con una sonrisa casi gatuna — Ya que es tu primera fiesta, ¡hagámoslo! A menos claro, que tengas miedo y tengas la tolerancia de un bebé, Rodri — picó tranquilamente — Seguro que sólo tomas cosas suaves y fancys como casi todo aquí — rió.
