hotel

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Cómo era de costumbre, el colegio antef había decidido llevar de viaje a los estudiantes de último grado al finalizar el año. Diana y sus amigas Melissa y July habían planeado estar juntas todo el viaje pues este sería su último año antes de ir a alguna universidad.

Eran alrededor de unos 25 estudiantes revoltosos y bromistas acompañados de un solo profesor. Pensaban ir a la playa para poder conocer el mar, al grupo de amigas este hecho las emocionaba muchísimo.

El viaje transcurría con normalidad hasta que el señor Cooper, el profesor encargado, fue llamado por el conductor del autobús para notificarle la mala noticia de que el auto había tenido una falla que le impedía seguir en movimiento, por lo que debían parar en el pueblo más cercano y pasar allí la noche hasta que pudieran arreglar el autobús.

Los estudiantes estaban algo disgustados, pero no tenían otra opción más que aceptar. Con prontitud llegaron a un pequeño pueblo que lucia desolado.

El autobús los acerco al hotel más cercano y todos los estudiantes bajaron de el para entrar al lugar. El maestro rápidamente se acercó al mostrador y hablo con la persona encargada para acordar detalles y precios por pasar la noche allí.

Luego de haber hecho un acuerdo, los estudiantes fueron repartidos de tres por cada habitación, así que Diana, July y Melissa podrían dormir juntas.

Subieron por unas escaleras hasta el segundo piso, buscando la habitación 203; tan pronto la encontraron entraron en ella, el lugar lucía antiguo y lúgubre trataron de restarle importancia, solo querían que pasara rápido la noche para que pudieran arreglar el autobús y seguir con su viaje escolar.

Subieron por unas escaleras hasta el segundo piso, buscando la habitación 203; tan pronto la encontraron entraron en ella, el lugar lucía antiguo y lúgubre trataron de restarle importancia, solo querían que pasara rápido la noche para que pudieran...

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Eran las 12:36 am cuando Melissa despertó a July y a diana asustada, pues había escuchado como golpeaban la puerta de su habitación.
Las chicas se levantaron de sus respectivas camas y con paso lento se acercaron a la puerta, con cuidado la abrieron pero no encontraron a nadie. Decidieron ignorar ese hecho y cerrar de nuevo.

Cuando estaban otra vez acomodadas en su cama, se escuchó de nuevo un toc toc en su puerta. Esta vez se levantaron lo más rápido posible y abrieron la puerta de golpe. Nada, no había nada ni nadie. Melissa y Diana estaban asustadas pero fueron convencidas por July para dirigirse al primer piso a investigar.

Bajaron sigilosamente las escaleras y desde allí vieron como la dueña del lugar se encontraba en cuatro patas como si de un animal se tratase, no las miraba, su vista estaba puesta en el techo. Comenzó a emitir murmullos inaudibles y a moverse de forma errática, como si sufriera de temblores. Diana pensó que quizás estaba teniendo algún ataque y necesitaba ayuda, así que apesar de la resistencia de sus amigas, se acercó con pasos vacilantes hacia la anfitriona del lugar. Estaba a pocos metros de la encargada cuando sin previo aviso esta soltó un grito y corrió hasta ella. Muertas del pánico las adolescentes subieron con rapidez las escaleras hasta el cuarto del hotel, cerraron la puerta de un portazo, echaron pestillo y se acurrucaron abrazadas en la cama, arropada de pies a cabeza, como si la cobija tuviera poderes mágicos contra los males. Ninguna supo en que momento el sueño se apoderó de ellas, pero estaban agradecidas de que así fuese.

A la mañana siguiente, no sabían si contarle a su profesor lo sucedido, tenían miedo de ser tachadas de locas o de infantiles por crearse historias

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A la mañana siguiente, no sabían si contarle a su profesor lo sucedido, tenían miedo de ser tachadas de locas o de infantiles por crearse historias. Al final, acordaron entre ellas no decir nada sobre el asunto pero tratarían de mantenerse alejadas de la duela del lugar. El autobús habia regresado y todos estaban listos para irse. Cuando estaban apunto de abandonar el lugar se percataron que la anfitriona estaba parada a un lado de la puerta de salida. Valientemente July le preguntó a esta como había pasado la velada del día anterior y para sorpresa de las chicas, la mujer aseguro haber pasado una plácida noche, tanto así, que no se despertó en ningún momento y durmió profundamente.

Las chicas nunca supieron darle explicación a aquella noche en el hotel y para preferencia de ellas, habían decidido olvidar todo lo ocurrido y seguir con su viaje escolar.

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Historias que escribe mi gato a medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora