Capítulo 7: Días libres

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- Mile –Pond llamó al guitarrista– por petición de todos se les dará dos semana de descanso, no sé qué pasa con ustedes, pero tienen 14 días para volver con energías.

- Yo tengo muchas Pond.

- Pero el resto al parecer no, solo disfruta tus vacaciones.

- Gracias.

Mile se fue a su departamento y durmió un rato más, cuando despertó ya era pasado el mediodía. Envió un mensaje a Apo para saber si estaba desocupado, pero no tuvo respuesta hasta las 3 de la tarde que Apo le dijo que había terminado con su trabajo.

- Hola guapo –Mile le habló a Apo que estaba esperando fuera de la agencia.

- Hola hermoso chofer –Apo se subió en el asiento del copiloto y le dio un beso corto a Mile.

- Tengo una noticia.

- ¿Estas embarazado?

- No seas idiota Apo –ambos se rieron, mientras el mayor se ponía en marcha–, tengo vacaciones por dos semanas.

- Eso es bueno.

- Quería, pues.

- Tendría que hablar con Job para saber si puedo dejar mi agenda abierta –Mile sonrió, no entendía como el hombre a su lado podía adivinar tan bien lo que pensaba.

- Me conformo con tres días.

- Déjame llamar a Job –el chico tomó su celular y marcó– Job, ¿Cómo estás?... oh... bueno... te llamaba para ver si puedo dejar mi agenda libre unos días desde hoy... si lo sé... Mile dijo que tenían libre dos semanas... pero habla con él... espera... - Mile solo escuchaba lo que Apo decía, pero tenía la sensación que preguntó por Bas–, Mile, Job pregunta si todo tuvieron vacaciones.

- Sí, a todo se nos dio y Bas debe estar en casa, si es que no salió por ahí.

- Sí, a todos –Apo siguió al teléfono–, pues ve a buscarlo... bueno basta que yo no puedo ayudarte con eso... ¿Cuántos días?... ok, gracias... sí a ti también.

- ¿Cuánto te dieron? –preguntó Mile cuando el menor termino la llamada.

- 4 días –sonrió el moreno–, así que hay que aprovecharlos.

- Pasamos a tu casa y luego nos vamos.

- Espera –Apo lo miró con grandes ojos- ¿Dónde?

- Es sorpresa –Mile llegó a casa de Apo–, te espero en el auto, trae solo ropa interior y una muda de pantalones corto y playera.

- Me intrigas señor Mile, pero haré lo que ordene.

Ambos rieron y Apo salió del auto para ir a su departamento, tomó una maleta, metió dentro ropa interior dos mudas de ropa y zapatillas, chalas, producto de limpieza facial, toalla y cepillo de dientes. Luego bajo y Mile fue a recibirlo para llevar la maleta al auto y guardarla.

- Señor chofer –dijo Apo–, espero me lleve a un lugar hermoso.

- No te imaginas.

El viaje fue largo y Apo se durmió en el camino, para cuando llegaron ya era de noche.

- Hermoso –Mile le habló suave al oído– oye.

- Mmm...

- Ya llegamos –Apo entonces cayó en cuanta que se había quedado dormido y despertó asustado.

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