Capítulo 4: Acuerdo

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Mile nunca fue de aquellos que rechazaran a los homosexuales, simplemente nunca compartió con alguno.

- Pond –llamó al manager- ¿tienes amigos gays?

- Mmm... pues Mile... yo...

- ¿eres gay?

- La verdad no quería ocultárselo a nadie, pero tampoco encontré necesario que supieran de mi vida privada.

- ¿Cómo es una relación con un gay?

- Bueno, como cualquier pareja.

- ¿y el sexo?

- Espera Mile –Pond se sentía algo avergonzado-, ¿Por qué esa repentina obsesión?

- Es que... pues, le gusto a un gay.

- Eso es normal, hay muchos chicos detrás de usted dentro de los fans.

- El problema es que no es un fan.

- ¿entonces?

- Conocí a alguien en el evento de modelaje, pensé que era mujer, coqueteé con ella por cartas y cuando nos juntamos resulto ser un hombre.

- ¿sentiste asco?

- Claro que no y eso es lo más raro ¿no crees?

- Pues, ¿Qué fue lo que sentiste?

- Él... Pond es hermoso, su piel, sus curvas, su rostro que por fin pude ver bien, sus ojos.

- ¿te gusta?

- Claro que me gusta, pero es un chico y no uno cualquiera, es un modelo con muchos fans y gente detrás de él.

- Y tú eres un guitarrista de una banda famosa que tiene loco a la mitad de los adolescentes de Tailandia.

- Nada bueno saldrá de esto.

- ¿Cómo lo sabes? –Pond tomó las manos de Mile–, te aconsejo que lo intentes si de verdad te gusta y si no estás dispuesto a tener una relación con él por ser hombre, díselo del principio, no le crees esperanzas.

- Gracias Pond eres el mejor...

- Joven Mile –el portero interrumpió la conversación– hay un... pues un...

- ¿un qué? –preguntó Mile.

- Un chico muy guapo –dijo Apo entrando al estudio– que espera que lo recibas sin darle un golpe.

- Apo... -Mile quedó embobado, pues todo lo que este chico usaba parecía quedarle bien.

- Mucho gusto mi nombre es Pond –le estiro la mano al modelo.

- Mi nombre es Apo, el placer es mío.

- Apo de verdad que llegaremos tarde –entró Job.

- Solo será un momento – Apo fue donde Mile y se agachó hasta quedar a la altura de su cara, pues Mile aún no se había levantado–. Escucha, sé que debería esperar a que te decidieras, pero pareces del tipo que no lo hará pronto y yo no tengo paciencia.

- Mile tengo una... -Bas iba entrando y quedó de piedra al ver a Job–, ¿Qué haces tú acá?

- Apo tomate tu tiempo –el gigante se llevó al recién llegado fuera y Pond fue tras ellos.

- La verdad me gustas mucho Mile –Apo puso ojitos tiernos-, y no quiero esperar como estúpido a que te decidas, así que decidí que me daría un tiempo todas las mañanas para que desayunáramos juntos y en caso de que no podamos será entonces una cena.

- ¿por qué? –Mile estaba atónito, el chico era tan bellos que no podía pensar en nada y su corazón parecía que saldrían en cualquier momento.

- Para conocernos, entre más nos conozcamos, mejor será nuestra relación.

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