55: Vieja vida

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5 de la mañana, el sol aun no sale, las calles están vacías. A esta hora pocas personas están despiertas, quizá algunos se quedaron despiertos desde el día de ayer, una parte madruga para poder llegar a su escuela a kilómetros de distancia. Pero el grupo más significativo serían aquellos que se están ejercitando.

Poca gente, no pega el sol, hace frío. Es el ambiente perfecto para entrenar sin que nadie moleste.

+ Mal hecho – y el poder hacer lo que quieras sin ser interrumpido tiene sus beneficios.

+ Lo siento – Hunter agachó la cabeza, apretando con fuerza el objeto en su mano.

+ No lo sientas, hazlo bien – el señor parado a su lado habló con tranquilidad, ejerciendo una enorme presión con solo su voz.

Tras recibir esa indicación, Hunter continuó con su entrenamiento, arrojando con todas sus fuerzas el objeto en su mano, solo para obtener el mismo resultado de antes. Un lanzamiento fallido.

Él agachó su cabeza con frustración, sufriendo por el silencio proveniente del adulto que ahora se paraba a sus espaldas. Este último se mantuvo estático, viendo al objetivo y al niño frente a él con calma, asegurándose de mantener la tensión en el aire hasta el último segundo.

Solo necesitaba mantenerse callado, el silencio se asegurará de hacer temblar a Hunter, la falta de respuestas lo hará aterrarse. Eso lo ayudara a reflexionar sobre su error.

Una vez él consideró que fue suficiente, suspiró con calma, poniéndole los pelos de punto a Hunter.

+ Parece que te estoy exigiendo demasiado – sonaba decepcionado, pero sobre todo resignado. Un par de emociones que aterraron al niño –, es una pena.

+ ¡Tío por favor, dame otra oportunidad! – Hunter rogó, corriendo hacia él antes de que se dirija a la casa y así poder arrodillarse frente a él. Confundiendo un poco al adulto con esta actuación.

+ No te preocupes, ya no tendrás que pasar por esto de nuevo, pronto te relevare de tus cargos – esas palabras lo hicieron temblar –, estoy seguro de que encontraras algo en lo que seas bueno en otro lugar.

El señor volvió a hablar con tranquilidad, inclusive con indiferencia, rodeando al niño para así no pisarlo por accidente.

+ ¡Por favor! – Pero Hunter no se rindió, de inmediato corrió y volvió a arrodillarse frente a él –, ¡puedo hacerlo bien, por favor!

Una vez más el silencio se apoderó del sitio, ninguno hacía ningún movimiento innecesario, ninguno emitía algún sonido. Quizá la mirada de Hunter estaba en el piso, pero era claro que su atención estaba enfocada en su totalidad en los pies de su tío. De esa forma reaccionaría a cualquier movimiento que el adulto haga.

El señor tenía eso claro, no por nada decidió permanecer inmóvil para asegurarse que el niño comprendiera bien su posición.

+ No te sobre esfuerces – cuándo volvió a hablar lo hizo con algo de disgusto –, una herramienta rota solo necesita ser cambiada, entiendes eso bien.

+ ¡Puedo hacerlo! – Hunter seguía insistiendo, haciéndolo suspirar con agotamiento.

+ Ya no puedes cumplir tu rol, solo conseguiré a alguien más, en algún lugar habrá...

+ ¡Yo soy un cuchillo! – Hunter gritó, enterrando su frente en el piso y ganándose el interés del señor –, ¡aun resisto, puedo hacerlo bien, no, no quiero ser desechado, por favor!

Su voz se rompió por un momento, dando la leve impresión que iba a llorar.

+ Un cuchillo, ¿no es así? – Y ese sonido lo enfureció –, si ese es el caso me gustaría aclarar un par de cosas contigo. ¿Acaso los cuchillos lloran?

Hermanos a la obra (Lumity /Huntlow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora