Amor a escondidas [PAUSADA]

Capítulo 9

—Gracias por el día de hoy —dice, sonriendo—. Cualquier plan es perfecto a tu lado.

Sus palabras se sienten como una caricia al corazón, quisiera poder ver su sonrisa por siempre.

—Tú haces que los planes sean perfectos —confieso.

Beso su cabeza con suavidad. Ella entrelaza nuestras manos para empezar a caminar, ese simple y pequeño gesto siempre hace que mi corazón vaya un poco más rápido que de costumbre.

—Qué cursi eres —bromea.

—Haces que sea así.

—Creo que tengo algo que confesar.

—Te escucho, bella dama.

—Pensé que eras igual que Mark.

La vuelvo a ver, con la sorpresa en mi rostro y ella solo ve al piso, ocultando su expresión vergonzosa. Detengo mi caminar, haciendo que por fin se atreva a mirarme.

—¿Por qué te detienes?

—¿Por qué pensabas eso de mí?

—Bueno, eres su primo y...

—Que seamos primos no quiere decir que sea igual a él.

Sin embargo, caí en su juego y corro el riesgo de que ella se entere y me deje. Aunque, no la culparía, yo solo le haré daño cuando toda esta mierda se sepa. Todos los días me voy a dormir con el miedo de que ella se haya enterado.

—De eso me he dado cuenta en todos estos meses.

—¿Ahora qué piensas de mí?

—Eres muchísimo mejor de lo que esperaba. Me siento a salvo contigo, ahora sé que nunca me harías daño.

—No esperes tanto de mí, por favor —suplico—, sabes que puedo herirte, tú también puedes hacerlo conmigo.

—Yo no pienso herirte.

—Al final lo harás.

—Yo te quiero, ¿cómo podría hacerte daño?

—A veces, las personas que queremos son quienes nos hieren más rápido. Pero, aun así, te seguiría queriendo, porque... me enamoré de ti.

Me abraza fuerte, recostando su cabeza en mi pecho. Estoy seguro de que puede escuchar mis latidos acelerados, sus brazos se enrollan con más fuerza en mi cintura y me hace ver que realmente no quiere hacerme daño.

Sostiene mi cara entre sus manos y, tras un largo suspiro, dice: —Por favor, no vuelvas a pensar que puedo herirte, porque lo único que quiero es amarte siempre que las cosas anden bien, y te amaré aún más, cuando las cosas marchen mal, porque solo tengo amor para ti.

Todo en ella es sincero, su amor hacia mí, sus palabras, su mirada. ¿Hasta cuándo le seguiré mintiendo en su cara? 

—Si en algún momento te llego a herir, quiero que me perdones, mi intención jamás será hacerte daño.

—Tú no puedes herirme, lo prometiste ¿Te acuerdas?

«—He estado enamorada de ti por mucho tiempo. Jamás pensé que le llegaría a gustar al guapo y popular Leonardo Palmer —hace una pausa—, pero aquí estoy, confesando todo lo que siento por ti. Y creo que no lo habría hecho con nadie más, pero saqué valor y no sé de dónde —ríe levemente—. Así que te entrego mi corazón, Leo, y por favor no lo rompas, es frágil.

—No lo haré.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.»