Diez

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Abrió sus ojos por inercia observando la habitación desconocida, frunció el ceño intentando despertar por completo, su corazón se aceleró con miedo al no reconocer del todo la habitación pero cuando los grandes brazos del rizado lo abrazaron más fuerte el castaño ronroneo como un gatito, giró su rostro para observar al rizado dormir, era simplemente artístico. 

Sus pestañas caían con elegancia sobre sus mejillas, sus labios carnosos se mantenían ligeramente abiertos y su mejilla estaba aplastada contra la almohada, nunca había visto las expresiones del director tan relajadas, Lucía como un tierno niño. 

Con sumo cuidado levantó su mano para acariciar su suave mejilla, se creía estar en un sueño, uno del que no deseaba despertar jamás, su vida se había vuelto mucho más bonita desde que Harry llegó. 

De pronto un tercer peso sobre la cama lo hizo abrir más sus ojos, Pain se metió entre ambos lamiendo el rostro del menor y despertando con su escándalo al rizado, soltó un quejido intentando apartar con suavidad al cachorro pero este se negó al ser acariciado por Louis.

— Pain déjame dormir un poco más —Se quejó como un crío, Louis rio por lo bajo mientras le observaba.

— ¿Quien es el crío ahora? 

Harry abrió sus ojos al recordar que Louis estaba en su cama, sonrió aún con sueño y talló sus ojos suavemente, Pain se recostó por fin acurrucando su cabeza entre ambos. 

— Buenos días, Mocosito —Pellizcó su mejilla suavemente. 

— Buenos días, Harry —Sonrió sonrojado. — Tu cama es muy cómoda, no recuerdo la última vez que dormí tan bien 

— Es muy espaciosa —Asintió mirándolo. 

Ambos se quedaron en silencio, pero aquel momento ya no era incómodo, parecían bastante cómodos acariciando con suavidad el pelaje del cachorro y rozando sus manos de vez en cuando. 

— ¿Como la pasaste anoche? —Murmuró el castaño observando su mano cerca de la suya. 

— Para serte honesto, fue por mucho la mejor noche que he tenido en mi vida —Murmuró llevando su meñique a entrelazarlo con el del menor. 

— Me gustaría saber más sobre ti —Aferró el agarre. 

— No hay demasiado que saber, Louis...Mis padres eran sumamente estrictos, buscando siempre que fuese el mejor, llevé muchas clases avanzadas así que a los 19 terminé la universidad —Mordió su labio teniendo fugaces recuerdos. 

— Debe ser complicado ¿no? ser perfecto —Acarició los rizos que caían por su frente. 

— No creo estar ni cerca a ser Perfecto, nunca lo he estado por eso siempre me exigían más y más —Negó con su cabeza. 

— Si eran tan estrictos ¿Por qué tienes tantos tatuajes? —Delineó el barco en su brazo.

— Fue mi etapa de rebeldía, pero ya había terminado mis estudios, estaba trabajando y decidí hacerme todos estos tatuajes, me gustan mucho —Sonrió encogiéndose de hombros. — Me gané que me echaran de mi familia. Así que tenías razón, Tomlinson, estoy solo.

Soltó un suspiro acomodándose mejor boca arriba mientras veía el techo, Louis lo observo por algunos segundos y llevó su mano a su pecho.

— Pero ya no lo estás, tienes a Pain que es un increíble cachorro y... si así lo quieres, también me tienes a mi, yo también estoy solo —Se encogió de hombros. 

Harry sonrió marcando los hoyuelos en sus mejillas y giró su rostro para verlo nuevamente, sabía perfectamente desde la primera vez que el castaño se presentó a almorzar a su oficina que lo había subestimado, todos sus profesores lo hacían, por que el chico era listo, maduro y decidido. 

DETENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora