Al día siguiente, fui al colegio, mi segundo día de clases y ya tenía una ¿amiga?
Tenía el número del chico en el bolsillo y sentía una sensación rara, como si fuesen celos, aunque obvio no eran celos porque ¿De qué estaría celosa? Supuse que el chico era de un aspecto atractivo y su número era para Mad y no para mi y eso me habia puesto celosa porque en California yo era la más popular y todos querían salir conmigo, ¿No?
-Hola Sara ¿Cómo estás?- Saludó Mad al verme sentada en nuestro banco.
-Hola- Balbucee en voz baja. -Bien, tengo algo para vos.- Dije y le enrtegué el papel aun con esa sensación rara que claramente eran celos.
-¿Te pasó algo?- Dijo preocupada al escuchar mi tono de voz ignorando que le dije que tenía algo para ella.
Era mi oportunidad para no darle el papel, ya que ella no había escuchado lo que le había dicho anteriormente.
Pero yo nunca fui egoista ni nada de eso, aunque nunca me pasó sentir celos hacía una mujer. Pero Mad es tan dulce y buena que me parecía de muy mal gusto no entregarselo.
-No, un chico me dió su número.
-¡Qué bueno!- Exclamó entusiasmada por la noticia. Claro, no me había dejado terminar de hablar.
-Es es para vos.
Me miró incómoda y se hechó para atrás apoyando su espalda sobre el respaldo mostrando un aspecto de incomodidad.
-Tranqui, no pasa nada.- Agregué para terminar ese silencio incómodo.
Mad iba a agregar algo a la conversación cuando entró el profesor al aula y tuvimos que callarnos.
Al terminar el horario de escuela se me acercó Mad a ofrecerme ir a su casa.
-Va a tener que ser en la casa de mi abuela, porque mi casa es un desastre.
Yo no tuve ningun problema asique acepté de inmediato.
Al llegar a la casa su abuela no estaba asique escuchamos música alta un rato, bailamos y nos reimos mucho.
Una vez nos relajamos nos sentamos ambas en la cama matrimonial de su abuela.
-Tengo una idea, dame tu celular.- Me dijo.
Se lo di sin problema, no tenía nada que ocultar, o al menos eso creí hasta que abrió Google.
-¿Qué es esto?- Preguntó enseñandome la pantalla de mi celular.
Era una busqueda que yo había hecho, "¿Cómo saber mi sexualidad?"
Me puse muy nerviosa al ver esa búsqueda y no se porque. Aunque con mi familia nunca hablamos de esos temas y era la primera vez que lo "hablaba" con alguien.
-¿Vos nunca dudaste de tu sexualidad?- Pregunté con la voz algo quebrada del nerviosismo que me dio haber visto eso.
-No.- Respondió frunciendo el ceño. -Pero contame, ¿Vos si?- Preguntó acomodándose en la cama para terminar cara a cara conmigo.
-Si, en algún momento dudé, por eso lo busqué.
Mad se quedó callada mirando a un punto fijo como si estuviera pensando.
-Soy hetero.- Dije inmediatamente para evitar un silencio incómodo otra vez, aunque rápidamente me arrepentí de haber dicho eso ¿Cuál era la necesidad de aclarar eso? Ella nisiquiera me estaba preguntando.
Mad soltó una pequeña risita.
-Está bien, de todas formas no hubiera pasado nada si no eras hetero.- Dijo y me quedó más en claro todavia que fue totalmente ridículo haber aclarado ese detalle.
-Ahora dame tu celular.- Agregué para cambiar de tema.
Cuando me lo dió fui directo a sus chats, había un número que lo tenía agregado como "Franco" y me sorprendió que su último mensaje con él era un emoji de corazón asique entré al chat.
-¿Quién es?- Pregunté sintiendo de nuevo esa sensación rara de celos hacia ella.
-El chico que te dió su número.
-¿El chico del supermercado?- Pregunté sabiendo que claramente la respuesta era "Si".
Soltó una carcajada.
-Que buen apodo, "El chico del supermercado", si, es él.
-¿Ya son novios?- Pregunté intentando cubrir mis ganas de explotar de celos en ese mismo instante.
-Estamos hablando, pero por ahora no porque él quiere algo serio pero yo no estoy segura, tengo que conocerlo más.- Respondió, me sentí bien pero seguía dandome celos, obvio era porque en mi otra ciudad todos estaban atrás mio y ahora no por ser "la nueva".
-¿Vos tenés novio?- Preguntó.
-Tenía novio, pero ya no, cuando se enteró que me iba a mudar me dejó.-
-Que feo.- Dijo mientras me agarraba la mano. -Podés contarme si queres.- Siguió.
Ahí me di cuenta que se me habían salido unas lagrimas.
-En mi otra ciudad yo era la mas popular, los chicos de mi curso estaban locos por estar conmigo y tenía muchisimos amigos. Nunca me gustó jugar con los sentimientos de las personas, asique si me ponía en una relación era en serio, no me gustan las relaciones informales ni nada de eso. A mi novio de ese entonces solo le importaba mi popularidad y mi dinero, porque mi papá era un empresario muy conocido. Mi novio sabía que si me iba de la ciudad mi popularidad terminaria junto con poder aprovecharse de mi tarjeta de crédito, y así fue. Yo me fui de la ciudad y junto a eso se terminó mi popularidad, mi dinero, mi relación y mis amigos. Al fin y al cabo descubrí que nadie me quería por como soy, sino por lo que tenía.-
Me abrazó y me dijo una de las palabras más valiosas que me dijeron jamás.
-Si él no sabe valorar lo hermosa y buena persona que sos, entonces no era el indicado.
Nadie me había dicho eso antes, la abracé y lloré los más fuerte que pude.
-¿No tenés ningun amigo o amiga que te haya quedado en tu otra ciudad?
-No, también eran falsos, solo les importaba mi popularidad y mi dinero.-
-¿Sos millonaria?- Pregunto en forma de broma.
Me reí pero en realidad si era millonaria.
-En realidad si, era como "millonaria", papá es el hijo de un empresario famoso, con lo cual mi papá también siguió sus mismos pasos. Mamá conoció a papá de jovenes y se casaron, me tuvieron a mí y hace unos meses se divorciaron. Papá nos dejó seguir viviendo con él pero cuando descubrió que mi mamá le había sido infiel con su actual novio papá nos hechó de casa, asique tuvimos que venir acá donde vive el novio de mi mamá. Él nos dió un departamento muy viejo que se cae a pedazos, pero al menos tenemos un techo y comida.-
Se me volvieron a caer lagrimas.
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El Amor A Través Del Clóset
RomanceSara y Madison son dos adolescentes de 16 años que se conocen en la escuela en su primer día de clases. Todo empezó como una simple amistad pero, ¿Al final seguirá todo igual de bien?.