5- Vecinas

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Al terminar las clases Mad se me acercó.

-¿Vamos juntas a casa?

-Vos andá, yo voy a tardar un rato.

-Te espero, no me molesta.

-Tengo que hacer unas compras antes.- Dije mintiendo, en realidad no quería pasar más tiempo al menos por unos minutos con Mad porque todo ese día fue totalmente incómodo para mí.

-Bueno, te acompaño.

-También quiero ir al bosque, asique andá vos sola.

-Está por llover, te vas a empapar. Mejor vas otro día al bosque.

Suspiré furiosa al darme cuenta que no había ninguna manera de convencerla. -Vamos a casa.- Dije resoplando dándome por vencida.

Tal y como lo pensaba, todo ese camino a casa fue completamente incómodo porque Mad hablaba y yo apenas le respondía. Pero como si no puediera haber una noticia peor para mi en ese momento, nos dimos cuenta que somos vecinas.

-¡¿Somos vecinas?!- Dijo Mad casi saltando de la emoción.

-Parece que si.- Dije apretando los puños.

-Bueno, nos vemos mañana.

La abracé y me fui rápido a casa.

Mamá me recibió con la "agradable" (agradable para ella, no para mi) noticia de que Pablo se iba a quedar a comer. ignoré esa noticia y me encerré en mi habitación, un poco a buscar cosas sobre la comunidad LGBTQ+ y otro poco a llorar.

Mamá me llamó para comer, y aunque le dije que no quería comer me obligó a hacerlo de todos modos. Una vez sentados en la mesa mamá hizo la misma pregunta de siempre, aunque con la diferencia de que estaba tan de mal humor que me había cansado de fingir.

-¿Cómo vas con Mattew?

Me quedé callada mirando al plato dónde solamente había cortado la carne pero no había comido ni un solo pedazo.

-¿Siguen siendo novios?- Dijo algo confundida al no oir respuesta de mi parte.

-No.- Respondí de la manera más seca posible.

-¿Cómo no?- Pude notar el tono de sorpresa y probablemente algo de furia viniendo de su boca. -¿Hace cuánto?

-Desde que nos mudamos a esta ciudad.

-Eso ya fue hace bastante tiempo, ¿Por qué no me contaste nada?- Dijo casi sacando humo por las orejas.

-Porque probablemente te ibas a enojar como lo estás haciendo ahora.- Tiré los cubiertos sobre la mesa y me fui a mi habitación.

Al sentarme sobre mi cama vi que tenía muchas llamadas perdidas de Mad.

Solo le mandé un mensaje de texto diciendole "No puedo hacer llamada, nos vemos mañana." Ella respondió con un "¿Estás bien?" Pero yo le clavé el visto.

Al día siguiente me desperté con los ojos hinchados porque antes de dormir había llorado un poco. Me levanté y me hice un café de desayuno como todos los días hasta que escuché que alguien había tocado el timbre.

-¿Hoy viene Pablo?- Me pregunté a mi misma.

Cuándo abrí la puerta vi que estaba Mad parada detrás de ella.

-Casi tengo que tirar la puerta abajo para que me abras.- Dijo con un tono molesto.

-No me acuerdo haber acordado de vernos.- Le respondí en el mismo tono.

-No acordamos nada pero quise venir igual, ¿No puedo?

-Estoy ocupada.- Dije intentando cerrar la puerta.

-Quiero que hablemos.- Respondió apoyando su mano sobre la puerta para que no la cierre.

-Entrá un ratito nada más.- Agregué dejándola pasar.

Nos sentamos en el sillón y la conversación no duró mucho.

-¿Qué te pasa?-  Preguntó.

-Nada.

-Desde la fiesta estas rara, ¿Pasó  algo con Agus?

-No.

-¿Hice algo que te enojó?

-No me pasa nada.

-Vos no sos así...

-Vos no me conocés...

-Te conozco y vos...

-No quiero hablar más, andate.- Dije interrumpiéndola porque ya me iba a poner a llorar.

Me miró por unos segundos, me miró enojada, claramente, suspiró y en silencio se levantó, caminó hacia la puerta y se fue cerrándola muy fuerte.

Lo único que pude hacer fue mirarla mientras se iba y una vez lo hizo lloré muchisimo.

No me atrevía a decirle a mamá los motivos por los que no quería ir a la escuela asique no me dejó faltar sin ningun motivo.

Al llegar al colegio entré al aula y Mad me estaba fulminando con la mirada. Me senté y todo fue muy incómodo, ella estaba tan enojada conmigo y yo no me atrevía a hablarle después de lo ocurrido.

El Amor A Través Del ClósetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora