Hoy era otro día más en la vida de Kang Yeosang, otro día completamente normal para él, por lo tanto, un mal día.
Estaba sentado con elegante ropa sobre la larga mesa del comedor, un comedor prácticamente vacío si no estuviese la presencia de WooYoung, su mejor amigo.
—¿Cómo estás? –preguntaba al verlo desanimado mientras tomaba sus tostadas.
—Cómo siempre –respondió secamente.
—Entonces supongo que no muy bien, ¿por qué no llamas a Seo Hee? –propuso su mejor amigo intentando animarle un poco–. No puedes dejar que haga todo el trabajo de la boda ella sola.
—Lo sé, pero realmente no tengo ganas de eso –Yeosang intentaba expresarse, pero no podía definir esa sensación que tenía en su interior.
Su falta de inspiración lo llevaba al desánimo de no querer hacer nada de lo que él solía disfrutar.
Últimamente se centraba más en cosas comunes cómo jugar videojuegos, usar drones o montar en skate, cosas que había dejado de hacer hace años debido a que tenía que centrarse en sus responsabilidades cómo artista.
E incluso esa pequeña vuelta a su adolescencia, no había conseguido darle la sensación que necesitaba.
—Igualmente no está bien, la boda es en 7 meses y no puedes dejar que tu prometida haga todo el trabajo por ti. A veces dudo que la quieras.
—¡Claro que la quiero! –exclamó con rapidez, en su mente la única persona que quería era ella, y bueno, obviamente, Emma Watson.
—No lo parece, no te veo emocionado por casarte por fin con ella –recrimina WooYoung, realmente quería a su mejor amigo pero también era consciente de que no se estaba portando bien ante aquella situación.
—Nada me produce emoción –intentó explicar.
Jung únicamente suspiró y miró su reloj, debía irse a ensayar junto a sus compañeros de baile.
—Mira, me tengo que ir, te recomiendo que la llames y la ayudes con la boda, al fin y al cabo te vas a casar, deberá estar a tu gusto.
—Está bien, gracias –Yeosang le dio una desganada sonrisa al otro chico antes de que este se fuera por la puerta.
Terminó de desayunar y antes de llamar a su amada dio una vuelta por los verdes jardines de su gran casa, mientras tomaba una dulce bebida.
¿Cuál era esa sensación constante de anhelo que sentía en todo su ser? ¿Qué necesitaba? Realmente no tenía claro aquello, quería intentar explicarlo pero se le hacía demasiado difícil.
Kang Yeosang nunca fue bueno demostrando sus sentimientos, y no se veía capaz de serlo en el futuro. Pero aún así, en esa etapa de su vida le estaba costando más de lo normal expresarlos.
El chico siempre había sido una persona burlona, divertida y llena de vida. Alguien raro y gracioso, y aún así, bastante maduro.
Su vida debía decir que había sido bastante fácil, tuvo unos padres que siempre lo quisieron, una magnífica situación económica y una gran estabilidad emocional.
Pero en esos instantes no se sentía él mismo. Siempre estaba conforme con todo lo que había ocurrido con su vida, y ahora no le parecía suficiente.
No se habría preocupado si solo hubiese sido un bloqueo creativo de no mucho más de un mes, no habría sido la primera vez que le ocurría.
Su problema estaba en que no era capaz de pintar, y aunque no había una fecha exacta en la que todo ocurrió, esta sensación la debía tener desde hace más de 4 meses.
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ɪs ᴊᴜsᴛ ᴀ sɪᴍᴘʟᴇ (ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ) ʙᴏᴏᴋ (ᴋᴀɴɢ ʏᴇᴏsᴀɴɢ)
Fanfictionⁱˢ ʲᵘˢᵗ ᵃ ˢⁱᵐᵖˡᵉ ᵖᵉʳᶠᵉᶜᵗ ᵇᵒᵒᵏ|| Kang Yeosang tenía todo lo que un joven de 25 años podría desear, desde una gran riqueza a un buen grupo de confiables amigos, una preciosa prometida de la cual había asumido estar enamorado y un importante puesto ent...