El trapo que llevaba en las manos cayó, mientras salía hacia otro lugar que Yeosang no era capaz de reconocer. Taehyung le hizo una seña para que la siguiera, y Kang obedeció gustoso.
Hana había entrado en lo que debía ser su despacho, el cuál le recordaba extrañamente al de Taehyun, lleno de libros, un cómodo sillón y un escritorio.
—¿Quién eres? –se atrevió a preguntar nerviosa, mirando a otro lado mientras daba vueltas por la habitación.
—Kang Yeosang –habló, pero sabía en el fondo que debía decir algo más–. Soy tu fan.
Ella frunció el ceño totalmente enfadada, pero segundos después relajó su expresión, y de nuevo, se volvió a molestar. Parecía que estaba teniendo un debate interior sobre cómo actuar en esos instantes.
—¿Sólo quieres ver el nuevo libro antes de tiempo, verdad? –respondió ella con molestia, se acercó a la biblioteca sin esperar respuesta alguna y sacó el libro de tapa anaranjada, para luego tirarselo a Yeosang, esperando que cayera en sus manos.
Claro, que su puntería era horrible así que la punta de este estrelló con la mejilla de Kang, quién soltó automáticamente un fuerte quejido por el repentino daño.
—¡Perdón! ¡No quería darte en realidad! –exclamó al darse cuenta de lo que había hecho, se acercó para recoger el libro y comprobar que se encontraba bien–. Lo siento –se volvió a disculpar preocupada.
Pero Yeosang sólo se podía preocupar de que su ídola le acababa de lanzar un libro a la cara, ¡era lo más cerca que nunca estuvo de tocar algo suyo! Sin tener en cuenta que se encontraba en su casa cómo todo un acosador.
—No pasa nada... –consiguió responder, todavía absorto, pero intentando volver a poner los pies en la tierra.
—¡Puedo recompensarte! –dijo cómo si acabara de tener una gran idea–. He hecho galletas, puedes probarlas.
—Recomiendo que vayáis a una cafetería a hablar –apareció Taehyung con el perro entre sus brazos–. No quieres probar esas galletas, una vez acabé en el hospital.
—Oh, mi mejor amigo se pasa todo el día cocinando, he probado de todo –negó Kang, teniendo curiosidad por cómo sabían.
Tae sonrió maliciosamente y salió de allí, volviendo con una galleta totalmente negra.
—Es por culpa del chocolate –se excusó falsamente Hana, intentando disimular sus fallidos intentos culinarios. Aún así, el azabache llevó la galleta a su boca, escupiéndola de inmediato.
—Es lo peor que he probado nunca –admitió soltando la galleta, recibiendo sonoras carcajadas del par de amigos.
—Creo que llamaré a Seokjin si quiero hacer algún postre –rió la joven–. Vamos a una cafetería cómo modo de compensación por lo del libro y las galletas, yo invito.
El chico estaba alucinando, cuándo Taehyung lo metió en su casa de manera sorpresiva esperaba que lo echaran a patadas de allí en los primeros 5 minutos, pero la aparente extrovertida escritora parecía estar dispuesta a entablar una conversación con él.
—Mejor vamos a un lugar de pollo frito, es casi la hora de comer –propuso Yeosang y ella pareció sorprendida, pero rápidamente sonrió.
—Me parece una gran idea –admitió mientras cogía las llaves de su escritorio y se dirigía hacia la puerta–. ¿Algún restaurante a recomendación?
—Si quieres te puedo llevar –propuso, pero Kim rápidamente se metió en la conversación.
—Hana, no voy a dejar que un desconocido te lleve a ningún sitio –se preocupó, pero la joven lo miró con incredulidad–. Quiero tu ubicación en todo momento, y un mensaje cada 1 hora, ¿sí?
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ɪs ᴊᴜsᴛ ᴀ sɪᴍᴘʟᴇ (ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ) ʙᴏᴏᴋ (ᴋᴀɴɢ ʏᴇᴏsᴀɴɢ)
Fanfictionⁱˢ ʲᵘˢᵗ ᵃ ˢⁱᵐᵖˡᵉ ᵖᵉʳᶠᵉᶜᵗ ᵇᵒᵒᵏ|| Kang Yeosang tenía todo lo que un joven de 25 años podría desear, desde una gran riqueza a un buen grupo de confiables amigos, una preciosa prometida de la cual había asumido estar enamorado y un importante puesto ent...