Any abrió la puerta y encontró a Poncho tirado en su silla.
Any: ¿cuánto tiempo has estado aquí bebé? - Sonrió acercándose a él.
Poncho: Bastante, Lilian dijo que no querías que te interrumpieran, así que esperé. ¿De qué hablaban tanto?
Any: estaba resolviendo nuestros problemas. - Sonrió victoriosa, sentándose en el sofá en la esquina de la habitación.
Poncho: ¿Y cómo hiciste eso? – alzó una ceja – ¿Y por qué diablos te sentaste tan lejos de mí? Se levantó de su silla y caminó hacia ella.
Any: porque no puedo sentarme en tu regazo aquí en el trabajo loco. - Le tocó la nariz con el dedo índice - Y le hablé a Rojas de Claudia.
Poncho arrugó la nariz: no quiero oír el nombre de ese retrasado.
Any se rió: y gracias a mí no volverás a ver su cara a partir de la próxima semana.
Poncho: que hiciste travieso?
Any: Le dije todo a Rojas, como no quiere que el nombre de la editorial esté cerca de un juicio, accedió a trasladarlo a otra sucursal.
Poncho: cual?
Any: el de Inglaterra. Se tapó la boca con la mano para ahogar la risa.
Poncho se rió: Te amo Anahí Portilla, eres única.
Any: Lo sé bebé, lo sé. Merezco una recompensa, ¿no?
Poncho: puedes estar seguro de que lo tendrás en ksa. Él sonrió con picardía, apretando su muslo.
Ay: jaaa Poncho! No estoy en el trabajo.
Poncho: Es solo para probar hasta que llegue a casa, ya que esa maldita botella no me deja hacer nada más.
Any: vamos a almorzar, es mucho mejor. Se levantó, agarró su bolso de su escritorio y se fue.
Al final del día, cuando Any estaba a punto de salir de su habitación, Dul y Mai irrumpieron como un huracán.
Any se rió: ¿puedo saber dónde está el fuego?
Dul: divertido. Los dos nos pasamos todo el día curiosos por saber que pasó y tu vienes con una broma? Puedes hablar anahí.
Mai: ¡Solo di lo que solías decirle al jefe!
Cualquiera: y pensé que me iba a casa a disfrutar de mi amor. - Dejó caer la bolsa sentándose - ¿Cuánto de la historia sabes?
Dul: ¡Cuánto drama! Viven juntos, trabajan juntos y siguen besándose. Entonces dejen de hablar como si no se hubieran visto en siglos.
Mai: Lo que yo sé es lo que dijo Chris, que la loca de Claudia drogó a Poncho.
Any: y se fue. El idiota tomó una dosis tan alta que el médico dijo que si Poncho no hubiera sido joven y fuerte, podría haberse muerto. Pasó toda la noche en el hospital, pero ahora está bien.
Mai: Bueno any, pero dime que vas a hacer.
Dul: quiere ayuda para golpearla. ¡Me gustaría! - ofreció emocionada.
Any se rió: cálmate Chuck. - Sacó la lengua Dul - Por ahora logré que Rojas la trasladara a la sucursal en Inglaterra. Veamos cuál será la reacción del perturbado.
Dul: ¡¿ni siquiera una palmadita?! - preguntó fingiendo estar triste.
Mai: Dios mío, estoy demasiado emocionada para retorcerle el cuello a ese pollo. - dándose golpecitos con el dedo índice en la barbilla pensando - Any, ¿has pensado alguna vez en quién podría ayudar a Claudia con eso? Porque ella no tiene la capacidad de crear una campaña para la revista, y mucho menos pensar en ella sola.
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Aprendiendo amar
FanfictionLos ponny va descubriendo que pueden ser mas que unos simples amigos .