En la comisaría, la delegada escuchó con atención la historia contada por Any, le practicaron el cuerpo del delito y en Poncho para adjuntar el formulario, Poncho entregó las tarjetas que le enviaron con las rosas y presentó denuncia por persecución e invasión. de propiedad privada.
Delegado: Señorita Portilla, lo que puedo hacer por usted es solicitar un mandato judicial y mantenerla en prisión por ahora. Pero ya sabes cómo funciona el sistema para pijos como este. Es un delincuente por primera vez, probablemente lo van a sentenciar a algún servicio comunitario o pagar algunas canastas de alimentos.
Poncho: Ya me lo imaginaba. - brazos cruzados mientras estaba de pie detrás de Any que estaba sentado.
Diputado: ¿Conoce a alguien a quien pueda llamar para admitirlo en el hospital?
Poncho: Sí, su esposa. Quiero que ella lo sepa todo, su nombre es Ana Gabriel.
Delegado: Por supuesto, también nombraré a un psicólogo para que hable con él, para saber si tiene un brote, eso solo justificaría tanta persecución.
Poncho: Y cuando sabremos el desenlace de todo esto.
Delegado: Pronto señor Herrera, en cuanto tenga la orden preventiva para su novia me comunico. – Extendió su mano para saludarlo – Por ahora creo que mejor te vas a casa y te ocupas de estas heridas, se están empezando a hinchar.
Poncho: Gracias señor.
Una vez que fueron liberados, Any respiró aliviado.
Any: Solo quiero nuestra cama ahora. - abrazando la cintura de Poncho.
Poncho: Yo también amor, pero tenemos que pasar por el hospital y revisar tu muñeca y necesito hacer unas vendas.
Any lo observó: sí, su ojo se está poniendo morado y su mandíbula está un poco roja. - Lo tocó levemente - ¿Te duele?
Poncho: no mucho, Velasco no sabe ni batear.
Any: mejor así, odiaría que lastimara más su carita perfecta. Sonrió acariciando su mejilla.
Poncho: pero lamentablemente lograste cortarme la boca por dentro. Pasó un dedo por la sangre seca en la comisura de su boca.
Any: ¿Eso quiere decir que nos vamos a quedar y besitos? - preguntó inocentemente.
Poncho se rió: ¿Estás loco? Ni creo que me quede sin tus besos. Simplemente no lo hago ahora porque mi boca sabe a sangre.
Any hizo una mueca, sacando la risa de Poncho, fueron directamente al hospital y permanecieron allí menos de una hora.
Cuando llegaron a casa estaban exhaustos, se ducharon, se cambiaron de ropa y se fueron directos a la cama a dormir abrazados.
En el hospital, Velasco estaba acostado y tomando medicamentos para calmar el dolor, su pierna ya enyesada estaba suspendida. Estaba despierto, perdido en sus pensamientos, cuando escuchó la puerta abrirse.
Velasco: Ana, ¿qué haces aquí? – le preguntó a su esposa quien entró a la habitación con pasos firmes.
Ana: ¡Debería preguntarle eso a Velasco! – dijo ella irritada – ¿Te das cuenta que tuve que interrumpir mi viaje para ver a mi esposo todo lastimado porque trató de agarrar a otra mujer por la fuerza?
Velasco: No del todo, querida. - Hablaba con dificultad.
Ana: y que es entonces? ¿Otro robo? Pulpame con tus mentiras Manoel, no las necesito. Y de paso, prepárate porque te vas a hacer un examen psicológico y dependiendo del resultado te vas a tomar unas largas vacaciones en casa de mi padre.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo amar
FanfictionLos ponny va descubriendo que pueden ser mas que unos simples amigos .