IV

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NARRADOR

Estraburgo 6:00 pm hora local

Hay una boda que celebrar en la ciudad de Estrasburgo, donde hay toda una sociedad de élite alta, donde están los que gobierna el mundo con un solo un chasquido.

En esta ciudad se encuentran en una sala de festejo dividida la élite en 4 familias. Esta la familia Stradda, la familia Winston, la familia Stimbruge y la más codiciada y la número uno donde sus riqueza podría acabar con el hambre mundial la familia Anderson

La familia con el rango número 4 es la familia Stradda cuya élite es gobernada por el mayor de los tres hermanos que es Willson Stradda. Dueños de los hoteles&resort Stradda.

La familia con el rango número 3 es la familia Stimbruge gobernado por la menor de los 4 hermanos Anne Stimbruge dueña de la colección A&S de lencería en hilos de oro pero que un principio el más grande de sus ganancias era el bufete de abogado recalcando que ella trabaja como jueza de criminología. Para la alcaldía y justicia.

La familia con el rango número 2 es la familia Winstom gobernada por el heredero cuyo nombre es Carlos Winstom, uno de los solteros mas codiciado de todo Inglaterra donde es dueño de la mitad de inglaterra en bienes y raíces. Podría decirse que es pariente de los reyes pero no, no lo es. Pero si tenía amistad con el hombre más codiciado que muy pronto dejara de ser soltero Aiden Anderson dueño del mundo y de los corazones de las mujeres.

Dice la leyenda que es hijo de lo prohibido y lo insano, pudiendo ser el mismo diablo en persona, pero que en poco tiempo se convertiría en leyenda y sueños imposibles ya que en varias horas se convertiría en hombre casado con la menor de los Winstom la pequeña Ashley Winstom.

Todo nervioso y malhumorado se encontraba Aiden en el balcón de su suid fumando y observando la ciudad a lo lejos. No dejaba de pensar que todo lo que iba a pasar era una mierda completa, el era muy joven para casarse y peor aún con la hermana de su mejor amigo. Hermosa si era con su cabellera rubia y ojos azules, pero que para el era más como una hermana que una mujer que pudiera desear.

No estaba feliz, estaba a punto de explotar, estaba enfermo de pensar que muy pronto se iba atar sin amor y peor sin deseo sexual. Iba hacer una catástrofe, y su mejor amigo lo sabía, lo sentía, crecieron juntos y para el tampoco estaba bien visto eso, amaba a su hermana para dejar que su vida sea una mierda aún sabiendo lo tan enamorada estaba de su amigo.

- No puedo C, no puedo casarme, aprecio mucho a tu hermana como para atarla a una vida miserable a mi lado.- decía el azabache terminando su cigarrillo y entrando a la habitación.

Junto a él se encontraba carlos siguiéndolo por la espalda y apoyándose en la mesa y cojiendo un pequeño sobre lo enfrentó

-Lo sé eres mi mejor amigo, mi hermano y se que será una vida de mierda, te conozco Aiden, no eres el indicado para Ashley, ten-

Alza la mano ofreciéndole un sobre blanco, el azabache sospechoso lo recibe con una ceja alzada y saca lo que había adentro.

Unos tickets de avión con destino a NY. Se alojaria en su penthouse, su amigo ya lo tenía todo previsto, el único inconveniente eran los acuerdos, a la edad de 25 años el joven heredero debería contraer matrimonio para heredar toda la fortuna y disponer de ella a su antojo, Aiden quería y necesitaba ser el heredero si no su hermanastro Raib se quedaría con todo ya que estaba casado con la odiosa y horrible hermana gemela de la bruja del reino de Blancanieves. Tan hermosa y malvada como ella ninguna.

- Los acuerdos, tengo que ser el heredero de todo hermano, lo sabes. Haremos lo planeado??.- le pregunto mientras recogía su maleta del clóset para largarse de ahí.

Necesitaba matrimonio pero no uno para toda la vida ya que sabía que si se casaba con la pequeña Ashley sería hasta que muriera, no solo por que es muy querida por los padres de Aiden, la única que la odiaba era la Abuela Megan. Cuyo carácter es como mil dinamitas en explosión. Si no por que sabia que ella por más que el lo demandara ella nunca le se mo daría.

Lo que el necesitaba era un matrimonio sencillo que en dos años se pudiera divorciar sin ningún problema. No habría lazos familiares ni complicaciones absurdas. Simplemente una mujer sencilla que necesitará dinero y ya.

Mientras que ellos escapaban por el otro pasillo se encontraba la pequeña Ashley cuyo sueño se iba al fin ser realidad. Soñaba con su boda desde que era una niña de 4 años quien tuvo su enamoramiento con el mejor amigo se su hermano, que con el tiempo se convertía en obsesión malsana ya que hizo lo imposible para que este matrimonio se realizara.

Todos en la familia pensaban que era una dulce angelito con su cabellera rubia y ojos claros y su melodioso cuerpo y angelical vos, pero que tan equivocados estaban, ella era todo menos bondad. Cuya virginidad la perdió a los 13 años con su guardespalda que era mayor que ella 20 años, obligándolo a caer solo por que la niña tenía ganas de saber a que sabía el sexo oral. Y así ella se creó su vida de dos caras, por el día es una y por la noche es otra. Pensó que llegaría a encontrar a su Shrek ella siendo fiona pero lo que fue es que obligó a su Shrek ser su fiona ya que ella era el verdugo bajo quien murió en su boda.

Así fue para ella, así se sintió ella, aplastada en vergüenza y lágrimas ya que fue abandonada y tragada no por un dragón si no por algo peor, la Sociedad y sus Paparazzis.

La única que orgullosa se sentía la abuela Anderson que no dejaba de reír y tocar con su bastón el piso dándole gracias a los dioses que ni existen por haber escuchado sus plegarias.

Altas horas de la noche para ser preciso a las 10 p.m. hora local en NY, por las calles se encontraba una pequeña mujer de blanco, cuyos zapatos eran unas bailarinas con el cabello recogido y un bolso atravesado, hablaba en las sombras como invocando su salvación. Mientras que en un carro iba pasando un muchacho en traje absorto observando como ella hablaba y gritaba al cielo y al suelo.

Se bajo del carro y se recostó mirando como esa niña iba a convertirse en su salvación. La observaba detenidamente. Piernas torneadas, trasero pomposo, silueta trabajada, cabello oscuro como su mirada que a pesar de estar oscuro brillaban, labios besables, era linda pero no hermosa perfecta para lo que necesitaba. La miraba de perfil hasta que habló y la vio de frente.

Lo primero que sintió fue un vuelco al corazón por el susto que le dio por el grito que escucho. La veía ir y venir hablando sin razón. Hasta que escucho que penso que el era diablo que invoco.

- Que te hace pensar que soy un diablo- hablo por fin viendo como reacciono a su voz.

Los ojos le brillaron por emoción, su mentón se apretó apareciendo un hoyuelo en el medio. penso que era linda pero no hermosa pero se equivoco, ella era realmente hermosa. Ella asombrada respondió y cuando el dijo su ofrecimiento asombrado se quedó, petrificado por su reacción, ella sin más se alejó, dejándolo plantado como árbol en su puesto sin saber que hacer, afligido y enojado por que una estupida como nunca antes lo rechazó.

-Maldita malagradecida- cogio su teléfono y llamo, dando horario y dirección, pidio datos de ella se subió al carro y se marchó.

Tardo, pensó y pensó si ella era la solución, decidió que no, que buscaría otra pero ella se enteraría de quien se río. Iba a destruirla mujer pobretona.

Llamo y llamo y cuando contestaron lo que recibió fue gritos insultos y un timbrado de colgado.

Su amigo le había colgado diciéndole que iba en camino y que lo veía al día siguiente. Porque era un idiota sin remedio.

Y así todos fueron a dormir unos dolidos, otros riendo, una con sed de venganza, otras cansadas y otros pues que os diré, esperando que el día que viene sea mejor que el que acabó.

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