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  Mientras regresaba hacia casa conduciendo mi automóvil, pensaba en las tonterías que Baekhyun me había dicho y aconsejado para tratar con Jongin. 

Para empezar, no tuvo mejor idea que llenarme la cabeza con cientos de cosas que podía hacer con JongIn en la cama y yo me preguntaba de dónde sacaba esas ideas estando aún soltero. Era un caso perdido.

Luego me aconsejó una serie de preguntas para JongIn, que me aseguré de memorizar una por una por las dudas. También me entregó una bolsa que mencionó no la abriese hasta que terminaramos de cenar. La había traído de la calle, o sea que en su descanso se había ido a algún lugar y la trajo, no me imaginaba qué podría ser.

Luego de más intercambios de palabras, le agradecí la ayuda y olvidamos el tema por completo.

Al bajar del auto y caminar con cierta calma hacia la puerta de entrada del departamento, antes de abrirla me detuve en el pasillo un momento. De en verdad quería que las cosas salieran bien, por lo tanto debía ponerme en modo comprensible con todo lo que pasara de ahora en más.

Largué un fuerte suspiro e ingresé sin hacer tanto alboroto. Mientras dejaba mi abrigo en el perchero, observé de reojo el interior de la casa. No había ruido y todo parecía demasiado tranquilo. Demasiado tranquilo para mi gusto.

Conteniendo un poco mi frustración, caminé con paso decidido hacia la sala principal antes de pasar al cuarto, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando encontré a Jongin sentado en la mesa. O mejor dicho, durmiendo en la mesa.

Seguía vestido con el típico traje de oficina de todos los días, pero su cabeza reposaba sobre sus brazos apoyados en la mesa. Obviamente estaba dormido, pero los platos estaban puestos al igual que los cubiertos y la cena hecha. No sabía si reír o llorar.

Antes de despertarlo, me dirigí hacia mí cuarto y allí cambié de ropa a una adecuada para la ocasión. Me di un último vistazo en el espejo del baño y tras un breve suspiro, volví nuevamente con JongIn.

Éste aún seguía dormido, obviamente, así que me acerqué hacia él despacio, cuidando de mis pasos para no levantarlo.

Decidí que si él no era capaz de manterse despierto, yo no iba a ser capaz de esperarlo para comer, así que sin más, me senté en mi lugar habitual y me serví de lo que había preparado, supuse JongIn, ya que la cocina estaba hecha un desastre, el cual estaba seguro debería limpiar yo luego, porque JongIn ni de casualidad tocaba los trastes.

Cortaba trozos de carne para llevarlos a mi boca, mientras observaba como mi moreno seguía durmiendo plácidamente. Por suerte la comida no estaba mal, de echo. Estaba sorprendido, porque JongIn nunca cocinaba nada más que arroz y fideos. Seguramente habría buscado una receta en internet, eso es lo único que voy a alabar de él por ahora, además del gran esfuerzo de ponerse a cocinar luego de un día entero de trabajo. Aunque JongIn llegaba a casa tres horas antes que yo.

A mitad de terminar mi plato, el choque de mis cubiertos con la porcelana lograron llamar por fin la atención del susodicho y éste lentamente pero seguro, fue incorporándose y abriendo los ojos hasta terminar con la sorpresa de mi persona.

—¡KyungSoo! —Exclamó sorprendido haciendo que el vaso que tenia a su lado cayera estruendosamente al suelo.

Entrecerré mis ojos en el momento justo en el que el sonido aturdía la tranquilidad de la sala.

—¿Por qué tanto alboroto? —Pregunté antes de limpiar mi boca con una servilleta de manera inocente—. ¿No estabas esperándome?

El silencio de JongIn y su expresión era todo un poema, pero aún así sentía pena por él, así que le hice una seña con la mano para que no se preocupase por eso.

Desconocidos / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora