Roberth Jonathan Raeken

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Autora
Casi 4 años habían pasado desde la primera ves que piso la gran ciudad de Brooklyn, aún recordaba todo de como había sido el día de su llegada, cada detalle de su viaje desde el aroma dulce de las hamburguesa y los Hot dogs en las calles hasta el olor nauseabundo de la gasolina que desprendían los autos, los grandes rascacielos, las luces, el centro, las personas pasar de un lado a otro con una gran prisa, golpeando sus hombros al pasar, y en medio de toda esa multitud estaba el, un chico de casi 20 años sin la más mínima idea de que debería de hacer aparatir de su llegada a la ciudad, había tantos lugares que recorrer, tanto que ver y visitar, sin embargo para el no era una opción andar de pie suelto por las calles de Brooklyn, no tenía mucho dinero para hospedarse en un hotel y su gasolina estaba apunto de agotarse

Pero luego de estar conduciendo un poco por el centro, pudo ver a lo lejos una alverge de indigentes, acercando el auto, lo estaciono afuera del lugar, tomando las pocas cosas que llevaba en su mochila, entrando al hogar

Capto las miradas de las demás personas a su alrededor, la mayoría llevaba ropa algo rota y sucia, con zapatos llenos de tierra o abiertos de la suela, con una bandeja de comida en las manos, paso entre ellos con la mochila aún en su regazo, se acercó a una mesa solitaria en el fondo, no quería estar cerca de mucha gente, personas como el no debían de tener amigos o no necesitaba extender su listas social, dejando su mochila en la banca para ir hacia la fila de personas que se formaban a esperar su comida, tomando una de las bandejas azules para irse a formar a la fila

Cuando su turno llegó, una mujer de cabello rojizo, algo regordeta y con anteojos le dirigió una mala mirada en cuanto lo vio frente a ella, tomando su bandeja en forma de arrebato, le sirvió sopa fría con algo de pollo y un puré de papas de dudosa procedencia, en el cual la muy sinica escupió su saliva

Theo:Oiga que asco!, porque hizo eso- dijo con notorio enfado

X:Le da sabor chico, creme- Theo le hizo una mueca de desagrado y enojo- Si no te gusta, ve a comer a otro lado, retrasas la fila- dijo rodando los ojos y con una mueca de desagradable

Theo decidió ya no pelear más, solo tomó su bandeja y una cuchara para ir a sentarse a la mesa que había visto anterior mente, jugando con la comida de su traste llevándola de un lado para otro tomando solo su agua de limón que parecía ser lo más delicioso de la comida que le habían servido

Vagando en sus pensamientos y en los próximos pasos por dar, no se dio cuenta de cuando una chica de cabello rubio se acercó a el con una bandeja en la mano, tirando la sobre la mesa en la que estaba, atrayendo su atención al instante, viendo de reojo a la muchacha, la vio sentarse frente a él con una manzana en la boca

X:Sopa fría y pollo de la semana pasada- dijo viendo la comida de su acompañante- Veo que Rosa ya tiene un nuevo blanco en su lista

Theo:¿Nuevo blanco?

X:Así llamamos a los recién llegados del alverge, a los cuales Rosa decide molestar durante un periodo de tiempo hasta conseguir un nuevo objetivo

Theo:¿Como sabes que soy nuevo?- pregunto algo desconcertado por su repententina forma de soltarse a hablar con el

X:Nunca antes te había visto en el alverge, y la mayoría de los que están aquí se quedan por un periodo de 6 meses a 3 años o en un caso grave de 5 a 9 años- dijo alzándose de hombros- Además llevó mucho tiempo aquí, conozco a casi todos los que viven en este alverge, pero tu no te me haces ni un poco conocido

Theo:No porque llegue apenas, y no, no al alverge, a la ciudad

X:¿De donde eres entonces?, de Nueva York, de Queens o de Massachusetts

Un VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora