Pasan varios días, y en estas dos semanas he visitado a mis hijos, más seguido. No me importa ser un estorbo y un detonante de estrés para Helen, ya que es ella la que no me deja sacar a los niños de esa casa. Mis visitas cada vez eran más frecuentes y más prolongadas; es más, traigo mi propia comida algunas veces para no preocuparme de que aquí no me den ni agua, y así no tener que irme antes.
Ver a mis hijos era un alivio momentáneo, y una terapia antiestrés de todo el caos que era mi vida fuera de esa mansión. Aún no he conseguido trabajo, incluso si bajaba mis estándares a cajero o repartidor, por alguna extraña razón el universo se puso en mi contra y nada quiso contratarme.
Vendí muchas cosas viejas de la casa para tener algo que me ayude en otros 3 meses, pero eso no duraría para siempre. Obvio que todo esto lo mantenía en secreto de mis hijos, no quería que se preocuparan, para ellos su padre no debe ser derrotado.
Ya el reloj marcaba las 7 de la noche y, me tenía que ir. Por razones normales no lo haría, pero los chicos ahora tienen que levantarse a muy tempranas horas de la mañana para ir a clases, y para mi desgracia los han cambiado de escuela; una a la que no puedo ir a visitarlos en secreto. Tiene mucha seguridad, y por las mismas razones solo pueden entrar alumnos, profesores, y representantes con una tarjeta especial.
Regreso a mi casa como puedo; el metro está muy congestionado, que tomo irme así porque el auto se le dañó un neumático, y por obvias razones no he podido comprar el repuesto.
Se acercaba el día de la tercera y última cita para conseguir trabajo, quise probar suerte obteniendo citas para entrevistas de trabajo, pero después de que me aceptaron tres empresas, ahora ya no hay tiempo para ninguna. Me levanto temprano y me alisto, ya me había bañado y estaba a punto de vestirme cuando recibo una llamada, era el número de la compañía y atiendo rápido.
‒ Sí, dígame ‒contesto mientras me seco el cabello con otra toalla aparte de la que llevo en la cintura.
‒ Buenos días ¿Hablo con el señor Patrick Mills? ‒me contesta lo que parece ser una secretaria.
‒ El mismo al habla ¿En qué puedo ayudar?
‒ Lamentamos informarles que ya no es necesario que acuda a la entrevista, la vacante ya ha sido tomada ‒me anuncia y me impactan sus palabras.
‒ ¿Comí así? Yo tengo una cita de trabajo hoy ‒le recuerdo alterado.
‒ Ya su presencia no es requerida, disculpe las molestias.
La llamada se corta y me quedo con el silencio profundo procesando la noticia. Cuando logro reaccionar me visto rápido y me dirijo a las instalaciones de esa empresa, por más que sea es una grosería hacer eso, y a mí no me van a dejar así sin una explicación.
Tengo que llegar rápido, pero como no ya metros cerca, me voy en taxi. Llego apresurado y agitado al edificio, me dirijo de inmediato al ascensor para subir al penúltimo piso. Al llegar a la resección no si a la secretaria en su escritorio; de hecho, no vi a nadie cerca, el lugar estaba vacío.
Era una habitación blanca, algunas macetas del mismo color hechos de cerámica con unas plantas para decoración, que seguro eran falsas. Puede notar que el diseño era muy estético y minimalista, pero eso no es por lo que vine. No hay nada que más que buscar en ese piso, entonces subo al siguiente. Llego y al abrirse las puertas del ascensor me encuentro frente a una especie de sala de espera, hay una mesita de crista, otras pocas macetas con plantas falsas, y unos sillones individuales alrededor recostados de las paredes. Al frente de todo eso solo queda una gran puerta, de la cual se escuchan voces.
Pego mi oreja de la puerta para intentar si puedo escuchar algo, mientras me digo a mi mismo en mi mente que me he vuelto una señora de barrio; por chismoso. El grosor de la puerta no es mucho, así que permite escuchar lo que sucede adentro. Escucho varias voces masculinas discutiendo sobre lo más reciente acontecido en la compañía entre otras cosas. Era como un resumen para aclarar todo, ya que al parecer la reunión justo estaba terminando, y cuando escucho los pasos de esos hombres aproximarse a la puerta me alejo de inmediato.
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Jaque Mate A La Vida
ActionDesde pequeño, el ajedrez fue en lo único que era bueno y le servía de distracción de su mundo; ahora después de grande, es lo único que le queda cuando el mundo se le viene encima, después de haber perdido todo lo que quería, a sus hijos, a su muje...