El helado clima se vuelve cada vez más insoportable, todas las personas se acurrucan unas con otras para brindar calor. Y aquí también estoy yo, apartado del centro de la concentración, pero aun recostado tratando de tomar calor. Solo el frió puede hacer que de vez en cuando salga de mi trance mental, pero la mayoría del viaje me mantuve mirando a la nada, sin decir ninguna palabra, ni siquiera me quejaba de mis labios rotos y morados por las bajas temperaturas.
Si no fuera por la voz de Frank, hubiera pasado de largo. Este me agita para que reaccione y vaya bajándome del camión, recuerdo que no llegaríamos al final.
Salimos del transporte, y vimos como esté se alejaba con el resto de personas. Caminamos por un tiempo sin rumbo, los altos arboles y el paisaje, en su mayoría blanco, hacen que cualquiera pueda perder su curso. Frank insistía que estábamos perdidos, pero yo conocía el camino, no era la primera vez que visitaba este bosque; había venido varias veces con unos conocidos cuando mi vida no era una mierda, aunque si es la primera vez que vengo con estás intenciones. Después de unos momentos llegamos a las ruinas de una cabaña viaja, abandonada en el bosque.
‒ Aquí no puede vivir nadie ‒se queja Frank al ver el mal estado de la vivienda; la madera del techo por fuera estaba agujereada, firma de las termitas y por dentro debe esta peor. Las paredes estaban en la misma condición, la nieve cubría los alrededores de la casa, a punto de devorarla y taparla a la mitad, señal de que nadie está pendiente si la casa queda enterrada.
‒ No juzgues un libro por su portada, mi amigo ‒se escucha la voz de un anciano que se acerca caminando hacia nosotros, apoyando tu andar con un bastón camina lento a la casa, en su rostro se ve la vida de una persona que ha pasado por muchas penurias, alguien que debe de conocer más mundo de que se puede ver que lo rodea en este bosque. Nos mira a los dos de pies a cabeza‒ deben ser Patrick y Frank ‒asentimos los dos, lo analiza un segundo‒ síganme.
Nos guía a la puerta de aquella cabaña abriéndola y dejando a la vista el interior, que es todo lo opuesto a lo que uno se imaginaria. No es un lugar de lujo, pero está bien equipada y amueblada, el exterior desatendido oculta que el interior está condicionado con gruesas paredes que mantiene el calor. Entramos y pude detallar más el lugar. Tiene más que todo, cosas para la supervivencia en el bosque, sin aparatos electrónicos, no más una vieja radio que debe ser la única conexión que tiene con la civilización, por ultimo un escritorio repleto de papeles.
‒ Miren con sus manos, y toquen con sus ojos, sé exactamente lo que tengo aquí, así que me daré cuenta de lo más mínimo ‒miro la Frank y parece no molestarle el comentario, debe de estar acostumbrado a que lo traten como un ladrón; por otro lado, yo no estaba dándole importancia a nada en ese momento‒ hablemos de negocios, ¿Quién de ustedes paga? ‒en eso me adelanto, y sin hablar le entrego una de las joyas que me quedan‒ empezamos bien. Las identidades estarán listas en 4 horas.
‒ Una cosa más ‒se adelanta Frank a hablar‒ necesitamos donde pasar la noche, creo que esas joyas lo valen.
‒ Esto no es un hotel, si quieren pueden irse a que se le cógele el trasero en...‒pongo sobre la mesa la última piedra preciosa‒ bienvenidos sean, pero solo por una noche ‒recoge el pago rápido y lo aguarda‒ bien, no desordenen nada, encuentren algo que hacer, y no me interrumpan cuando estoy trabajando ‒típico de un viejo cascarrabias.
No había mucho que hacer, yo seguía igual mirando a la nada, era Frank el que se estaba impacientando, al cabo de unas horas el anciano parece haberse cansado de la impaciencia de mi amigo‒ ¡suficiente! ¿Están aburridos? Vallan a buscar leña para la noche ‒le pasa un hacha, la cual Frank la mira por un segundo y parece recordar algo.
‒ ¿No tendrá por ahí una pala de nieve o sí? ‒pregunta mi compañero.
‒ ¿No estás viendo donde vivo? Ahí está ‒la señala y Frank la toma y me la pasa, para dirigirnos fuera de la cabaña, se hizo presente el cambio de temperatura en el ambiente, pero no preocupa tanto teniendo la ropa para el clima.
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Jaque Mate A La Vida
ActionDesde pequeño, el ajedrez fue en lo único que era bueno y le servía de distracción de su mundo; ahora después de grande, es lo único que le queda cuando el mundo se le viene encima, después de haber perdido todo lo que quería, a sus hijos, a su muje...