Empezamos a querernos y nuestros nombres dejaron de tomar importancia, yo comencé a llamarte mi vida y vos a llamarme mi tesoro, haciendome sentir afortunada de tenerte, sintiendome como la joya más valiosa y única que pudiste encontrar, como la más hermosa y exótica flor de un raro jardín, mostrando cada ves que valoras mi compañia como jamás lo imagine, estando feliz de que ilumines cada uno de mis días con el brillo de tu ser.
Ahora veo que perderme en la belleza de tu alma fue sin duda la manera más hermosa que tuvo la vida para demostrarme que si podia volver a enamorarme, que no quiero buscar a alguien más, que yo quiero intentarlo contigo, que me encantaria hacerte feliz todos los días de tu vida. Solo te pido que no te rindas...no conmigo.