A las seis y media empieza a salir el sol, iluminando el salón levemente con una luz muy tenue. Recojo mis pies en el sofá, abrazando mis piernas, observando la televisión apagada y a Gucci. Este duerme profundamente en el sofá individual. Suspiro mientras pestañeo con pesadez. Es tan estresante el caerte del sueño y no poder conciliarlo, que me dan ganas de llorar. Aún así, no lo hago. No tengo fuerzas para ello. Solo dejo el tiempo pasar, esperando a que, al menos, amanezca del todo.Cuando ya son las diez, me levanto con pereza para preparar el desayuno. Pongo un cuenco con agua junto a la puerta para Gucci, que aún duerme. Un cuenco de cereales para Oliver, un yogurt con frutas y café para mamá, y por ultimo pongo pan bimbo a tostar para Stephen. Colocó todo en la mesa y subo a mi habitación, viendo a Oliver acurrucado entre mantas. Dejo que entre algo de luz por la ventana antes de acercarme a la cama y acariciar su pelo desordenado. Él apega su cabeza, buscando más mimitos. Cuando detengo el movimiento, abre los ojos después de unos segundos, preguntándome por qué he parado con la mirada. Sonríe cuando me ve y yo me acerco a darle un achuchón de buenos días. Él corresponde torpemente.
Lo acompaño hasta la cocina. Él baja las escaleras más dormido que despierto, tomando mi mano. Antes que nada, se acerca a acariciar a Gucci.
Cuando lo siento frente a su desayuno, empieza a comer algo desastroso mientras le cuenta algo a Algodón. Lo dejo ahí antes de subir a por mamá. Una vez la acomodo en la silla junto a Oliver, este no tarda en plantarle un beso en la mejilla. Ella no se inmuta.
Subo hasta mi antigua habitación en busca de nuestro inesperado invitado.
Al entrar lo encuentro totalmente espatarrado. La cama es un desastre: sábanas por un lado y edredón por otro. La almohada ni siquiera está bajo su cabeza, está en el suelo. La recojo antes de acercarme a la ventana y correr las cortinas. Él se acurruca de lado, evitando la claridad que ahora inunda la habitación. Observo que tiene un calcetín puesto y otro no. Busco la prenda desaparecida por la habitación, encontrándola debajo de la cama. Lo tomo y lo coloco de nuevo en su pie desnudo. Él se estira y deja soltar un bostezo antes de abrir los ojos.
—Hey. —le digo.
—Hey. —responde él, más dormido que despierto y con voz de camionero fumador.
—Ya está el desayuno. —le digo.
Intento mirarle a la cara, pero no puedo evitar ver cómo el pijama parece más pequeño que ayer, pues la tela se ha subido hasta sus rodilla y codos, arrugándose y haciendo parecer que lleva un pijama de un niño de seis años. Él, aún tumbado, coloca una mano en su cintura y despeina su pelo exageradamente.
—Sigo siendo lo mas bonito que has visto en tu vida. —no puedo evitar sonreír ante sus ocurrencias.
—El desayuno está listo. ¿Bajamos, o prefieres cambiarte antes? —le pregunto, intuyendo que no quiere mostrarse así ante mi hermano y mi madre.
Sin embargo, él se levanta, cruje su espalda y camina hasta la puerta, donde estoy ahora.
—Que va. A Oliver le encantará verme así, ya verás.
Es lo último que dice, yo sonrío y bajamos hasta la cocina. Allí, Oli sigue concentrado en Algodón y mamá toma la cuchara del yogurt, pero no come. Ahora me sentaré a ayudarla.
—Hey, osito. —llamo a Oli. Este se gira en seguida, después de hacerle un gesto de silencio a su conejito. —Saluda, cariño.
Él fija su mirada en Stephen. Veo cómo su sonrisa se ensancha a la par de que sus mejillas tomen un bonito rojo.
—¡Hey! —exclama Stephen, abriendo sus brazos y mostrando una de sus mejores sonrisas.
Oliver se levanta verdaderamente alegre y se cuelga del más alto, siendo apretado en los brazos contrarios. Se ríe tiernamente cuando Stephen separa sus pies del suelo, levantándolo. Me siento junto a mamá y le voy dando el yogurt, arrebatándole la cuchara con cuidado.
—¡Steve! —grita Oliver felizmente.
Stephen se sienta junto a él tras saludar a mamá educadamente, a pesar de que ella no le responde. Comienza a comer las tostadas mientras que Oliver no para de hablarle de cosas aleatorias que "le ha contado Algodón". Stephen asiente con la cabeza y le mira con ojos grandes y atentos, sonriendo enternecido por sus ocurrencias.
Oliver parece tan feliz con él... Por un momento me quedo mirándoles mientras pienso. Nunca conmigo se ha mostrado tan feliz. Ni siquiera con todo lo que he hecho por él, nunca ha brillado tanto como lo está ahora mismo al lado de Stephen. No es que me moleste; estoy súper feliz de que ambos se quieran y eso. Porque aunque solo haya obtenido la confirmación de uno de ellos, se nota a kilómetros los ojos de amor que porta Stephen hacia Oli. Quiero que sean muy felices. Que sean súper felices, mucho más de lo que ambos lo han sido nunca antes. Pero espero que no me lo arrebate. Es lo único que me ancla a tierra ahora mismo... Bueno, la verdad, siempre ha sido mi ancla, desde el principio.
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OHANA
Teen FictionOhana es una palabra hawaiana que significa 'familia'. La familia nunca te abandona. La familia te apoya. La familia te quiere. La familia te cuida. Ohana no puede renegar a su propio significado. OHANA Nada más que decir. [Todos los derechos rese...