El resto de la tarde pasa tranquilamente. Yo estudiando historia y Stephen viendo la televisión. Se quedará esta noche y mañana volverá a su casa. Al principio insistió en que podía quedarse en otro lado, pero después logré convencerle. En realidad él tampoco quiere irse, porque así puede pasar más tiempo con Oliver. Pero se cree que no lo sé. Aunque estoy segura de que si se lo digo, no lo negaría.
Cenamos un rato después de que Oliver y mamá despierten de la siesta. No soy una gran cocinera, pero Stephen come sin chistar, agradeciéndome por la comida y hablando con Oliver y Algodón. El primero no para de reír, y su risa me da paz, contagiándome un poco de su alegría.
Una vez acabamos, friego los platos mientras Stephen va con Oliver al baño y mamá se come un yogurt. Cuando termino de fregar ella sigue comiéndoselo, pues lo hace muy lentamente. Aunque lo que cuenta es que lo está haciendo sola. Inclusive en un momento levanta la vista y me sonríe. Solo espero que no sea un bienestar momentáneo y perdure algo más que solo unos días...—Creo que ya ha caído.
Observo a Oli, que está abrazado a Stephen, casi sobre él, que le da palmaditas en la espalda. Al parecer quería pasar el mayor tiempo con nuestro invitado antes de que se fuera. Algodón descansa entre sus brazos, siendo apresado por estos, para que no se escape. Gucci descansa en el sofá individual, y mamá duerme desde hace un rato.
Aparto el pelo de su rostro y le acaricio la mejilla. Observo cómo Stephen lo apega más a él cuando se mueve levemente. Tiene los labios entreabiertos y suelta suaves suspiros, muy cómodo aparentemente. Puedo ver cómo Stephen lo mira con amor en sus orbes. Después de insistir un poco, sube a dejarlo en su cama, para luego volver a bajar y sentarse a mi lado.
—Te gusta mucho, ¿verdad?
Pregunto mientras llamo a Gucci, que se sube a mi lado, apoyando su cabeza en mi regazo. Stephen me mira serio pero con una leve sonrisa.
—Muchísimo. —afirma. —Creo que nunca me había quedado tan pillado por alguien.
Me asegura sinceramente. Se queda pensativo por un momento, mirado al techo, hasta que vuelve a mirarme después de unos segundos.
—¿Para ti es un problema?
Me pregunta sin malas intenciones. Comprendo su punto, y quizás si yo fuera de otra manera, me molestaría.
—Para nada, no te preocupes. Tampoco es algo que puedas elegir, de todos modos. Lo que sí quiero pedirte es que, por favor, no le hagas daño. No es que sea tonto, pero es muy inocente y ya ha pasado por muchas cosas como para que su primer amor también le deje secuelas. No quiero que... —Stephen me interrumpe, tomándome por los hombros. Entonces me doy cuenta de que está arrodillado frente a mí. Tomo aire.
—Escúchame, no pienso hacerle daño, te lo prometo. Te entiendo, y quiero que sepas que si alguna vez le hago daño, tienes permiso para atarme a una silla y tirarme al mar.
Le miro atenta, notando como se me escapan unas lágrimas rebeldes. Él me habla seriamente pero aún con rostro amigable.
—¿Hecho?
Me pregunta, alzando su puño.
—Hecho.
Digo, juntando mi puño con el suyo, pactando el trato.Después de las once y media, termina la película que pusimos y echan anuncios. Stephen aprovecha para volver a sacar conversación.
—Oye, —me llama— no has comido mucho hoy. Vamos, que ayer tampoco. ¿Estás de bajón, o... es costumbre?
Eso me pilla por sorpresa.
—Creo que los bajones ya no me afectan, no te preocupes.
Ironizo, riéndome amargamente, pero veo que él vuelve sería su expresión, dándome a entender que no le ha gustado la broma.
—No tengo un gran apetito, pero como. No es algo por lo que debas preocuparte. ¿Qué piensas de Oli? Él está más gordito, ¿verdad?
Intento desviar el tema de conversación, pero soy la única que lo desea, al parecer.
—Te conozco de poco, pero puedo notar que has vuelto a bajar de peso. No creo que...
—Bueno, ya. Creo que he tenido el suficiente tacto de no preguntarte siquiera por tu padre para no meterme en asuntos ajenos como para que vengas tú a meterte en mi vida y a decirme cosas sobre mí peso. Creo que te estás pasando de la línea, así que retrocede. Me voy a la cama. Buenas noches.
Me largo a dormir con Oliver dejándole con la palabra en la boca. Tampoco me agrada hablar sobre mis problemas personales, y menos con alguien que no los ha vivido de cerca conmigo, sino que ha entrado por la ventana. No me da la gana que hablen sin saber, y menos que opinen. Como si le importara si bajo o no de peso. Por favor.
ESTÁS LEYENDO
OHANA
Teen FictionOhana es una palabra hawaiana que significa 'familia'. La familia nunca te abandona. La familia te apoya. La familia te quiere. La familia te cuida. Ohana no puede renegar a su propio significado. OHANA Nada más que decir. [Todos los derechos rese...