¿Es amor?

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El lugar donde es imposible poder alcanzarte
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— ¿En dónde estabas?

Asustarme sin duda era su pasatiempo favorito.

— Casi me matas del susto.— La miré sentada en su sofá favorito, su presencia iluminada por la pequeña lámpara posicionada en la pequeña mesa.— Estaba en la biblioteca.

— La biblioteca, claro.— Estaba más que enfadada, era evidente.— ¿Qué es esto?

Joder.

— E-es la libreta de calificaciones.

— Ya sé que es la libreta de calificaciones, lo que quiero saber es que demonios significa tu maldito promedio. — Solo obtuvo silencio de mi parte ¿qué esperaba que respondiera?— El profesor Lee llamó por la tarde muy preocupado, no respondiste el examen final ¿qué demonios te pasa? ¿sabes acaso lo que tuve que hacer para que te dejara repetir el maldito examen? — El silencio prevaleció por mi parte, nada de lo que saliera de mi boca podía justificarme ante tremendo error.— ¿No vas a hablar? Bien, a partir de mañana tendrás un chofer que te lleve a la facultad y te traiga directo a casa.

— P-pero... — Maldición.

— Es tarde para hablar, querida, te guste o no eso es lo que pasará, así que no podrás salir a cualquier otro lugar mientras no corrijas tu estúpidos errores.

Caminó y subió las escaleras dejándome  con la palabra en la boca, sin poder oponerme a su decisión. Subí a mi habitación y me recosté en la cama, después de la conversación con Doyun sentía algo de paz, logré dormir poco más de cuatro horas, el mayor tiempo que he dormido desde hace seis meses. Desperté alrededor de la una de la madrugada, el molesto sonido de una llamada entrante logró despertarme, estaba tan acostumbrada a este tipo de llamadas que ni siquiera me sorprendió.

— ¿Si?

Respondí todavía con los ojos cerrados, ni siquiera me molesté en ver la pantalla, sabía quien era.

— ¿H-hyejin?

Conocía esa voz a la perfección, sin embargo, no era la voz que esperaba escuchar, no creí escucharla de nuevo algún día y aquello me sorprendió. Miré la pantalla involuntariamente, en un intento por explicarme la razón por la que de nuevo aparecía esa persona en mi vida.

— ¿Q-qué haces con el teléfono de Taehyung?

— Ahh...— Balbuceó un poco antes de reponder.— M-me encontré con Taehyung a-aquí y bueno él...—analizó sus palabras antes de continuar.— Está algo... Ebrio.

La práctica en la facultad debió ser divertida, ¿cuántas veces ha hecho prácticas cómo ésta? Perdí la cuenta.

— Entiendo, y, ¿en dónde es "aquí"?

— Ah, claro, te enviaré la dirección.

— Bien, gracias.

Observé el techo, aún recostada sobre la cama un par de minutos, después, fui al closet y rebusqué en el hasta encontrar algo cómodo, cuando lo hice, bajé discretamente y saqué el auto de la cochera. Saqué de mi pantalón una cajetilla de cigarros, tomé uno y lo encendí antes de subir al auto. Había encontrado en la nicotina un tranquilizante perfecto, estaba más que consciente que estaba mal lo que hacía, pues la nicotina tenía un efecto adictivo, pero para este punto me era muy necesario. 

Luego de terminar con ello subí al auto y conducí hasta la dirección que me fue dada, llegué a un bar, lucía lindo por fuera y por dentro lo era también. Caminé entre decenas de personas que bebian, buscando a Taehyung con la mirada, finalmente lo encontré recostado sobre una de las barras. Me acerqué hasta él y delicadamente traté de despertarlo.