Capítulo 2.

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Plan.

April.

Enciendo las luces de mi diminuto departamento y me lanzo sobre la cama de brazos abiertos. No quiero ir a trabajar.

Dos días han pasado desde que estuve a nada de que Damien Van Dyne me descubriera. Mi identidad saliendo a la luz es algo que no quiero, aún no es el momento de que estalle el caos. Primero debo esperar pacientemente y luego atacaré como las serpientes.

Mi husky se acomoda sobre mí y acaricio el bien cuidado pelaje. Es mi único compañero y el único ser viviente en quien confío. Los años, la experiencia, la traición y el amor me enseñaron que del ser humano nada debe ser salvado y que querer es una debilidad. Por eso, no quiero a nadie más que a mí, así será hoy y siempre.

Entro al baño y me desnudo. Las cicatrices de mi cautiverio siguen ahí, recordándome cada día que la traición viene de quien menos esperas, y que en la Bratva no debes querer a nadie, no debes tener debilidades.

Me doy una ducha rápida y me preparo para trabajar. Llevo seis años siendo un ser sin hogar ni destino, deambulando entre países para no ser cazada y asesinada.

Irina Zmeya murió hace seis años dando paso a April Wayne, la simple bailarina y mesera que soy hoy.

Me siento en mi pequeña mesa que da una vista a la ciudad de las Vegas. Obviamente el lado pobre, no el lujoso. Este edificio donde vivo está a nada de un colapso, está a una brisa de caernos encima. Pero es perfecto para mantener un bajo perfil.

Tomo un sorbo de mi taza de café amargo calentando mi cuerpo, y abro el computador entrando al sistema hackeado que me da acceso directo a la Bratva. Oksana Zmeya podrá llevar la batuta y dar las órdenes, pero jamás tendrá mi inteligencia y astucia. Yo soy una cobra real y ella apenas es una boa constrictora.

Reviso toda la información que contiene su iPad, ella no se fía de nadie, solo de sí misma. Por eso ha logrado mantener el imperio estos seis años. Aunque vaya en decadencia. Lo que no sabe es que yo me entero de sus pasos desde antes que los dé y que mis ojos nunca se han apartado de ella a pesar de la distancia.

Tengo ojos en todos lados... me entero de todo.

Así que el Boss de la Bratva planea venir a las vegas en cuatro semanas...

En otras circunstancias correría para no encontrarme con ella y que haya un enfrentamiento. Pero estoy harta de huir y fingir ser una caritativa y buena como lo es April Wayne.

Mis manos piden las armas, mi olfato el olor de la sangre, mi cuerpo exige pelea y mi mente exige venganza.

Hasta hace seis años no había tenido que matar a nadie, pero esta mujer del club reavivó el deseo por matar que los Zmeya llevamos en las venas. Desde niños nos enseñan a destripar, despellejar, matar, torturar... el paraíso.

Mi querida hermanita se llevará una sorpresa cuando La serpiente rusa salga a la vista y le dé a probar un poco de su veneno.

Veneno.

Iugh.

Damien.

IUGH.

Ya se me amargó el día. Ese bastardo sí que me cae como una maldita patada en los ovarios. ¿Quién carajos se cree para amenazarme y querer vigilarme?

Bastardo de mierda.

Salgo del modo hackeado del computador haciéndolo lucir como uno normal y termino rápido mi café. Le dejo comida y agua a mi husky, Alaska. Y tomo mis cosas para ir a trabajar. El club está lejos de mi edificio, así que debo tomar un taxi.

Tentación veneno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora