14 - Dolor

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— Oh, señor... — Cuando Jimin entró en el cuarto, Mina, la pequeña criada, saltó de la silla en la que dormitaba. — Perdón.

— Está bien, Mina. Estoy seguro que has trabajado mucho hoy.

— Si, señor. — La niña apartó los rulos rebeldes de su rostro. — Me desperté antes del amanecer, para ir a la villa a ver... — Ella se mordió el labio, pensando en cuanto podría revelar. Bajó la voz. — Es que le hago pan y galletas a Byun Baek Hyun, un granjero, y debo entregárselos antes que él parta para el campo.

— ¿Un granjero? ¿Él te está cortejando?

Mina asintió con la cabeza. Jimin no disimuló la sorpresa.

— Pero eres tan joven...

— No tanto. Tengo trece años. Y apenas puedo esperar para tener mi propia familia. A veces, después de cumplir con mis tareas, voy a la villa para ayudar a mi hermana con su hija. Es una bebé y da un poco de trabajo.

— ¿A los Jeon no les importa que salgas de la casa?

— No. Ellos me incentivan. Saben cuanto significa mi hermana para mí, ahora que sólo quedamos nosotras dos. — La adolescente se ruborizó — Sólo tengo a mi hermana y a Baek Hyun.

— ¿Que sucedió con el resto de tu familia?

— Mis padres y mi hermano menor fueron asesinados.

— Lo lamento, Mina. ¿Cómo sucedió?

— Llevaban ovejas al mercado a través del río cuando fueron atacados por soldados goguryeo... — La criada se calló, desviando el rostro. A esas alturas, ya sabía del origen de Jimin, como el resto de la servidumbre, todos habían reaccionado tan furiosamente como Jeon Namjoon. — Perdón, señor. Siempre hablo de más.

— No tienes que disculparte, Mina.

— Oh, si tengo, si. No importa su origen, usted es un huésped en Haedong. Ahora déjeme ayudarlo... — La criada se acercó a Jimin, ansiosa por retractarse. - No quiero que se sienta descuidado. Mas ahora, que ha tenido una pequeña muestra del humor de mi señor.

— ¿Una pequeña muestra? — Jimin se rio, haciendo relajar a criada.

— Si, señor. No me gustaría sentir toda la fuerza del temperamento de Jeon Namjoon. — Hasta las pecas de la criada parecieron estremecerse. —Tiene un carácter muy fuerte. Como una tormenta venida del mar. Todos los que conocen a Jeon Namjoon le temen. Ahora, vamos a sacarle esa ropa...

Con cuidado, Jimin se quitó el traje prestado y se puso una pijama.

— ¿Y todos los Jeon heredaron el carácter del padre?

— Yo diría que Jungkook y su hermana son los Jeon más característicos. No es que Hoseok sea suave como el algodón, pero, como su padre Jin, aprendió a controlar su humor.

— Jungkook me contó que Hoseok prefiere conversar a luchar.

— Es así. — Sonriente, Mina condujo a Jimin a una lujosa cómoda. — Hoseok sabe como hablar y expresarse. Creo que su padre Jin desea que él use ese don para difundir la fe.

— ¿Un hombre de la Iglesia? ¿Crees que él considera esa posibilidad?

— Hasta ahora, Hoseok ejercitó la palabra sólo para seducir.

A través del espejo, Jimin vio las mejillas sonrojadas de la criada. Aparentemente, aunque estuviese enamorada de un joven granjero, no era inmune a los encantos de Jeon Hoseok.

Mina comenzó acomodar la cama mientras hablaba.

— Jeon Jungkook también acostumbraba a seducir los corazones. Pero todos sabían que él sólo tenía ojos para Ji Eun.

Entre la venganza y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora