be my daddy

You Are Rich And I Want You

"Eres rico y te deseo,
podrías ser mí señor"

– Crees que me veo lindo?– Pregunto dando una vuelta sobre si mismo.

– No necesitas que te lo diga para que lo seas– pero por favor, el adolescente se veía precioso solo que el nunca había sido un hombre romántico, si era nada más y nada menos el amargado Louis Tomlinson–.

–Agh eso ya lo sé papi, pero me gusta que me lo digan– dijo el ojoverde rodando los ojos.

En realidad no habían establecido nada en su "relación de azucar", pero a Harry eso parecía no importarle, después de su conversación en el bar no volvieron a tocar el tema. Aún así no desaprovechaba oportunidad para llamar papi al ojiazul. Le gustaba ver cuánto el mayor lo deseaba, anhelaba el deseo en sus ojos.

–Las palabras me parecen muy básicas para lo que tu representas– cielos, se escuchaba como un verdadero romántico, creo que eso es lo que  comenzaba a asustarle– Entiendo tu deseo de ser alabado, pero cielo a veces eso puede ser mal interpretado–.

– Está bien papi, salimos a dar un paseo por la playa?– era mejor cambiar de tema o caería profundamente enamorado de ese señor.

–Como gustes dulzura, pero debo advertirte, n
o creo ser una distracción muy atractiva para ti– aún se negaba a ver el anhelo en los ojos de ese precioso muchacho, el creía que Harry se aburriría rápidamente de el–.

–Oh papi eres tan considerado, pero no te preocupes, yo sé cómo divertirme contigo– le dijo dándole su mejor cara de seducción.

–Un día de estos vas a matarme– dijo tomandolo de la cintura y acercandolo duramente a su cuerpo– No es bueno que me desafíes ángel– pronunció contra sus suaves labios– no juegues con lo que aún no entiendes–.

–Oh papi, no me conoces aún, soy más peligroso de lo que crees sabes?–.

Para este punto sus labios rozaban, por el cielo! Louis agradecía que el lujoso bar se encontrará casi vacío siempre, este parecía estarse convirtiendo en el lugar de sus encuentros.

–Entonces ambos arderemos– finalmente dijo sellando sus labios en un fogoso beso, el cual ambos deseaban desde el momento en el que se encontraron por primera vez. – Créeme aún no se por qué te gusto–murmuro contra los labios del menor–.

– Porque eres rico y te deseo, tú podrías ser mí señor.