Recaída

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Narradora omnisciente:

Aquel encendedor estaba en su mano, lo encendía y lo apagaba. Jugaba con el muy concentrada.

Esa noche estaba sola, era como si no tuviera sentimientos, como si no estuviera en su cuerpo, estaba vacía.

Simplemente no había nada allí.

Pasó su dedo una vez más por la llama y luego lo apagó. Guardó el encendedor en su bolsillo y se levantó despacio, quizás porque estaba mareada. Caminó hacia la sala en busca del alcohol etílico a paso lento.

De camino, quebró un vaso de vidrio. Se quedó observando los fragmentos rotos del objeto esparcidos por el suelo y luego, cuando pudo darse cuenta, estaba destrozando todo lo que veía. No sabía lo que sentía, no era un sentimiento que se pudiera diferenciar fácilmente.

Era una mezcla de enojo, resentimiento, tristeza, impotencia y desconsuelo. Cayó de rodillas al piso sin poder derramar ni una sola lágrima, nada podía hacerle daño ya, estaba rota, no tenía solución.

Por qué las personas quieren un héroe que los salve de la destrucción?

Sonrió por su estúpido pensamiento.

Se levantó como pudo y caminó al baño recordando que el alcohol estaba allí. Al entrar, no quiso ni observarse en el espejo.

No quería ver su reflejo, sus ojeras, su palidez y su delgadez. Solo era un muerto andante con signos vitales en decadencia, no se amaba, ni siquiera podía mirarse.

Volvió a la habitación con el alcohol observando a su alrededor; la cama estaba desarreglada, la ropa estaba tirada por todos lados y las cortinas tapaban la vista de la ventana. Tiró el alcohol etílico en la cama y lo que sobró lo arrojó por toda la habitación, encendió y apagó el encendedor observando su vista nublarse.

Pudo oir su teléfono por algún lugar de la habitación pero no le dió importancia, no quería tener una razón para arrepentirse de lo que iba a hacer.

Otra vez encendió el encendedor y lo dejó caer al suelo, instantáneamente las llamas prendieron fuertemente aquellas telas consumiendolas a su paso mientras ella observaba todo sin ninguna expresión en su rostro...

Narra Mavis:

Desperté exaltada, desorientada y mareada, me senté con rapidez en la superficie donde estaba, cayendo en cuenta donde me encontraba...

Mis náuseas aumentaron y traté de levantarme sin conseguirlo, solo me hice hacia un lado y cogí el bote de basura a mi lado con algo de dificultad vaciando mi estómago. Maldiciendo bajo al ver la sangre y en eso escuché la puerta abrirse

-Mavis? -/Reconocí la voz de Nathan inmediatamente, corrió hasta la camilla tomando mi cabello mientras yo seguía vomitando -Qué sucedió? -/Limpió mi boca con papel y me recostó en la cama, no pude ni replicar.

Estaba agotada en todos los sentidos, mi garganta dolía y ardía debido a las arcadas indeseadas, no tenía fuerzas para pedirle que se fuera y me dejara.

-Llama al médico... -/Pedí cerrando mis ojos, el olor a cloro me tenía mareada

-Ya regreso... -/Lo escuché correr afuera de la habitación y regresar segundos después con el médico quien, al verme, sonrió leve acercándose

-Te dije que volverías en cualquier momento, aunque me sorprende que hallas aguantado tanto... -/Habló el doctor y empezó a revisarme con calma. -Recuerdas qué fué lo que sucedió? -/Preguntó y yo miré a Nathan

Stay AliveOnde histórias criam vida. Descubra agora