Eirlys

Capítulo 7. Es hora de empezar

-¿Un arma?

-Sí, soy un arma – afirmo

Cindy me mira confusa antes de soltar aire y recostarse en el sofá. Se lleva las manos a la cabeza intentando encajar el torrente de información que acabo de soltarle.

-¿ De verdad te crees esto? Es decir, es una maldita locura – me suelta.

Ya lo había pensado antes. Pero la desconfianza no nos lleva a ningún lado. Y menos en un lugar donde no conocemos a nadie y sin saber cómo volver a casa. Así que confiar es lo único que nos queda. Solo confiar.

-No tengo más opción.

Me siento a su lado e intento abrazarla, más para consolarme a mí misma que a ella. No rechaza mi abrazo y nos quedamos un rato así, yo apoyada en su hombro y su cabeza sobre la mía. Mis brazos a su alrededor. Permanecemos quietas en el sitio, pero con la cabeza en otro lugar, pensando, analizando todo lo que estaba pasando.

No tenemos ni idea como ir a casa, y cada día que pasa tenemos menos probabilidades de volver.

Pasados unos minutos Cindy levanta la cabeza y resopla cansada.

-¿Cuál es el siguiente paso? – pregunta en voz baja.

-Sinceramente no lo sé.

Nos separamos sentándonos más cómodamente. Levanto las rodillas y apoyo la cabeza en ellas.

-¿No le preguntaste qué quería decir con lo de que eras el arma?

Hacía unas horas que había tenido una charla con Alastor donde me confesaba que yo era la respuesta a un enigma que había perdurado por los años. Que era un arma, para acabar con el brujo del que me había contado la historia. Y por mucho que quisiera saber qué significaba eso, qué se suponía que tenía que hacer, en ese momento solo deseaba poder estar de vuelta en casa. Quería estar en el sillón de mi casa con mi madre al lado viendo la televisión. Volver a mi rutina. No me hacía verdaderamente feliz, pero tampoco era desagraciada. Solo quiero volver y pensar que estos días habían sido un sueño. Que nada de esto es real. Pero lo es, y joder si lo es.

Niego con la cabeza.

Cindy se mantiene callada unos instantes antes de volver a hablar.

-Podría hablar con Jennan. Ya sabes, el consejero del príncipe.

Enseguida me giro hacia ella.

-¿Dices el chico pelirrojo del baile?

Ella asiente sonriendo un poco.

-Así que, mientras yo estaba bailando con Nyane, ¿tú estabas ligando con su mejor amigo?

-¿Qué? No, no. No fue así. Él se me acercó -niega riéndose

-Claro que sí. Seguro -le respondo con ironía.

Por fin se disipa la tensión que había antes, y estamos más relajadas.

Cindy me cuenta cómo fue su encuentro con el consejero del príncipe y cómo la había invitado a bailar, pero ella le había rechazado porque no sabía hacerlo.

-Hablo enserio, quizás si le preguntamos a Jennan por la profecía nos pueda contar más de lo que sabe Alastor -dice una vez más.

-No creo que nadie de aquí sepa más que Alastor.

Me levanto para poder ir a buscar al brujo. Tengo que dejar de retrasar esta conversación y afrontar qué creen que soy. Mientras me coloco las zapatillas caigo en la cuenta de algo.