Relatos Lésbicos

3 🌼 MI COMPAÑERA DE BAILE

                 🌻Mi compañera de baile🌻

Algo que siempre me ha molestado es cuando comparan a las personas, cada quien es único y tiene diferentes aptitudes para ciertas cosas. Está mal.

Incluso es incomodo cuando te comparan por tus habilidades a la hora de aprender.

—¡¿Por qué te cuesta tanto?!— gritó nuestra maestra.

Todos estamos callados, mis compañeros y yo aplicamos el "si no nos movemos no nos ve" pero está vez no sé si pueda quedarme callada. 

—Te puse con la mejor esperando que eso te ayudara pero no veo el cambio. 

Oh mierda. 

—Puedo hacerlo— susurró mi compañera. 

—Pues eso espero. 

—Ella…— en ese momento no supe que me impulsó a hablar pero pude ver la cara de confusión y terror de mis compañeros, mientras que ella, mi compañera, me ve con odio y eso me cohíbe a gran escala. 

—¿Qué sucede Lucy?— pregunta la maestra con su tierna sonrisa que siempre me da. 

—Ella...se esfuerza mucho— quisiera decir todo lo que pienso, pero la mirada que Kelly me da hace que me quede en blanco. 

—No la defiendas, ella sabe que no es suficiente. 

—Pero…

—Por hoy la clase acaba— me interrumpe como si lo que fuera a decir de todas formas no iba a ser considerado importante. 

Mis compañeros no pierden ni un segundo para dirigirse a los vestidores, mientras yo me quedo quieta viéndola. Ella no ha dejado de verme. Sé que no le gustó que me metiera pero no sabe que cuando se trata de ella me cuesta controlar ciertas cosas. 

—Te espero en la casa— le dice nuestra maestra.

—Si, está bien— eso logra que desvíe su mirada de mí. 

Así es, me siento como estúpida, aunque la defienda aquí, hay otros lugares donde no puedo estar. Por desgracia la misma que la regaña en clase es la misma que la regaña en casa.

La maestra toma sus cosas y entra a su oficina. 

—Lo siento, no he podido controlarlo.

—Da igual, mamá te adora y a mí me odia.

—Eso no es verdad, sabemos que ella te ama, solo que sus métodos de querer imponerte esto— le digo señalando el estudio —no son los correctos. 

—Yo amo el baile. 

—Lo sé.

—¿Lo sabes? ¿Qué sabes tú de mí?—me pregunta molesta. 

Bien, aquí es donde huyó por mi vida. 

—Lo necesario. Bien, hay que irnos a cambiar.

Rápidamente me dirijo a los vestidores y puedo escuchar que ella viene detrás de mí, veo que mis compañeros ya están terminando. 

—¿Estás bien?— le pregunta una rubia que se terminaba de poner su sudadera.

—Si— dice a secas.

Nadie más intenta preguntar, el carácter de Kelly es difícil, ahora agrégale que su mamá la acaba de evidenciar enfrente de todos. 

El último de mis compañeros se va y solo quedamos las dos en los vestidores. 

—¿Segura que estás bien?

No se ha movido de la banca donde está sentada. 

—¿Eso te importa? Estarías igual que yo si estuvieras en mi lugar— se quita la blusa que está húmeda por el sudor y la arroja con fuerza al piso; yo me volteo para darle privacidad.