Siete:

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El sonido de la puerta hace que con pies arrastrando, vaya a ver quién es.

Por la mirilla, logra ver una cabellera rubia, sabe perfectamente de quien se trata, así que abre, con una sonrisa en su rostro.

— ¿Jimin hyung? — pregunta y al instante que lo ve, su sonrisa se desvanece, Jimin lo primero que hace es adentrarse en el departamento de Jeongguk y tirarse boca abajo en el sofá.

El pelinegro cierra la puerta, girándose levemente a donde Jimin, no entendiendo mucho la situación. Se acerca para preguntarle qué le sucede, porque nota como el cuerpo de su hyung tiembla.

— ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? — pregunta entrándole verdadera preocupación, se sienta en el suelo, justo al lado del rubio, acariciándole la espalda, tratando de tranquilizarlo, sin decir ninguna palabra, Jimin lo haría hasta cuando estuviera listo para contarle.

Así están varios minutos, Jimin desahogándose en el sofá con el rostro enterrado, y Jeongguk a un lado suyo, esperando a que se tranquilice.

Ya casi puede imaginarse qué es lo que pasa.

— ¿Hyung? ¿Puedes hablar? — inquiere cuando de pronto siente que el cuerpo de Jimin deja de moverse, solo puede sentir y escuchar su respiración relajada —. Se durmió — dijo con una expresión de sorpresa, para después bufar, no sin antes taparlo con una manta que tenía a la mano.

🫣

Jimin se removió en el asiento, abriendo un ojo, estirándose en el proceso. Cuando sus orbes miraron a su alrededor, se dio cuenta que no estaba en su departamento, supo perfectamente que estaba en el de Jeongguk. Miró por la ventana, percatándose de que ya estaba por entrar la noche.

¿Se había dormido toda la tarde?

— Al fin despiertas, hyung — dijo Jeongguk saliendo de la cocina, con un plato en la mano, donde traía un sándwich, sentándose a lado de Jimin.

Sin siquiera preguntarle, el rubio agarró el sándwich y se lo metió a la boca, dándole una gran mordida. Jeongguk lo miró con la boca abierta y las cejas fruncidas, indignado.

— ¡Hyung, si querías pudiste haberte hecho uno! — reclamó, levantándose, haciendo un mini berrinche.

— Lo shiento, Ggukie, esh que tengu musha hambre — dijo, mientras todavía tenía el bocado en la boca, Jeongguk rodó los ojos.

— ¿Y cómo no? Si dormiste toda la tarde, ni siquiera comiste algo cuando llegaste...

Jimin tragó, saboreando el sándwich. Su mirada poco a poco se volvió triste y apagada. Jeonggukse sintió un poco mal por regañarlo, así que le ofreció el plato con el sándwich.

— Toma, puedes terminarlo — dijo —, me haré uno enseguida. Pero antes... — miró a Jimin, que tomó el plato, pero no hacía querer comer —. Hyung, ¿puedes contarme qué te pasó? — pidió. Realmente estaba preocupado, quería hacerlo sentir mejor, no le gustaba ver a Jimin triste.

Jimin lo miró unos segundos, para después postrar su vista hacía el suelo, solo de acordarse hacía que su estómago se contrajera.

— Kim Taehyung. Eso es lo que me pasa — habló susurrando, como si no quisiera que Jeongguk escuchara, pero para mala suerte de Jimin, el pelinegro tenía un muy buen oído.

— Tu "mejor amigo" — hizo comillas con sus dedos, soltando una risita divertida.

— ¿De qué ríes, pequeño idiota? Es mi mejor amigo. Te lo presenté.

— Hyung, lo siento, pero, — hizo una pausa, mirando a Jimin a los ojos —, los "mejores amigos" no follan como conejos.

Jimin sintió sus orejas arder por lo que acababa de escuchar.

Foll4mig0s [vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora