blood wedding | eren jaeger

19. | Bajo la luna llena

Advertencia: contenido +18

10 de febrero
Berlín, Alemania

Llegaron a la mansión luego de un incómodo viaje en coche. Eren agradeció al chofer mientras se apresuraba en alcanzar a Sienna, quien había bajado de la limusina sin emitir palabra. El vendaje en su brazo se veía bien, pero tenía el vestido destruido y empapado por el licor, además no había encontrado sus tacones por lo que ahora caminaba descalza sobre el pavimento casi congelado. 

La mansión estaba vacía, habían mandado fuera a todos los sirvientes antes de irse a la fiesta, por lo que el lugar se encontraba a oscuras. Sienna se encaminó a su habitación. Necesitaba quitarse aquel vestido, bañarse y hacer las maletas cuando antes. Se detuvo a mitad de camino cuando notó que Eren la venía siguiendo.

— Lárgate. — le dió la espalda.

— Necesitamos hablar.

— Lo que menos quiero ahora es hablar. Solo lárgate.

Escuchó un bufido, por lo que pensó que Eren ya se había dado por vencido en seguirla. Reanudó el camino por el pasillo y abrió la puerta de su habitación sintiendo el peso del cansancio en cada uno de sus músculos, lo único que quería hacer era dormir y olvidar la pesadilla de aquella noche.

Y el miedo que había sentido.

Estaba aturdida por toda la oleada de sensaciones nuevas, no recordaba la última vez que se habia sentido tan asustada. De la situación, de la gente, de su propia muerte. Sienna no recordaba la última vez que había sentido miedo por la muerte. ¿Así se sentían todas sus vícimas antes de que les quitase la vida? Hacer daño a alguien, provocarle dolor y ser consciente de que la vida de aquella persona dependía por entero de ella, siempre le había parecido algo hermoso. Algo que la hacía sentir viva. Era liberador hasta cierto punto.

Pero al ver cara a cara su propia muerte y debilidad, le había parecido horrible.

Siempre le había gustado que la llamasen loca o psicópata, pero jamás creyó serlo, simplemente miraba el mundo desde una perspectiva diferente a los demás. Era un monstruo, sí. Pero aquella noche había descubierto que también era una hipócrita.

Mataba por diversión, decía ver el mundo de una forma diferente y el dolor ajeno le ocasionaba placer, pero en el momento de encarar su propia muerte se había sentido aterrada y solo había querido huir. Siempre creyó que afrontaría el momento con toda la dignidad posible, e incluso le parecería divertido, pero había resultado todo lo contrario. Al final, Sienna Ackerman no era más que una hipócrita.

Solo le gustaba la muerte cuando no se trataba de la suya.

Estaba tan perdida en sus cavilaciones que estuvo a punto de soltar un grito cuando sintió unas manos jalándola. Dió la vuelta, solo para encontrarse cara a cara con Eren.

— ¡¿Qué parte de "lárgate" no entendiste?! — lo empujó para que la soltase — ¡Quiero estar sola!

— Tenemos que hablar sobre lo que haremos ahora — Eren no parecía tener intenciones de irse — Lo que pasará con nuestras mafias y..

— ¿Lo que haremos? — Sienna lo miró casi sin podérselo creer — Tú y yo no haremos nada. Nuestro matrimonio nunca fue real, esta farsa terminó hoy. Cada uno va por su lado desde ahora.

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, Sienna ni siquiera había pensado antes de decirlo pero descubrió que era cierto. Su matrimonio con Eren había sido una falso desde el inicio, ya era momento de que todo terminase.

— No estás hablando en serio...

— Claro que lo hago. ¿Qué esperabas? ¿Qué siguiéramos con la alianza después de lo que pasó esta noche? — los ojos de Sienna centellearon — Se ha terminado, Eren. Ahora ambos sabemos a que bando pertenecemos, estamos en igualdad de posiciones.