18. | Declaración de guerra

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9 de febrero
Berlín, Alemania

— Hace un frío de los mil demonios — Sienna refunfuñó en dirección a su teléfono.

Se acercó hacia la ventana de su habitación, iba desde el suelo hasta el techo, con una vista directa a los jardines delanteros de la mansión Jaeger, los cuales estaban cubiertos con una fina capa de nieve, producto del invierno.

— Y aquí en Los Ángeles estamos en pleno verano. Una suerte. — Porco soltó una risa. Sienna no se la devolvió.

Había llegado a Alemania hace dos días. Y ni Sienna ni Eren habían intercambiado una sola palabra en todo el viaje. Desde el momento en que Eren le había anunciado que su padre estaba muerto, se había encerrado en sí mismo. Ni siquiera hablaba con Armin. 

El rubio había sido el último en enterarse de la muerte de Grisha, cosa que sorprendió a Sienna, había creído que Eren y Armin se contaban todo. Pero Armin se había enterado recién cuando llegaron a la mansión. Había preguntado a modo de broma porque Eren y Sienna estaban tan serios. Eren simplemente respondió con un "Mi padre está muerto" y luego se fue dejando a su amigo con el rostro pálido. Armin era lo suficientemente inteligente para adivinar qué significaba aquello.

Por su lado, Sienna se había encerrado en su respectiva habitación desde el momento en que llegó. Odiaba el clima frío, y no quería arriesgarse a cruzarce con Armin ni con Eren. De cualquier forma, ninguno había ido a buscarla. Estaban muy ocupados volviendo a organizar su mafia, hacer el paleleo, asistir a la junta de Eren con los socios de su padre... Y también con el velorio. Sienna no había querido asistir al velorio de Grisha, no cuando ella había sido la responsable de su muerte. No era como si se sintiera culpable, era mero respeto.

Convencer a Levi que enviase un sicario a por el líder de los Jaeger había resultado sencillo, Sienna había subestimado el desagrado de su hermano por Eren. Levi sabía que desaparecer a Grisha solo aceleraría el momento en que Eren fuese nombrado líder. Y por lo tanto Sienna ya no tendría más excusas para no matarlo, que se lo hubiera pedido especificamente ella le había encantado.

— Hoy los Jaeger organizarán una fiesta para celebrar el nombramiento de Eren como líder. — murmuró con hastío al teléfono.

— Sí, lo sé. Invitaron a Marley también. — respondió Porco — Annie están yendo como representante.

Sienna apretó los dientes, lo que menos quería era volver a ver a la rubia.

— Tranquila, sabrá comportarse. — dijo Porco — Nuestra presencia solo es mera cortesía, tenemos que seguir guardando las apariencias.

— Lo sé, y me da igual. — mintió Sienna.

Apartó un poco las cortinas de la ventana, acababa de notar la figura de Eren corriendo por los jardines hasta detenerse frente a una limusina que acababa de llegar.

— Luego de esta noche podremos continuar  nuestro plan con normalidad. — dijo Porco, aunque Sienna ya no le estaba prestando atención.

Una mujer bajó de la limusina, su edad debía rondar entre los treinta y tantos o cuarenta y pocos. Iba vestida completamente de negro, y con el cabello sujeto en un moño pulcro. Abrazó a Eren con fuerza apenas lo vió, tomó su brazo, casi colgándose de él y ambos empezaron a caminar rumbo a la mansión.

— ¿Quieres que mate a Eren hoy? —  Sienna aún no despegaba sus ojos de la escena.

Había reconocido a aquella mujer tan pronto la había visto. Su parecido con Eren era evidente, sin lugar a dudas se trataba de Carla Jaeger. Casi como si supiese que estaba siendo observada, Carla alzó la vista escaneando una de las ventanas a la derecha de Sienna. La azabache se apartó de la ventana, justo antes de que la mirada de Carla caiga sobre ella. 

blood wedding | eren jaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora