➵┆Cᴀᴘ. 08┆ᴀᴍᴀʀ ᴀ ᴠᴇᴄᴇs ɴᴏ ᴇs sᴜғɪᴄɪᴇɴᴛᴇ.

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K. Nahyun

     ¿Cómo debía sentirme? Me sentía muy agobiada, molesta, dolida, confundida y sobre todo, aliviada, era un peso menos para mí... y todo por desahogarme, por soltar lo que hace muchos años tenía atorado en la garganta, pero ¿Por qué ahora? ¿No podía ser en otra vida? ¿A los 90 años de edad? ¿En la tumba? ¿En un lugar remoto del mundo? ¿En un velorio?

     Jung Kook estaba delante de mí, quieto y erguido en su posición desde hace un rato, el silencio invadía la oficina y decir que era incómodo se quedaba pequeño, ya no habían palabras para expresar la sensación que tenía dentro de mi cuerpo, solo formulaba preguntas sin respuestas en mi cabeza, cómo si alguna de ellas fueran a ayudarme en este momento.

     Sigo odiandote, Jeon Jung Kook.

     —Debes cambiar de opinión —soltó sin más para darme la espalda, ¿Pensaba salir de la oficina con palabras tan simples? Era un cobarde.

     —¿Debo? —reí, la carcajada que había soltado después había sido exageradamente sonora— No lo haré, ya te lo dije.

     —Piensa en tu esposo. Dices amarlo demasiado, pero ¿Serías incapaz de trabajar para mí por poco tiempo para salvar su compañía? —me devolvió la carcajada que había soltado con anterioridad y me congelé. Él tenía razón, pero no podía trabajar con él— Me hace dudar de que realmente lo amas, Nahyun.

     —No puedo hacerlo, Jung Kook, ¿Qué no entiendes? No puedo verte a la cara sin recordar el daño que me has causado.

     —Solo te abandoné, ¿No puedes superarlo?

     —¡Me embarazaste! —estaba al borde del abismo y Jeon lo sabía—. ¡Mierda! —expresé poniéndome de pie para acercarme a él con pasos rápidos, resonando los tacones por toda la habitación con mi andar— ¡Es doloroso ver el parecido que se tienen! —me arrepentí después de soltar aquellas palabras, porque no le hacía daño, no eran dagas hacia su corazón, el daño me lo hacía yo, las dagas venían de regreso a mí.

     Jung Kook se giró y me miró con una sonrisa en su rostro, yo antes estaba congelada detrás de él con los brazos cruzados, pero ahora me había dado cuenta de mi error.

     Mierda.

     Había caído en su juego.

     —¿Te arrepientes de tener a mi hijo?

     —¿A tu hijo? ¿Acaso estuviste pendiente de él? —negué con molestia, ¿Cómo se atrevía a decirlo, a decirle de esa forma a mi hijo?—. Jamás te ha interesado. No digas algo que no eres, no eres su padre, su padre es Thomas. Él estuvo en los nueve meses del embarazo, en el parto que se complicó y ambos estuvimos en peligro, en sus primeros pasos... —respiré profundo, quería retirarme, ya no podía dudar más de mi familia— Padre no es el que engendra, es el que cría, Jung Kook, no lo olvides.

     Le guiñé el ojo izquierdo y pasé por uno de sus costados dejando mi costoso perfume a mi paso. Abrí la puerta de la oficina y ví a Thomas parado en frente de la puerta, me aterré y sin dudas, Jung Kook también empezó a preocuparse por su rápida forma de acercarse a su nuevo socio.

     —Vine lo antes posible para acordar el horario con tu esposa, lamento no avisarte, Thomas —Ambos se estrecharon las manos, pero los ojos de mi esposo no dejaban de mirarme.

     Thomas lo sabía todo.

     —Jung Kook, lamento decirte esto, pero no quiero cerrar ningún contrato contigo —Thomas se veía decidido—. Por favor, retirate de mi empresa y desaparecete de nuestras vidas.

     —¿Disculpa? Pensé que necesitabas mi ayuda, mi dinero.

     —No, lo único que tú querías era a mi esposa y a mi hijo, por eso te acercaste a mí —soltó una carcajada burlona mi esposo y tomó el hombro de Jeon—. Lamento decirte que no soy imbécil, Jung Kook.

     Esto era muy extraño, ¿Por qué Thomas no parecía tan alterado? ¿Lo sabía desde hacía mucho?

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     Silencio.

     Nunca había sentido que un silencio me diera tanto miedo. Tenía mucho miedo de la reacción de mi esposo, aunque me intrigaba a la vez. Él ya lo sabía y no por escucharlo de mi boca, él sabía desde hace mucho tiempo. Él estaba sentado en frente de su ordenador, mirando algo en la pantalla, pero al yo estar detrás de el mismo no podía visualizar lo que él veía.

    Solo tenía mucho miedo.

     Desde el momento en el que entré, hasta el momento en el que grité que Jung Kook me había embarazado y Thomas sacó sus propias conclusiones o había confirmado lo que sabía desde hace mucho tiempo, que Jung Kook había venido solo a recuperarme.

     —Thomas, creo que te debo una explicación —hablé después de una hora estar callada.

     —Nahyun, no quiero escucharte, ahora no —golpeó la mesa del escritorio con fuerza, sabía que mi esposo era alguien impulsivo, pero jamás agresivo—. Sabía que ese hombre había venido por tí, pero te digo una cosa —no me dió tiempo a negar o afirmar, él solo siguió hablando—. Tú eres solo mía, Kim Nahyun. Grábatelo.

     —¿De qué hablas Thomas?

     —Sabía que Jung Kook y tú estuvieron juntos, ¿En serio? ¿Un guardaespaldas multimillonario y una niña malcriada, pero rica? —soltó una risotada— ¡Qué cliché!

     —No entiendo de que hablas, Thomas.

     —Sabía que Jung Kook era mi mayor competencia e hice lo imposible para que lo olvidaras, ¿Qué no valoras mi esfuerzo?

     —No es eso —mis manos comenzaban a sudar—. Claro que lo veo, pero...

     —Él se acostó con una de tus mejores amigas, te engañó, mintió acerca de su identidad, de su familia, acerca de todo, ¿Y aún tienes el descaro de amarlo?

     Me congelé, ¿Qué tanto sabía Thomas de mi pasado?

     Mi esposo se puso de pie para acercarse a mí y comencé a temblar, ¿Él me haría daño nuevamente? ¿Acaso todos los hombres eran iguales? Siempre terminaban lastimandome. Fui salvada por la campana, mi teléfono celular comenzó a sonar como un loco y tomé la llamada rápidamente, ese número lo conocía y era el de mi hogar.

     —Se-Señora Tu-Tuan —Mirtha sonaba asustada, preocupada y nerviosa.

     —Mirtha, estás asustandome, ¿Qué pasa? —Thomas me miraba inexpresivo, pero sabía que algo había salido mal.

     —Y-Yo... Entré al baño donde el pequeño Jung se estaba bañando, había olvidado la toalla y al momento de entrar... Él estaba en el piso y tenía una herida en la cabeza y mucha sangre... Le hice un torniquete con la toalla... L-Lo La-Lamento tan-tanto —su llanto era incesante y yo estaba paralizada escuchando cada una de sus palabras, ¿Mi hijo había sufrido un accidente?

     —Mirtha... Dime qué todo está bien, ¡Mierda, dime qué me hijo está bien! —no podía evitar enojarme, preocuparme, alterarme, ¿Por qué todo esto me estaba pasando ahora? ¿Por qué tenía que aparecer él?

     —¿Nahyun, qué pasá? ¿Por qué tienes esa cara? Estás pálida.

     —Jung tuvo un accidente.

     —¿Y qué estás esperando? ¡VAMOS AL HOSPITAL PRIVADO!

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Gracias por esperar con ansias este capítulo 🙏🏻✨

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Lᴀ Pᴀᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ || ᴊᴊᴋ || 2ᵈᵃ ᵗᵉᵐᵖᵒʳᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora